TOKIO.- Roniel Iglesias derrotó al campeón mundial de Ekaterimburgo-2019, el ruso Andréi Zamkovoi, y se convirtió en el primer finalista de la escuadra cubana de boxeo en estos XXXII Juegos Olímpicos.
«Hace dos años llegué con toda la carga de los Juegos Panamericanos de Lima a aquella ciudad rusa, y él fue mucho mejor, además, estaba en su patio, yo debía entonces exigirle más. Pero me he preparado muy bien, sabía que este sería un combate muy difícil, en el que salió la calidad y el tesón de los días de entrenamiento y el resultado, que es muy importante», aseguró Iglesias.
«La estrategia fue ganar los dos primeros asaltos, trabajar intensamente en la corta y la media distancias, creo que ahí decidí el pleito. En el tercero era mantener la ventaja. Quedó todo como se planeó y estoy muy feliz».
Nueve años después está a las puertas de otro triunfo olímpico. «Es un premio al esfuerzo de mi familia, de mis profesores y compañeros, y la respuesta a quienes dudaron, pues no pocos creyeron que estaba acabado, menos yo. En mi peso, los 69 kilogramos, hay mucha exigencia, por el nivel que hay, tanto en Europa como en América y eso se traduce en que no se puede escatimar esfuerzos. Saldré a buscar ese trofeo de campeón, con el mismo ímpetu del primer día».

Arlen López, en los 81 kilogramos, tuvo de rival al cubano nacionalizado azerí, Berto Alfonso, en un combate en el que mereció el veredicto unánime de los jueces, pero en el cual tuvo que sacar el extra. «Vi que en el primer asalto estaba debajo en la votación, aunque yo no lo veía así, pero en la esquina se hizo un gran trabajo para no perder mi concentración, allí me demostraron que somos muy buenos recuperándonos, que estamos preparados para superar cualquier momento adverso y eso fue muy positivo, tanto que salió la preparación, el campeón que soy y resolvimos el duelo. Sí, Alfonso ha crecido mucho como atleta, como boxeador, lo felicito por la actuación que ha tenido aquí y por la medalla de bronce que logró. «De mi parte voy por mi segundo fajín olímpico y claro que la presión siempre va a existir, y es bueno que exista, para uno darse cuenta de que este es un evento importante, el que más sigue el país y el que más anhela un deportista. La preparación está, mi enfoque está, el apoyo del pueblo está, el de mi familia está, y la valentía y la decisión también, vamos por más».
Lázaro Álvarez tuvo una fortísima porfía con el tailandés Decha-Chatchai Butdee, que pudo sortear por votación dividida de 3-2. «Al pueblo cubano le digo que aquí está mi tercera medalla olímpica, que en cada pelea no daré un paso atrás, su apoyo es decisivo y es la motivación principal para nosotros. Fue un combate complejo, porque él es un gran boxeador, de vasta experiencia, pero pude imponerme en los intercambios, que fueron constantes, y dar los mejores golpes. Para mi familia, para los que me quieren, seguiré buscando la gloria, que es para ellos también».
En ese cartel, Dainier Peró sufrió la única derrota de los boxeadores en lo que va de certamen, al ceder ante el estadounidense Richard Torrez, un hombre al que había vencido en reñido cotejo en los Juegos Panamericanos de Lima-2019.