La múltiple campeona olímpica y mundial de gimnasia artística, Simone Biles, quien es considerada por muchos como la mejor gimnasta de la historia, abandonó este martes la prueba final por equipos en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.
La niña prodigio de Estados Unidos, ganadora de cuatro medallas de oro en los juegos olímpicos de Río, se retiró justo después de la primera prueba de la ronda final por la medalla de oro, el salto de caballete, donde hizo 13.766 puntos, la calificación más baja de su marca personal en unos Juegos Olímpicos.
De acuerdo a declaraciones suyas a la BBC, su salida de la competencia no tiene que ver con una lesión, como se afirmó en un principio, sino que está relacionada con su salud mental.
«Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental ha tomado más relevancia en los deportes en este momento», dijo Biles a los medios acreditados en Tokio.
«Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Ya no confío tanto en mí misma. Quizás esté envejeciendo», dijo la famosa deportista, quien agregó que los atletas que están en las olimpiadas «son personas al final del día».
La salida de Biles, quien con sus 24 años revolucionó el mundo de la gimnasia artística, facilitó el camino al equipo femenino de gimnasia artística del Comité Olímpico Ruso, conformado por Angelina Melnikova, Vladislava Urazova, Lilia Akhaimova y Viktoriia Listunova, para quedarse con la presea dorada, seguido de EE.UU., que logró la plata, y Gran Bretaña, el bronce.