
Además del torrente de emociones que se viven en unos Juegos Olímpicos, estos compilan un amplio abanico de curiosidades. Muchas de ellas son hasta un reto para los científicos, ya no solo por los límites físicos de la anatomía humana tras un récord, sino también para estudiar cuándo, o a qué edad, se está a punto para un podio en estas exigentes lides.
La historia de la era moderna de las citas bajo los cinco aros recoge hitos entre jóvenes y también en adultos mayores. Será muy difícil vencer la cota que impuso el griego Dimitrios Loundras, quien, con solo diez años, aún es el medallista más joven en esas reuniones atléticas, al colgarse el bronce en Atenas-1896, en los primeros Juegos, en una especialidad en la que ya no se compite: las barras paralelas por equipo. El mérito no se lo quita nadie, aunque hayan sido solo tres los colectivos aspirantes.
Con 13 años, el alemán Klaus Zerta sigue siendo el campeón más bisoño, al triunfar con la tripulación del bote de ocho remos de su país, en Roma-1960, mientras que el ganador de menos edad en una prueba individual es todavía el japonés Kusuo Kitamura, vencedor en los 1 500 metros libres de la natación en la convocatoria de Los Ángeles-1932, con 14 calendarios. También desde la piscina emergió la mujer más joven en hacerse de una presea en un evento individual: la danesa Inge Sorensen conserva esa pauta, pues tenía 12 primaveras cuando fundió en bronce su participación en los 200 metros pechos, en Berlín-1936. Pero la campeona más pequeña de la historia fue y es la nadadora estadounidense Donna Elizabeth de Varona, quien con 13 abriles se impuso en los 100 libres de Roma-1960.
Todo un suceso fue la gimnasta rumana Nadia Comanecci. Abrió la senda multimedallista para las mujeres al coronarse en todas las pruebas de su deporte, seis en total, en Montreal-1976 a los 15.
En Cuba, Regla Torres, con 17, formó parte del primer título olímpico del voleibol, en Barcelona-1992, por lo que es la más joven del deporte cubano en un podio de ese rango, y en el masculino, ni Ángel Herrera (Montreal-1976), ni Robeisy Ramírez (Londres-2012), habían cumplido los 19 al proclamarse monarcas en el boxeo.
Entre los de más edad reina todavía el sueco Oscar Swahn. Con 72 años ganó medalla de plata en doble disparo al ciervo móvil, en Amberes-1920. Antes había conquistado dos de oro y una de bronce, en Londres-1908, a los 60, pero en ese momento no era el premiado más longevo en estas citas, porque, en aquella lid de la urbe londinense, el británico Joshua Milner obtuvo el trofeo con un año más que él, 61, en el mismo deporte de tiro deportivo, en la modalidad de rifle a 1 000 yardas.
En las ceremonias femeninas, la estadounidense Lida Peyton Pollock ha sido la que con más almanaques resultó premiada, al dominar, con 63 años, las competencias de tiro con arco combinadas, en San Luis-1904.
Hay quienes piensan que pasar de los 30 años en el concierto olímpico es algo así como entrar en la tercera edad deportiva. Sin embargo, en la cita precedente de Río de Janeiro-2016, el estadounidense Anthony Ervin, a los 35 venció en la prueba más rápida de la natación, los 50 metros, tras hacerlo por primera vez en Sydney 2000. La británica Katherine Grainger (40 años) se enyugó con Victoria Thornley y su bote de dos plazas sacó una presea de plata; un día antes de cumplir 43, la estadounidense Kristin Armstrong se tituló por tercera vez consecutiva en la contrarreloj del ciclismo; Hoang Xuan Vinh, con 41, le dio a Vietnam su primer premio dorado, en el tiro. Y Michael Pehlps, ya de 31, con cinco pergaminos áureos, completó los 23 éxitos de su carrera.
Y el gigante cubano de Entronque de Herradura, en Pinar del Río, Miajin López, logró su tercer lauro de oro hace cuatro años, días antes de cumplir los 34, y con 39 buscará, en calidad de favorito, su cuarto galardón.