La siria Hend Zaza, de 12 años, la más joven de los casi once mil participantes en la cita de Tokio 2020, se despidió de la olimpiada al caer por 4-0 en su partido de primera ronda de tenis de mesa ante la austriaca Jia Liu.
Desde que el remero español Carlos Front compitió con 11 años en Barcelona'92, ningún deportista había participado en unos Juegos Olímpicos a una edad tan temprana como la de Zaza.
La niña siria, cuya trayectoria hasta Tokio 2020 se vio perturbada por la guerra en Siria, logró la plaza olímpica al ganar, en 2020, el torneo de clasificación de Asia oriental en Jordania.
La oriunda de Hama, ciudad destruida por la guerra, empezó a jugar al tenis de mesa a los cinco años y fue descubierta un poco por azar mientras se entrenaba con su hermano. «Llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio ya fue un logro, no me pidieron que ganara, me pidieron que jugara bien. Creo que tuve una buena actuación y aprendí de la derrota», dijo Zaza a la página oficial de la competencia.
«La guerra nos ha afectado a todos y nos entrenamos en condiciones difíciles, con cortes de corriente en la sala, donde a veces nos refugiábamos durante horas, así como las dificultades para obtener visados para participar en competiciones en el extranjero», destacó la pequeña.