Yulimar Rojas, de Venezuela, se convirtió en campeona olímpica del triple salto en su primer intento con 15.41 metros. Nadie se le acercó.
El triple femenino era de esas pruebas en las que la favorita al olimpo estaba clara. La pelea de verdad era por definir quienes la escoltarían. Nombres como el de la cubana Liadagmis Povea, que llegaba con la tercera mejor marca de la temporada, la colombiana Caterine Ibargüen y la española Ana Peleteiro figuraban entre las candidatas a completar el podio.
Povea tuvo dos saltos iniciales de 14.70 que finalmente la ubicaron en la quinta posición, sus demás registros fueron de 14.52, 14.31, 14.38 y 14.50. Por su parte, la titular de Río 2016 no pudo encumbrarse a la cima y puso fin a una extraordinaria carrera olímpica. Ibargüen terminó décima con marcas de 14.25, 14.01 y 14.19, lejos de su registro personal.

Para Ana Peleteiro y la portuguesa Patricia Mamona esta fue la noche de sus vidas. Ambas consiguieron récord nacional. La española tuvo una secuencia espectacular de 14.55, 14.77, un foul, 14.63, 14.87 (NR) y 14.65, y con ello le bastó para agenciarse el bronce.
Mamona conquistó la plata para Portugal con 15.01 en su cuarto intento, pero ya desde el primero con 14.91 no se movería de ese lugar. Su segundo salto fue de 12.30, luego falló y cerró con 14.66 y 14.97.
Pero lo de Yulimar es de otro mundo. La pupila del cubano Iván Pedroso llegó a Tokio con el objetivo de quebrar el récord del mundo de la ucraniana Inessa Kravets de 15.50m, impuesto el 10 de agosto de 1995.
Con el 15.41 ya era la campeona y además establecía marca para citas estivales, al superar el 15.39 de la camerunesa Françoise Mbango (Beijing 2008). Tuvo un segundo intento de 14.53, pero ella y su entrenador querían más. El tercer y quinto intento fueron fallidos al pisar la tabla, pero su caída por delante de la línea virtual de la plusmarca hacía soñar. Su cuarto salto fue de 15.25. El sexto, último y definitivo, fue de 15.67.
Yulimar Rojas, de Venezuela, es recordista mundial de triple salto.