
Considerada por los expertos como un asesino silencioso, porque rara vez causa síntomas en sus etapas iniciales, constituye el principal factor de riesgo para padecer y morir como consecuencia de un evento cardiovascular de forma prematura, y es la segunda causa de discapacidad en el mundo.
Así señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la hipertensión arterial (HTA), «cuya incidencia se ha duplicado en los últimos cinco años en todos los estratos sociales». Además, sostiene, existe una gran disparidad en el número de personas que conocen su condición de hipertenso, los que reciben tratamiento y no están controlados y los que reciben tratamiento y están controlados.
De acuerdo con la OMS, la principal problemática estriba en que aún hay mucha gente sin diagnosticar, y advierte que si la HTA es detectada en forma temprana y se trata correctamente, es posible minimizar el riesgo de ataque al corazón, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal.
El boletín factográfico de la Biblioteca Médica Nacional número 4 del 2017, dedicado a la HTA, y disponible en la red de salud de Cuba, Infomed, explica que las cifras de presión aumentan gradualmente con la edad, por lo que la prevalencia de HTA depende notablemente del segmento etario considerado. La distribución de la prevalencia depende fundamentalmente de factores socioeconómicos y culturales, aunque con tendencia a igualarse en todas las zonas geográficas del planeta.
Asimismo, el documento refiere que unos 250 millones de personas, es decir, entre el 20 % y 40 % de la población adulta en la región de las Américas padece hipertensión.
La OMS estima que a nivel mundial, de las personas que padecen esta enfermedad, solo el 57 % conoce su condición, el 40,6 % recibe tratamiento farmacológico antihipertensivo, pero solo el 13,2 % logra cifras de presión arterial controladas.

«Esta brecha entre el número de hipertensos, el acceso a tratamiento y el logro del control se acentúa en los países de medianos y bajos ingresos que es donde se produce el 80 % de la carga atribuida a enfermedades cardiovasculares», refiere el organismo internacional.
«Las complicaciones derivadas de la hipertensión son la causa de 9,4 millones de defunciones cada año en el mundo», alerta.
En Cuba, según el Anuario Estadístico de Salud, 2016, se elevó el reporte de la prevalencia por la dispensarización para la hipertensión arterial, cuya tasa fue de 219.4 por cada 1 000 habitantes, siendo el grupo de 60 a 64 años el de mayor incidencia. Se reportaron 3 784 defunciones por causa de enfermedades hipertensivas.
Los territorios con mayor prevalencia de hipertensión arterial según provincia (tasa por 1 000 habitantes) son Matanzas (256.7), La Habana (252.1), Sancti Spíritus (250.7), Artemisa (233.9), Las Tunas (225.4) y Pinar del Río (222.9) y la de menor tasa es Granma con 171.0.
A «conocer tus números», invitó recientemente la OMS, al celebrarse el pasado 17 de mayo el Día Mundial de la Hipertensión 2017, una oportunidad para insistir en la necesidad de trabajar en la prevención y control de esta enfermedad con el fin de prevenir muertes por enfermedades cardiovasculares. «Si se logra tratar a la mitad de la población con hipertensión no controlada, en diez años se podrían prevenir diez millones de muertes en el mundo debidas a eventos cardiovasculares», subraya la OMS.
Aunque la hipertensión arterial no es curable, se puede prevenir y tratar para mantener las cifras de presión arterial por debajo de 140/90 milímetros de mercurio (mm Hg).
El Programa Nacional de Prevención, Diagnóstico, Evaluación y Control de la Hipertensión Arterial, insiste en que la prevención de la HTA es la medida más importante, universal y menos costosa y debe constituir una prioridad de las instituciones de salud, la población y los gobiernos.
En este sentido, abordar los comportamientos que implican factores de riesgo para desarrollar hipertensión es esencial.
Modificar estilos de vida poco saludables, como por ejemplo la dieta desbalanceada, el consumo de tabaco, el uso nocivo del alcohol y la inactividad física, puede prevenir la presión arterial alta. Consumir una alimentación cardiosaludable, que incluya la ingestión de potasio y fibra, tomar mucha agua y hacer actividad física con regularidad, al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico por día, son medidas efectivas.
El sobrepeso, la obesidad y el exceso de sal en las comidas son algunos de los desencadenantes fundamentales de la hipertensión. Entonces, la reducción de la presión arterial alta en la población requiere también la creación de ambientes que faciliten la alimentación saludable, la actividad física y el acceso universal a la atención sanitaria preventiva y curativa.









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Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:
1
22 de mayo de 2017
03:21:33
Carlos dijo:
2
22 de mayo de 2017
14:45:19
Maylin Gomez Bandera dijo:
3
22 de mayo de 2017
16:30:12
geisa dijo:
4
2 de junio de 2017
13:39:36
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