Uno a uno fueron pedidos los refuerzos de los seis equipos que a partir de este martes buscarán asiento en la postemporada de la 56 Serie Nacional. Había tanto silencio en la matancera sala White, como cuando hospeda a sus músicos y a sus conciertos. Pero eso fue así hasta que el mentor villaclareño Vladimir Hernández, solicitó al capitalino Carlos Tabares.
Ningún otro jugador escogido hasta ese momento provocó los espontáneos aplausos del recinto. Quienes asistieron al programa televisivo en el singular estudio y los que afuera, en el parque de la Libertad, lo veían en pantallas gigantes, hicieron brotar su reconocimiento por el hombre que fue fiel a su frase de dejar la piel en el terreno. Y aunque no volverá a jugar, después de 25 años, lo volvieron a ovacionar.
Al concluir las seis rondas de selección, se formó un nudo en la puerta de la casa yumurina del pentagrama. El pueblo se volcó hacia esa salida y todos coreaban en una solo voz ¡Víctor, Víctor! Accedió el 32 a las fotos que le pedían, a firmar autógrafos y apenas pudo abrirse paso para continuar con el programa del Juego de las Estrellas de la actual temporada.
En las graderías del estadio dos jovencitas que no pasaban de 20 años quisieron guardar en sus móviles una instantánea junto al legendario Antonio Muñoz, el Gigante del Escambray; Omar Linares, El Niño grande del béisbol cubano, respondía igual ante los aficionados que querían llevarse un recuerdo al lado del mejor pelotero de nuestros clásicos beisboleros.
En la zona de la playa, en las inmediaciones de las obras de reparación del puente Guanima, terrenos bien cuidados cobijaban dos pitenes de fiñes, aunque al costado un cinco para cinco preferían el fútbol. Y en el bello Victoria de Girón, ya sitio imprescindible de la sociedad matancera, una competencia de jonrones con niños menores de 12 años presidió el espectáculo del viernes, como antesala del desafío de las estrellas veteranas.
Exclamaciones, comentarios que ante el asombro de los presentes llegaron a ensordecer y un atronador aplauso, se llevó Luis Stacholy, quien no venció, pero tres de sus cinco vuelacercas se metieron en las gradas del jardín izquierdo. Pino, su compañero del Sub 12 campeón nacional, no rebasó las medidas de los mayores, pero sí seis veces las de su categoría para proclamarse ganador.
Jorge, el poeta yumurino, incansable defensor de los rojos de Víctor Mesa, contrapunteó con nuestro colega Aliet Arzola Lima, por aquello de «rídicula» cantidad de victorias, con la que ponderó el arrollador paso de Matanzas en la campaña. Y Michael, el trabajador del Cupet de la calle 17 en Varadero, quien al tenerlo frente me dijo: «¿Usted es Oscar Sánchez Serra? Ñoo… que recio llevas a Matanzas y a Víctor. ¡Compadre!». Aunque Omar Expósito, Horacio Ramos o Elio Oramas, lectores de esta columna a los que respeto muchísimo, no estén de acuerdo conmigo, le dije a Michael que «a la pelota le hacen falta dos o tres Víctor Mesa más».
Los trabajadores del Victoria de Girón, desde el más humilde hasta sus principales directivos, las autoridades deportivas yumurinas, las de la Dirección Nacional de Béisbol, con el presidente del Inder a pie de la grama, obraron el milagro de jugar el pasado sábado, en un terreno que pese a la copiosa lluvia de más de diez horas y los persistentes y amenazadores nublados, brilló con lo que más les gusta a los cubanos.
La pelota vive y Matanzas es una muestra de ello, de ese corazón cuyos latidos pasan por ser estandarte de la cultura nacional. También lo ha sido Ciego de Ávila, anfitrión los últimos años de los principales acontecimientos de este deporte. Lo que alcanzó el movimiento deportivo nacional en la Atenas de Cuba este fin de semana, desde las ceremonias inaugurales, pasando por otro bambinazo de Godínez en estas lides, o Adiel Palma, cual si fuera hoy el mismísimo mejor zurdo de nuestra pelota, en el cotejo de las glorias deportivas, hasta el cerradísimo duelo de los protagonistas de este presente, fue un verdadero regalo a una afición que tampoco abandonó las gradas.
Experiencias, claro que habrá que sacar. Las premiaciones, por ejemplo del ganador del match de jonrones, pudo o debió hacerla Muñoz, Linares, Lázaro Junco, Julio Germán Fernández o Don Miguel Cuevas, presentes allí para suerte de la pelota. El reconocimiento al ganador de los veteranos quedaría mejor si lo hicieran los jóvenes de hoy. Recordemos que en pelota el tiempo no pasa y las generaciones, como ocurrió en Matanzas, han de hablarse. Y desde mañana hablaremos mucho de bolas y strikes, con el inicio de la segunda fase de la temporada.
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enrique15 dijo:
1
31 de octubre de 2016
08:03:29
Julio S. López Cuesta Respondió:
31 de octubre de 2016
11:52:44
JPP Respondió:
31 de octubre de 2016
12:00:26
Julio S. López Cuesta Respondió:
4 de noviembre de 2016
09:01:40
vacio dijo:
2
31 de octubre de 2016
08:27:55
LUIS ERNESTO dijo:
3
31 de octubre de 2016
09:08:26
MCCADM dijo:
4
31 de octubre de 2016
09:55:54
Julio S. López Cuesta Respondió:
31 de octubre de 2016
14:45:15
Kmelot dijo:
5
31 de octubre de 2016
10:00:18
pacahu dijo:
6
31 de octubre de 2016
10:06:46
adolfo dijo:
7
31 de octubre de 2016
10:28:59
Jose cuervo dijo:
8
31 de octubre de 2016
13:30:54
soria dijo:
9
31 de octubre de 2016
13:47:31
lazaro levantate y anda dijo:
10
2 de noviembre de 2016
14:22:50
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