En el emblemático Palacio de la Revolución, desde uno de esos lugares donde se atesoran tantas historias y momentos significativos protagonizados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cobró vida un nuevo espacio de comunicación, cuyo anfitrión es el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Se trata del programa “Desde la Presidencia”, que se estrena en el canal de YouTube de nuestro sitio oficial y donde el Jefe de Estado abordará con sistematicidad diversos asuntos de interés para la población cubana. La emisión de esta semana, en la cual también participó el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy y estuvo conducida por la periodista Arleen Rodríguez Derivet, analizó de manera especial los sucesos acontecidos el pasado domingo en tres territorios del país, así como las causas y condiciones que condujeron a ello.
Los planteamientos hechos en ese momento por un grupo de personas estaban asociados sobre todo a la compleja situación con la generación eléctrica y a la distribución de los alimentos. Esa realidad fue cruelmente aprovechada por los enemigos de la Revolución para en el espacio de las redes digitales mostrar una imagen de caos, llamar a la desestabilización del país, y a la caída de la Revolución.
Al respecto, durante el diálogo de la noche de este miércoles, el Presidente Díaz-Canel aseguró que para poder llevar a cabo una evaluación objetiva acerca de los acontecimientos de ese día, es necesario plantearnos dos dimensiones: la Cuba real y la Cuba virtual.
La Cuba real, esa que en cada hogar se vive a diario, comentó el mandatario, ha estado marcada en los últimos años por momentos muy difíciles que se han complejizado más en los primeros meses del 2024, en los cuales se ha producido una acumulación de largos apagones que molestan mucho a la población y también tenemos carencias de alimentos, con fracturas en la distribución oportuna de la canasta familiar normada.
Esa coincidencia de circunstancias, valoró, facilitó que un grupo de personas, fundamentalmente en tres localidades del país, se reunieran buscando la explicación, la argumentación y la respuesta a la queja que tenían acerca de esos temas. Recordó entonces cómo de inmediato se presentaron en los lugares las principales autoridades del Partido y del Gobierno de esos territorios para dialogar con los presentes.
Los enemigos de la Revolución querían convertir todo en caos y llevaron a las redes sociales una Cuba alejada de las fatídicas consecuencias del inhumano bloqueo que el Gobierno de los Estados Unidos impone al pueblo cubano, que incluye una feroz persecución energética.
De ahí que en sus palabras el Presidente de la República hiciera una fuerte denuncia sobre los intentos del Gobierno estadounidense para subvertir el orden en Cuba, lo que obedece a una vieja política del imperialismo, puesta en práctica hace casi 64 años, cuando manifestaron que por el apoyo mayoritario que tenía la Revolución solo podía ser derrocadaasfixiando a su economía para que el pueblo no pudiera soportar las privaciones materiales y se volviera en contra del Gobierno revolucionario.
Por eso el pasado 17 de marzo nos construyeron una Cuba virtual, de odio a la Revolución, de calumnias, en la cual se manipularon burdamente la permanencia y magnitud de los hechos con técnicas de inteligencia artificial, aseveró el Jefe de Estado.
Todo ello es parte, reconoció, de la política de máxima presión del Gobierno de los Estados Unidos, que tiene dos componentes fundamentales: asfixia económica e intoxicación mediática. “Dicho de otra manera, bombas silenciosas para socavar nuestra economía, ahora apoyados con lanzamientos de cohetes mediáticos”, refirió.
¿Fue el 17 de marzo el día de más apagones en el país?, preguntó la periodista Arleen Rodríguez durante el diálogo al Ministro de Energía y Minas, quien aseguró categóricamente que no: “fue un día similar a los anteriores, con apagón de muchas horas”. La situación, consideró, fue una acumulación de días malos que hemos debido enfrentar como consecuencia del déficit de generación.
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