ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

«Lo primero que se me ocurrió fue venir para acá. Imagínate, nos habíamos enterado de que habían bombardeado los aeropuertos. Yo enseguida pensé en el de Rancho Boyeros, vivo, y vivía entonces pegadito a esa pista. ¿Qué habría sido de mi familia?, me preguntaba».

«Recuerdo que, así como dice él, no existía otro sentimiento que el de venir a como diera lugar, a cambiar los bates por los fusiles. Pero nos reunieron en el hotel, y nos leyeron un mensaje en el que la dirección del país nos decía: Milicianos al fusil, estudiantes al estudio, trabajadores al trabajo, peloteros a la pelota. Su misión allí es ganar».

Esas fueron las impresiones de Pedro Chávez y Jorge Trigoura al enterarse, justo en medio del Campeonato Mundial de béisbol de abril de 1961, en Costa Rica, de que Cuba estaba siendo agredida por el imperialismo. La historia hizo coincidir la grandeza de un pueblo: en las arenas de Playa Girón se producía la primera gran derrota del imperialismo en América y, en Costa Rica, el deporte le daba a la Revolución, y ya a su socialismo, el primer título mundial.

Cuenta Chávez que la misma convicción de victoria en defensa de la Patria se apoderó de nuestro equipo. «Fíjate si fue así, que hicimos en el campeonato, en solo nueve juegos, 128 carreras y solo permitimos 11». Y Trigoura rememora que en los sorteos para decidir qué equipo era el home club, nos regalaban esa condición. Al preguntar por qué, los contrarios respondían: «Para que vayan al bate un inning menos y no nos anoten tantas carreras».

Chávez recuerda que «fueron días muy tensos, jugamos con mucha presión. Nos habían dicho que la Revolución había sido derrotada, que Fidel estaba muerto y Raúl preso. Nos insultaban, nos conminaban a traicionar. Pero no dejamos un solo día de ir al terreno para cumplir con la encomienda recibida».

«Tú eres el número 7, tú ves la palma a la derecha de la ventana de tu habitación, desde ella misma te vamos a colgar como sigas jugando, así decía una nota que me dejaron en el hotel. Cuando se me acercaron mis compañeros expresé: no hay de qué preocuparnos, nosotros tenemos una sola misión, así que los de la palmita que se vayan al carajo», narra Trigoura.

No lo colgaron, pero un pitcher mexicano de quien no recuerda el nombre le dio un bolazo en la cabeza y se le acabó el Mundial. «Todo el mundo sabe que Chávez fue uno de los mejores bateadores de la pelota cubana, pero Gago –le dijo a Chávez–, si no me dan aquel pelotazo, te alcanzo en jonrones».

El 20 de abril, cuando ya conocían de la heroica victoria, el equipo de Chávez y Trigoura, en el que también militaban José Miguel Pineda, Alfredo Street, Rolando Pastor, Ricardo Lazo, Urbano González, Mario González, Rafael «Cachirulo» Díaz, Dagoberto Blanco, Raúl Ortega y Eladio Sauquet, trabajador del diario Revolución, uno de los que dio origen a Granma, entre otros, ganaron su último partido para ceñirse la diadema mundial. Chávez jugó los nueve desafíos, con 36 veces al bate, 19 anotadas, igual cantidad de jits (dos tubeyes y cinco jonrones), 17 impulsadas y astronómico average de 528. Trigoura participó en seis encuentros, con 22 veces al bate, 11 anotadas, 11 jits (un tubey y cuatro jonrones), 12 remolcadas y 500.

El pasado sábado, Chávez y Trigoura estaban otra vez en el terreno, ya con más de 80 años, pero con la misma convicción. Al frente de dos equipos de glorias del béisbol habanero, le devolvieron a su capital el homenaje que esta le hizo a un sitio emblemático de Cuba, de su cultura y de su historia. El que fuera desde el 26 de octubre de 1946 el Gran Stadium del Cerro, y a partir del 14 de enero de 1962, cuando se inauguró por Fidel la primera Serie Nacional, se convirtiera en Latinoamericano, guarda ya, como la victoria del Almendares sobre Cienfuegos en su duelo fundacional, y los triunfos de los Campeonatos Mundiales de 1971 y 1973, que acogió en sus predios; o el jonrón de Marquetti, que coronó a Industriales en 1986; la placa Aniversario 500 de La Habana.

RESULTADO EN LA SERIE NACIONAL

JULIO A. MELLA

C

H

E

CFG

010 000 024

7

13

0

LTU

012 100 100

5

6

1

G: José A. Ozuna (4-1). P: Rubén Rodríguez
(1-1). Js: Miguel Lahera (5). Jr: Rafael Viñales.

 

Nota: Los partidos Industriales-Santiago de Cuba y Matanzas-Camagüey, fueron suspendidos.

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Ramon dijo:

1

11 de noviembre de 2019

08:57:19


Estimado Oscar , como siempre un excelente articulo.

EL POETA YUMURINO dijo:

2

11 de noviembre de 2019

14:35:20


!! PREMIER 12: LOS CAMBIOS NUNCA LLEGARON !! -1- Un amigo muy conocedor del béisbol precisamente me dijo humildemente: “sin cambios,… no hay ganador” culpable,… no es el director ahí están los entrenadores esos fieles asesores capaces de dar un consejo y no quedarse perplejos habiendo más jugadores. -2- Una “alineación” inamovible jamás vi cosa igual lo mejor era arriesgar la “ceguera” era visible Cepeda, no es imprescindible estando el jardinero Guiber Saavedra, tan versátil como aquel hasta el mismísimo Quesada cuatro hombres en esa armada con Raulito, el “Tigre” fiel -3- El único en permutar fue el “Grillo” muy sereno bajado hasta el noveno los otros tres sin batear Cousin,… ni outs pudo sacar eso lo sabe Borroto un hombre que sin alboroto para mí lo hizo bien pero,…. quizás le den el “adiós”,….cual saco roto. ---000--- EL POETA YUMURINO 11 de Noviembre de 2019