ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ricardo López Hevia

Regresan las emociones de la final de la pelota cubana al Palacio de los Cocodrilos, convertido por su afición en la ciudad roja. Camagüey y Matanzas buscan hoy el tercer triunfo del cotejo por el título, bajo la sombrilla de un duelo que deben sostener el derecho agramontino Yariel Rodríguez y el zurdo yumurino Yoanni Yera.

Matanzas retorna a sus predios en la misma condición en que lo hizo en su serie semifinal ante Las Tunas, con un empate a una victoria por bando. En aquella vuelta a casa logró tres triunfos consecutivos y se adentró en la final. Las diferencias ahora son que si repite la hazaña se ceñiría la corona por primera vez en la historia con ese nombre, pero la otra es que enfrenta a un plantel al que su pitcheo lo protege tanto que no parece posible reeditar esa proeza.

Es una porfía que, como ya dijimos, ha roto todas las bolas de cristal, porque ciertamente la paridad de ambas escuadras hace difícil el vaticinio. El mentor Miguel Borroto cuenta con la solidez de su pitcheo, que al propio tiempo es la clave de éxito de los Toros, sometida a la presión de jugar en el patio de Armando Ferrer y de medirse con la ofensiva más temida de la temporada, la más jonronera y por demás la clave de los Cocodrilos.

Por lo tanto, el que exprese su cualidad bandera en el terreno tendría las mayores posibilidades de titularse. Y eso ha ocurrido en los dos primeros partidos, Matanzas, con Javier Camero puso el bateo de largometraje en el choque inicial, y con dos cuadrangulares decidió; y Camagüey plantó en el segundo una joya de pitcheo del jovencito Yosimar Cousín para congelar los maderos rivales, con lo cual su equipo emparejó la justa.

Por ahí transitan los vaticinios y el enigma de emociones que vivimos en este enero con la pelota, que ha convertido al estadio en la casa de la familia cubana y del movimiento deportivo. En las tribunas se han visto caras muy jóvenes junto a los que jamás han faltado, y a muchas de las glorias deportivas de las dos provincias. Hemos sido testigos del mensaje de la capitana de las Morenas del Caribe, tricampeonas olímpicas de voleibol, Mireya Luis, a los peloteros de su natal Camagüey, a su compañera Yumilka Ruiz en el propio estadio apoyando a los Toros y el aliento también del titular bajo los cinco aros Julio C. La Cruz, y del lado matancero el sempiterno respaldo del Príncipe de las Alturas, Javier Sotomayor.

Tampoco ha faltado la estimulante presencia de muchos de los que antes les dieron glorias a los equipos de esas provincias, como Gerardo Sile Junco, el último director campeón matancero en 1991, y de Carlos Gómez, el único timonel ganador por Camagüey, en 1976. A propósito, cual homenaje a los que hace 29 años protagonizaron una final entre estos dos territorios, cumplimos con los aficionados que nos pidieron las nóminas de aquellos dos equipos.

Henequeneros: Juan Manrique, Julio G. Fernández, Juan L. Baró, Alberto Díaz, Armando Dueñas, Lázaro Junco, Fernando Sánchez, Guillermo Heredia, Jorge L. Valdés, José Cantero, Carlos Mesa, Rogelio Amores, Carlos Kindelán, José Estrada, Sergio Rodríguez, Eduardo Cárdenas, Lázaro Garro, Jesús Figueroa, Daniel Manrique, Joel García, Roberto Dueñas, Marcos Walters, Wilfredo Menéndez, Rolando A. Hernández, Jorge A. Martínez, Ariel Tápanes y Lázaro N. Suárez.

Camagüey: Miguel Zayas, Leonel Moa, Pablo Primelles, Sergio Quesada, Luis Ulacia, Lázaro R. O´Farril, Humberto Williams, Miguel Caldés, Julián Pipper, José A. Herrera, José C. Sarduy, Buenafé Nápoles, Andrés L. Martínez, Teófilo Pérez, Jorge Revolta, Orlando Lugo, Orlando González, Fernando Tejeda, Eduardo Rosabal, Felipe Fernández, Liván O´Farril, Ismeldo Díaz, Alcides Masso, Luis Guevara, Omar Luis Martínez, Raúl Reyes y Edel Pacheco.

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