ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Con mucha frecuencia los niños menores de tres años enferman de diferentes padecimientos. Catarros, infecciones de la garganta y el oído suelen sucederse una tras otra, y no siempre los padres acuden al médico en busca de respuestas, sino que apuestan por la automedicación o los remedios caseros.

No siempre los adultos sospechan que es­condida bajo la apariencia de los contagios virales en círculos infantiles u otros espacios de socialización, puede encontrarse una en­fer­medad relacionada con el sistema inmunológico del pequeño.

Sobre la inmunodeficiencia transitoria en los niños o hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia, Granma conversó con la doctora Bárbara de la Caridad Addines Ra­mírez, especialista en primer grado de In­munología y Medicina General Integral, más­ter en ciencias y profesora auxiliar en la filial de Ciencias Médicas de Bayamo, en la provincia de Granma.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando mencionamos este complicado nombre?

Las inmunodeficiencias —explica la doctora Addines— son enfermedades que afectan la calidad o cantidad de la respuesta inmune del organismo y, por tanto, pueden ser primarias, si tienen base genética, o se­cundaria si es consecuencia de otra enfermedad, el uso de medicamentos o incluso la nu­trición del individuo. En el caso de los niños, el sistema inmunológico madura paulatinamente y en contacto con el ambiente, por lo cual los niños pequeños presentan ca­rac­te­rísticas propias de la edad que los hacen más susceptibles a las infecciones. Es necesario aclarar que esta evolución fisiológica no cons­tituye enfermedad.

No obstante, en un grupo de niños dichos procesos infecciosos adquieren mayor frecuencia, intensidad, poca respuesta a tratamientos antibióticos habituales y complicaciones asociadas con una respuesta de anticuerpos anormalmente baja para dicha edad; esto es lo que se conoce como la inmunodeficiencia transitoria en los niños o hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia, apunta la es­pecialista.

Teniendo en cuenta que, de acuerdo con la edad, pudiera confundirse el proceso de evolución fisiológica natural con la enfermedad, ¿a qué señales deben estar atentos los pa­dres?, indagamos.

Existe un conjunto de características que sugieren esta y otras inmunodeficiencias —responde la doctora—, entre ellas podemos describir que haya antecedentes familiares de inmunodeficiencias primarias, mala respuesta a los antibióticos de amplio espectro (antibióticos de uso hospitalario), que el pequeño lleve dos o más meses con el uso de an­tibióticos sin una respuesta favorable. Ade­más, que haya presentado más de dos bronconeumonías, sinusitis, abscesos u otras infecciones profundamente arraigadas en un año; o más de ocho infecciones del oído de origen bacteriano en ese mismo periodo de tiempo. Igualmente resulta significativo si se manifiesta un retardo en el desarrollo pondo-estatural (de la estatura y el peso). Todo ello su­giere que podemos estar frente a una inmunodeficiencia, pero el diagnóstico preciso se realiza por una cuantificación de anticuerpos o inmunoglobulinas séricas.

Si bien no es acertado en ninguna etapa de la vida la automedicación, es muy importante que en el caso de los niños se acuda siempre al médico de familia y a la consulta con el pediatra, frente a cualquier enfermedad.

La doctora Addines enfatiza en la importancia de mantener la lactancia materna y precisa que es bueno diferenciar lo fisiológico del niño pequeño —que lo hace propenso a distintas infecciones, sobre todo catarrales— y en compañía del pediatra valorar si puede tratarse entonces de una inmunodeficiencia. Una vez remitido al especialista en inmunología, este realiza la cuantificación de inmunoglobulina y, si lo precisa, el tratamiento con inmunoestimulantes y el seguimiento hasta la resolución del mismo, pues afortunadamente en estos casos se trata de una enfermedad transitoria que debe desaparecer entre los dos y tres años de vida.

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yamir Capote Vicente dijo:

1

27 de enero de 2016

16:38:16


si estos procesos en los niños son fuertes, por lo menos el de casa pasa de los 12 meses del año casi 10 en crisis de catarros y apretasones de pecho, hay que tenerlo bajo estricto control médico, pues hizo membrana hialina al nacer por ser de 8 meses, entonces es una esponja para todas las malesas respiratorias que circundan nuestro ambiente, somos cuidadosos en sus habitos para así alejarlo un poco de los medicamentos, pero en estos momentos está en crisis por los cambios de temperatura que están habiendo frecuentemente, solo esperamos que con el paso de los años mejore su estado inmunológico .

yamilka dijo:

2

3 de febrero de 2016

13:58:58


Bueno. Decirles quiero que mi nena ya tiene 4 años y continua idéntica, en el mes se enferma hasta 3 veces y ya esta por la fase de asma bronquial alergica, es todo un cuadro que va desde erupciones en la piel, dolores de garganta, inflamaciones de los ganglios, nada que desde que nacio no cojo una vacaciones x satisfacción o placer. Este tema es muy complicado y a veces es oportuno pedirle al médico una remisión para un especialista.

nachi28 dijo:

3

4 de mayo de 2016

16:03:43


mi bebe tambien tiene 4 años y medio porque le faltan casi 2 meses para cumplir cinco y aun se me sigue enfermando de supuestamente alergia, que es el catarro que se le esconde un mes, luego ;le aparece yo lo atiendo por la consulta de alergia y le he probado varios medicamentos pero el mal sigue, quieren hacerle la prueba de la alergia dentro de tres meses, acique si no resuelvo con eso le pedire a la pediatra que me de una remision con el inmunologo.