En el Caribe se vive el béisbol tan intensamente como en ninguna otra región del planeta. La pasión es palpable en los diamantes, las gradas y en cualquier plaza improvisada donde los fanáticos debaten sobre el deporte de las bolas y los strikes, arraigado cual tradición centenaria.
Por eso, no es de extrañar que familias enteras, de generación en generación, hayan escrito historias legendarias a golpe de jonrones, fildeos y ponches. Dentro de dicha línea, múltiples son los casos de hermanos que han coincidido sobre la grama, bien defendiendo los mismos colores o de oponentes.
En sitiales de honor se ubican los hermanos Alou (Felipe, Mateo y Jesús) en República Dominicana, verdaderos héroes por su clase y rendimiento fuera de serie, tanto en el circuito profesional quisqueyano como en las Grandes Ligas de Estados Unidos.
Su legado se engrandeció año por año e, incluso, en las Mayores, llegaron a defender las praderas juntos en un mismo partido, vistiendo los colores de los Gigantes de San Francisco en 1963, sin obviar sus llamados a los Juegos de las Estrellas y la titularidad indiscutible de Felipe a lo largo de más de 15 temporadas.
La trayectoria de los Sánchez de Matanzas también es muy conocida cuando se habla de familias que llevan el béisbol en la sangre. Cinco hermanos (Wilfredo, Fernando, Felipe, Armando y Arturo) marcaron una época, con particular relieve para Wilfredo y Fernando, temibles toleteros con resultados relevantes en la arena internacional.
Y ellos son solo una parte (indispensable) de la historia de hermanos en Series Nacionales, la cual también integran Andrés y Miguel Pilotaje Telemaco, los serpentineros Modesto y Domingo Verdura, los santiagueros Elpidio y Herminio Mancebo, los yumurinos Félix y Reinaldo Isasi, los capitalinos Eulalio “Yayo” Linares y Arturo “Espada o Escalera” Linares, apellido este último que también honraron los pinareños Omar y Juan Carlos.
EL SALTO A LAS SERIES DEL CARIBE
Con estos soltamos al viento solo algunos ejemplos, pero como ya explicamos, bien larga es la lista de hermanos que han dejado la piel en el terreno, muchos de ellos con impacto en Series del Caribe, más allá de los circuitos domésticos.
Uno de los casos más recientes es el de los hermanos cubanos Yulieski y Lourdes Y. Gurriel, quienes han jugado en las dos últimas ediciones de la lid. Hace un año subieron a lo más alto del podio con los Vegueros de Pinar del Río, y ahora luchan por encumbrar a los Tigres de Ciego de Ávila.
Al igual que los hermanos Gurriel, la pareja de TJ y Francisco Peña estuvo en par de lides durante los años 2013 y 2015. En Hermosillo, México, los Peña representaron a los Leones del Escogido, y dos años después se enfundaron en la casaca de los Gigantes del Cibao.

Una de las historias más llamativas también guarda relación con Cuba. Hablamos de los hermanos Alfredo y Jonathan Aceves, designados como lanzador abridor y cátcher titular en el duelo inaugural de la lid organizada en Isla Margarita, Venezuela, en el 2014.
En el parque de Nueva Esparta, los hermanos defendieron los colores de los Naranjeros de Hermosillo, y en el debut se midieron a los Naranjas de Villa Clara, a quienes vencieron 9-4. Alfredo fue el lanzador ganador, mientras Jonathan conecto un jit y produjo una carrera con elevado de sacrificio.
Hablando de mexicanos, Vicente y Enrique Romo estuvieron presentes en la Serie del Caribe de 1973 con los Yaquis de Obregón, y fueron protagonistas de su única victoria contra Venezuela. Vicente se apuntó la sonrisa y su hermano vino al rescate en la octava entrada, para luego dar paso a Al Habrosky, encargado del cierre.
En Venezuela también encontramos este tipo de relatos, pues Oswaldo y Orlando Arcia participaron con los Caribes de Anzoátegui en la pasada edición de San Juan, Puerto Rico. Originalmente miembros de los Tigres de Aragua en el circuito morocho, los Arcia fueron escogidos como refuerzos de los felinos y cumplieron un sueño de toda la vida, pues son nativos de la ciudad anzoatiguense de Anaco, y en San Juan lograron representar a su tierra natal.
“Nunca esperamos eso en Anzoátegui, creo que nosotros cuando jugábamos juntos y nos formamos en este mundo de la pelota, no nos pasaba por la cabeza que íbamos a estar en una Serie del Caribe juntos, menos bajo estas circunstancias. Ahora que lo vivimos, estamos completamente comprometidos a representar a Venezuela y conseguir ese título para nuestro país y especialmente para nuestro estado y ciudad natales”, relató Orlando hace un año.
Por cierto, en las Series del Caribe la mayoría de los casos son de hermanos que han jugado en las mismas escuadras, pero en la presente versión de Santo Domingo chocaron Adonis y José Adolis García, dos Tigres en bandos opuestos que protagonizaron palmo a palmo la rivalidad en Quisqueya.
El más joven de la familia, José Adolis, miembro de Ciego de Ávila, y Adonis, con los felinos de Aragua, dieron vida a una de las historias más sui generis de la lid, y del béisbol cubano en sentido general, porque nunca antes se había dado el choque entre dos hermanos de la Mayor de las Antillas en eventos internacionales.
UN CAPÍTULO DE RECORDS
Pero si hablamos de coincidencias, pocas han trascendido tanto como la que esbozaron los hermanos Adrián y Edgar González, nativos de Chula Vista, California, quienes se criaron y jugaron béisbol en Tijuana, México.
Ellos no saltaron al diamante juntos en Series del Caribe, pero en un mismo día (4 de febrero), de diferentes años (2006 y 2008), lograron récords históricos para el evento. En Maracay, Venezuela, Edgar se convirtió en el primer jugador en disparar ocho imparables consecutivos, quebrando la añeja marca de siete, en poder del boricua Roberto Alomar desde 1995.
Edgar, vistiendo el traje de los Venados de Mazatlán, sumó cuatro inatrapables contra los Tigres del Licey, y al día siguiente despachó otros cuatro ante los Gigantes de Carolina. Su fabulosa racha la quebró el lanzador Iván Maldonado, quien lo ponchó en el epílogo del mismo duelo que estableció la marca.
Dos años más tarde, su hermano, el "Titán", como se le conoce en el béisbol estadounidense a Adrián, logró algo que ningún pelotero había conseguido en 51 ediciones de la Serie del Caribe. El inicialista, figura con los Padres de San Diego y los Dodgers de Los Ángeles, largó tres jonrones en un mismo desafío, después de que 45 jugadores pegaran un máximo de dos.

Los Tigres del Licey sufrieron el poder del zurdo de los Venados de Mazatlán, quien botó las tres pelotas por la banda izquierda, dos de ellas ante lanzadores de llamada "mano equivocada", demostrando que es un bateador extraclase ante cualquier pitcheo.
En las Grandes Ligas, para no dejar margen a las dudas, también regalaron otra casualidad, al pegar ambos jonrones en un mismo choque (Padres de San Diego vs. Gigantes de San Francisco), el 11 de septiembre del 2008, cuando Adrián se voló las cercas en par de ocasiones y Edgar lo imitó al final con otro cuadrangular.
Como vemos, múltiples son los casos de hermanos que han saltado a los diamantes del Caribe en más de medio siglo de historia, prueba irrefutable de que en algunas familias de estas naciones el béisbol viene desde la cuna.
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HDSalazar dijo:
1
5 de febrero de 2016
14:30:43
Moises dijo:
2
5 de febrero de 2016
14:38:51
anibal garcia dijo:
3
5 de febrero de 2016
14:43:49
nereo dijo:
4
6 de febrero de 2016
08:45:55
Rómulo Rico dijo:
5
8 de febrero de 2016
21:06:29
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