¿Qué crees de la postemporada? ¿Cuál será el ganador? Las preguntas me las han hecho muchos aficionados que buscan o reafirmar su criterio o conocer el de uno. Las dos pasan por una arista que, entre el deseo de tirar más de 90 millas, dar un jonrón o ganar un juego de pelota, muchas veces es ignorada y, a nuestro juicio, es tan decisiva como ponchar al cuarto bate contrario con las bases llenas.
Motivación es el prisma por el cual no solemos mirar el posible resultado de un equipo o de un atleta. En la puesta en forma de un deportista hay cinco cotas a alcanzar; la preparación técnica, táctica, teórica, física y sicológica. Si una de ellas se malogra, el resultado se afecta, pues no habría estado de forma óptima. La motivación, dentro de la quinta (no la última), pudiera lo mismo echar por la borda las aspiraciones o convertirlas en realidades.
Cuántas veces no hemos visto al líder de un torneo sucumbir; o al equipo de menos rendimiento en la temporada, llegar a coronarse en la fase decisiva. Por ejemplo, a juzgar por lo que ha ocurrido en las dos fases del calendario regular, pero sobre todo en la segunda, de más envergadura, nadie estaría loco si dice que Matanzas es el favorito y que su rival en la final sería Las Tunas.
De hecho, como mi colega Aliet Arzola Lima, he situado al elenco yumurino como el equipo a derrotar en la postemporada. Sobre Matanzas, el pasado 12 de diciembre, escribí en esta columna: «A sus atributos técnicos suma algo tan grande como el más largo de los jonrones, una motivación que se aprecia tanto como el número o el nombre que lleva cada uno de sus jugadores en sus uniformes».
Como desde el 4 de enero próximo comenzaremos a vivir emociones capaces de levantar a un país y que más allá de los análisis, si algo tiene el béisbol es esa riqueza que lo hace impredecible, vale pasar por la motivación, pues ella también nos define un buen espectáculo. Y ese sí es el jonrón de nuestro pasatiempo nacional, pues su destino es el pueblo.
De frente a esta fase decisiva de estadios llenos y grandes descargas de adrenalina, los entrenadores –entiéndase directores–, son los principales motivadores y, por tanto, su personalidad, su convicción, sus fines y sus técnicas de motivación son fundamentales parar el desarrollo de las actitudes y el éxito de los jugadores.
En su trabajo investigativo «La motivación y el rendimiento en el deporte», los doctores en Ciencias de la actividad física y deportes, Antonio Monroy y Gema Sáez Rodríguez, esta última campeona de baloncesto en España, precisan que el directivo deportivo no se puede dejar llevar por sus propias motivaciones o frustraciones, porque comienza a dejar de tener en cuenta a sus discípulos. Si cae en tan letal abismo conductual, los investigadores afirman que «estos profesionales parecen querer inculcar la victoria deportiva a cualquier precio e incluso se abusa de la agresión verbal si aquella no se consigue». Y agregamos, cuando esto ocurre, el equipo se debilita y el espectáculo se deteriora.
Matanzas, Las Tunas, Industriales y Granma estarán sobre la grama de los estadios y dentro de los corazones de cubanas y cubanos. Para que el béisbol nos siga convocando, no nos deje dormir y sea la sangre que nos corre por las venas y el oxígeno que respiramos, motivemos a nuestros jugadores a dar lo mejor de sí.
La sicología del deporte recoge, y también es una máxima responsabilidad del que dirige a los peloteros, que un trabajo correcto de la motivación contribuye a dar valor al esfuerzo, la perseverancia y el desarrollo de las habilidades como los elementos que pueden facilitar una satisfacción personal. La suerte deja de ser considerada como un factor influyente y lo más importante pasa a ser el propio esfuerzo.
Vaticinios a un lado, este resorte motivacional puede hacer inclinar la balanza. Los Industriales, el peor conjunto de los clasificados en la segunda ronda, es un equipo en el que la camiseta pesa un mundo y podrían encontrar en la tradición su incitación para desbancar a Las Tunas, que ha vestido de lujo a la temporada con su juego alegre y agresivo, cualidades que dotan a su escuadra de una profunda convicción de victoria. Granma, tiene como estímulo la defensa de su título y en mi opinión es el conjunto que pudiera hacer trizas lo sucedido en el calendario regular. Su ofensiva le mete miedo al mismísimo susto y ahora con la bujía AD54 (Alfredo Despaigne), se vuelve el adversario más peligroso para los favoritos.
Y si hablamos de motivación, somos los cubanos los que tenemos ya hoy el deseo de felicitarnos por el advenimiento del año 60 de la Revolución para que llegue pronto el 4 de enero. La pelota nos llama.
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Lazaro dijo:
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27 de diciembre de 2017
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27 de diciembre de 2017
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27 de diciembre de 2017
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27 de diciembre de 2017
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Luis Vázquez dijo:
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bcp dijo:
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EL TIGRE 56 dijo:
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Jorge Alfonso dijo:
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amaury dijo:
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lazarol dijo:
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28 de diciembre de 2017
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Yan dijo:
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2 de enero de 2018
17:33:25
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