Hazaña inspirada por una fecha épica

Autor: Oscar Sánchez Serra, enviado especial 25 de julio de 2021 15:07:23


TOKIO.- Hoy fue un día especial, se cumplieron 45 años de una de las grandes hazañas del deporte mundial, inédita entonces e irrepetible hasta hoy, El 25 de julio de 1976, Alberto Juantorena ganó los 800 metros de en los Juegos Olímpicos de Montreal, y cuatro días después, el 29, venció en los 400.

Aquel doblón dorado entró en el corazón y en la memoria de su pueblo. Fue y es reconocida como una hazaña, pues una carrera no se parece en nada a la otra: la vuelta al óvalo es de velocidad y la de los 800 metros, de mediofondo.

Hazaña de Alberto Juantorena en Montreal. Foto: Archivo de Granma

Juantorena lo hizo en la víspera de un día como hoy, en el que un grupo de jóvenes, en 1953 sembraba la semilla del árbol que cobijaría al futuro de la Patria y a cuyo resguardo crecería también una verdadera Revolución en el deporte, fruto de un proyecto social participativo que le dio la oportunidad a jóvenes, como el entones corredor, a desarrollarse en las más disimiles expresiones.

Él mismo no sabía que estaba siendo preparado por su entrenador, el polaco Zymund Zabierzowki, para tan colosal empeño, pero cuando este le dijo que se inscribiría en las dos pruebas de aquellos Juegos, y conoció de la fecha en que se realizaría la final, se propuso no fallar: le rendiría un homenaje al 26 de julio y a Fidel.

Hoy, la delegación cubana, empeñada aquí en subir otra difícil cota, la de finalizar entre los 20 primeros países del medallero de estos Juegos Olímpicos, atípicos, pero más retadores que ningún otro, se viste con la hidalguía y la fe de victoria de quienes en la mañana de la Santa Ana, en la misma ciudad de Juantorena, asaltaron la historia para darle vida a la Patria.

Foto: Archivo de Granma

«La batalla de Tokio», como se preveía, está siendo ardua y se pondrá aún más difícil, pero nada es imposible cuando el propósito es realizable y existe la misma convicción que animó a Juantorena a devorar cada metro de la pista de Montreal.

Al cierre del primer fin de semana de finales en los Juegos, ya 29 naciones habían conquistado, al menos una medalla de oro, encabezadas por China, con seis, y seguidas por Japón, llamado a realizar su mejor actuación histórica, con cinco, y Estados Unidos, con cuatro. Eso ilustra lo complejo del reto de la comitiva cubana.

En ese cierre parcial, Latinoamérica y el Caribe halló espacio por la proeza del ciclista Richar Carapaz, flamante ganador de la prueba de ruta, con lo cual le dio a Ecuador su tercera presea en la historia de estas citas y su segunda dorada, después de la que obtuviera el marchista Jefferson Pérez, en la convocatoria de Atlanta-1996.

Para Cuba todavía no han llegado las fechas en las que tiene las oportunidades más reales de subirse al podio de premiaciones, pero ya desde mañana comienzan sus andaduras por los veleidosos caminos de las preseas, los hombres que más lauro atesoran; los boxeadores. Ese mismo día, el doble campeón mundial de taekwondo, Rafael Alba, en la división superpesada, va en busca de realizarse en los Juegos Olímpicos.

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