TOKIO. —Pese a los rigurosos, y a veces excesivamente burocráticos, controles de acceso a cualquiera de las actividades de estos Juegos Olímpicos, un intruso se ha colado en la cita multideportiva.
Se trata de un peligroso evento hidrometeorológico, conocido en Asia como tifón, lo que llamamos en Cuba un organismo ciclónico. Según el Instituto de Meteorología de Japón, lo que esa fuente ha calificado como tormenta, con vientos de 108 kilómetros por horas, de acuerdo a su reporte al amanecer de este lunes aquí, estaría tocando tierra nipona en las primeras horas de la mañana del martes.
Como el cubano es deportista, músico, poeta, y no estamos tan locos, sino cultivados por el carácter universal y gratuito de nuestra educación y por los propios servicios públicos del sistema institucional, pues tampoco hay quien nos ponga un pie delante en la meteorología.
Entre nosotros, el tifón se ha vuelto tema recurrente como cualquier competencia, incluso extrañamos las medidas de prevención de cara un fenómeno que tiene una presión de 992 hectopascal, y que estaría entrando a tierra por la región central de Kanto, donde se asienta esta capital, concretamente por su bahía.
El Comité Organizador ha tomado las previsiones y modificado los calendarios de los deportes de remo y vela, ante la cercanía del tifón, y de los fuertes vientos y copiosas lluvias anunciadas en el territorio de la sede de la familia olímpica.
Si bien remeros y veleros ya sufren la presencia de este intruso sin credencial, para los surfistas ha sido una bendición el organismo de nombre Nepartak. Los participantes del surf, disciplina debutante en el programa olímpico, se quejaban del poco tamaño de las olas en la costa nipona, pero con el cambio de tiempo, hasta han tenido que sustituir ya las tablas cortas para elevaciones pequeñas, por las largas. La noticia para ellos ha sido excelente, han declarado que es una pequeña tormenta, pero suficiente para olas de tres metros, lo cual dará la posibilidad de mostrarle al mundo la belleza de este deporte, expresaron directivos de esa modalidad.
Por el momento, además de todos los sinsabores de los Juegos, ahora Tokio-2020 vigila a Nepartak para que este no lo sorprenda.