TOKIO.- Otra mujer fue la nota más descollante del 1ro. de agosto en esta capital, porque la venezolana Yulimar Rojas, entrenada por el cubano Iván Pedroso, titular bajo los cinco aros en Sidney-2000, vistió de hazaña a estos XXXII Juegos Olímpicos, con su medalla de oro y pulverizó el récord mundial de triple salto.
Hasta los 15,67 metros se estiró la sudamericana en su último salto para tejer un hilo conductor con su primer intento, cuando con 15,41 estableció nueva marca olímpica. El tope del planeta deja atrás por ¡17 centímetros! la anterior primacía, que estaba en poder de Inessa Kravets desde 1995.
Fue ella la dueña y señora de una justa muy competitiva, pues la portuguesa Patricia Mamona se apareció en esta capital con su mejor registro de por vida, 15,01 metros para encaramarse en el cajón plateado del podio, mientras la española Ana Peleteiro, también a la sombra de las enseñanzas de Pedroso, hizo lo mejor de su carrera, 14,87 metros, y se colgó la presea de bronce.
En su última oportunidad, la jamaicana Shanieka Ricketts se estiró hasta los 14,84 metros, empujando hacia la quinta posición a la cubana Liadagmis Povea, quien logró dos saltos de 14,70 metros. Para ubicarse entre las medallistas hubiera necesitado su mejor resultado, que es de 14,93 metros.