Cuba ha tomado con suficiente antelación las previsiones ante la amenaza que para el mundo representa la actual pandemia de Covid-19, y el movimiento deportivo no es la excepción, pues, desde sus principios fundacionales, ha sostenido que la actividad física y el deporte son un derecho del pueblo. En virtud de ello, también en el universo atlético nacional preservar al ser humano es piedra angular de cualquier título o récord.
En no pocas ocasiones se ha renunciado a la gloria de un triunfo por cuidar a los atletas. En los pasados Juegos Panamericanos, Cuba no contó con el gimnasta Manrique Larduet para no apurar su recuperación ante las lesiones que padecía. Ante las molestias que hoy sufren los peloteros Alfredo Despaigne y Yurisbel Gracial, se ha decidido por las autoridades que antes de incorporarse a la liga japonesa sean atendidos por los médicos cubanos.
De tal manera, no creo que alguien tenga duda de que si el inicio de la 60 Serie Nacional de Béisbol, pactada para el venidero domingo 11 de abril, presupone el más mínimo riesgo, su arranque será pospuesto.
El Gobierno evalúa diariamente la situación epidemiológica del país y del mundo, y tiene un estricto chequeo en tiempo real de todo lo dispuesto en sus planes para el combate a esta dolencia. Cuba es uno de los países que tiene medalla de oro, o para decirlo en términos beisboleros, jonrón con las bases llenas, en la protección de vidas humanas.
Hoy el juego más importante que tenemos que ganar es la batalla ante la Covid-19, y como dijo el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el pasado día 9, se gana entre todos. No porque sea una consigna, sino porque la estructura de un Estado socialista, como el cubano, es una obra de masas. Es como en la pelota, el que gana es el equipo, no un solo pelotero.
¿Qué puede pasar desde el punto de vista de la preparación de los jugadores que ya se alistan para la temporada? Pues nada del otro mundo, se ajusta el diseño de puesta en forma deportiva, que actualmente es mucho más flexible, y ha permitido el desarrollo de campañas competitivas muy largas, o como lo hacen los futbolistas, quienes se desempeñan al mismo tiempo en tres torneos de altísimo nivel.
Igual ha de actuarse en los compromisos internacionales que ya han sido cancelados y están pendientes de reprogramaciones. Cuando se trata de selecciones nacionales, donde el nivel es mayor, justamente por los criterios de selectividad, el trabajo, aunque con una demanda más tensa por el resultado al que se aspira, es menos complejo. ¿Por qué? Por la experiencia y experticia de los atletas, quienes se saben dosificar mejor y asimilan con más eficacia los ajustes.
En definitiva, si hubiera que aplazar el arranque de la temporada, tampoco sería un problema, mucho más si es para proteger al mismo pueblo al que se le dedica la fiesta. Y en este punto, nos permitimos una opinión o sugerencia: lo que no debe hacerse es comenzar a puertas cerradas. El deporte, y más la pelota, en Cuba se hace para el pueblo, no para cubrir un espacio televisivo contratado ni ninguna otra condición comercial. Sin su público, no tiene sentido el béisbol en esta tierra.
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Bárbaro Martinez dijo:
1
16 de marzo de 2020
14:06:42
Lázaro dijo:
2
17 de marzo de 2020
16:42:56
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