Sin incluir la jornada de ayer, la representación cubana de béisbol que participa en la Liga Can-am presentaba balance de cuatro victorias e igual número de reveses. ¿Dice algo ese resultado? En pelota es difícil, más si se trata de la selección nacional, no calificar ese desenlace con cierta dosis de escepticismo.
Sin embargo, el análisis que corresponde hoy no pasa por el triunfo o el revés en el terreno. En los estadios canadienses se está preparando un equipo que, aunque en situaciones de competencia, no tiene por objetivo liderar aquella contienda.
Busca allí los necesarios ajustes de cara a su primer compromiso competitivo ya a la vista de un mes, en los Juegos Panamericanos de Lima, un certamen que en calidad será inferior a la Can-am. Y aquí encontramos las primeras valoraciones, pues es acertado modelar el conjunto en un escenario más exigente, como lo es también que la dirección del plantel les haya dado juego a todos sus integrantes para calibrar las futuras demandas de la lid continental.
Reportes de prensa hablan de un positivo estado de ánimo y de disposición en el equipo cubano, pese a los cuatro fracasos, lo cual quiere decir que se asimila el proceso preparatorio.
Eso es vital, porque si bien el calendario de la justa limeña no presenta escollos de nivel en este deporte, aun cuando tiene inscrito novenas de tradición como Puerto Rico, República Dominicana, Canadá y Nicaragua, la exigencia para la escuadra de la Mayor de las Antillas es máxima, pues no le sirve ningún resultado que no sea el de la medalla de oro y recuperar el cetro, que alcanzó por última vez en Río de Janeiro 2007.
Cuando se tiene por meta la coronación en cualquier competencia, lo que se haga antes en cuanto a victorias y derrotas, en las fases de adiestramiento, pesa poco. Si hoy el balance en la Can-am fuera de ocho éxitos, o si se saldaran con un alto por ciento de victorias los 17 enfrentamientos previstos allí, y luego en Lima no se encontraran las soluciones a un partido que se complejiza, si no contara con las variantes para ganar el desafío que no se puede perder, el fracaso sería doble: la preparación habría caído en saco roto y la cota competitiva no se alcanzaría.
Por eso, más que hablar del paso ofensivo de Yordanis Samón en la Can-am o de la buena actuación del zurdo Misael Villa en el desafío del pasado sábado en dos tercios de labor, lo que vale es cómo la dirección del equipo ha venido probando alineaciones, y las maneras en que ha dado diversas responsabilidades ofensivas y defensivas a sus peloteros y tareas en pos de identificar los roles de sus lanzadores.
Este es un proceso largo que tendrá su primera evaluación en los Panamericanos, pero que su punto final es la ansiada clasificación olímpica, la cual hay que obtener en un todavía más demandante certamen como el Premier 12, durante el mes de noviembre.
Como el colega Boris Luis Cabrera, estoy en el bando de los optimistas. Desde la concepción de la etapa preparatoria hasta la confección de los diferentes planteles que han asumido los compromisos en esta fase, la frase del mentor cubano Rey Vicente Anglada a Granma en el ya lejano 24 de marzo pasado toma cuerpo: «ganar los Panamericanos no es una quimera».
He recurrido otras veces a Antoine de Saint- Exupéry para ilustrar los muy agotadores y exigentes periodos de preparación de un deportista, lo retomo hoy a propósito de la Can-am y de lo que se propone el deporte nacional de Cuba en el futuro: «será necesario que soporte dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas».









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Andrés R dijo:
1
24 de junio de 2019
07:45:53
JEGC dijo:
2
24 de junio de 2019
14:19:40
Ramon dijo:
3
24 de junio de 2019
14:32:56
Guillermo Avalos osorio dijo:
4
25 de junio de 2019
12:10:27
santi dijo:
5
25 de junio de 2019
12:54:43
Eugenio Juan dijo:
6
25 de junio de 2019
14:53:16
el poeta yumurino dijo:
7
26 de junio de 2019
15:16:43
fernando dijo:
8
2 de julio de 2019
12:58:28
jorge enrique londres dijo:
9
29 de agosto de 2019
07:43:21
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