ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Página de la revista Bohemia, del número del 11 de enero de 1959. Foto: Archivo de Granma

Mentir, mentir y mentir más. Esta es la línea de los medios de prensa anticubanos del sur de la Florida, al abordar el tema de la Isla, en cuanto a asuntos de la actualidad, pero también del pasado.

Cadenas de televisión, emisoras de radio, portales y periódicos instalados allí cuentan desde hace años, entre sus directrices discursivas –aunque la matriz se ha intensificado notablemente durante las últimas semanas–, la reivindicación del tirano sanguinario Fulgencio Batista.

A lo largo de enero y de febrero de 2022 se registró una congestión de artículos, comentarios y entrevistas con familiares del dictador o presuntos expertos en su «legado». Cuanto se ha dicho en tales espacios sobre este personaje terrorífico de la historia de Cuba es tan absurdo y mendaz, que roza el delirio.

Cualquier vida de santo empequeñecería ante tamaña avalancha de falsedades tendentes a ennoblecer la abyecta figura. Pero para saber realmente quién fue Fulgencio Batista ni siquiera se precisa acudir a «la historia escrita por los comunistas». La verdad se encuentra recogida, incluso, en los propios medios occidentales, libros y declaraciones de altos funcionarios de Washington.

Ese señor instauró en 1952 la dictadura más sangrienta y corrupta conocida en Cuba, solo con el precedente de la satrapía de Gerardo Machado en lo relativo al prontuario criminal.

Conocido por su anterior labor al frente del país, tanto en razón de su pasado golpista como de sus fervores pro Washington –demostrados desde su alianza con el embajador Sumner Welles en 1933–, la asonada de 1952 contó con el total respaldo del Gobierno de EE. UU.

Fue un peón que instrumentó las políticas para la región, aconsejadas por sus mentores. Sus amos le brindaron sólido respaldo material y asesoría militar, similar a como procedieron, años después, con el desgobierno de Pinochet, en Chile, tras el golpe a Salvador Allende.

Las inversiones de EE. UU. alcanzarían los mil millones de dólares en Cuba a lo largo de su mandato. Las visitas del entonces vicepresidente, Richard Nixon, y la de Allan Dulles, director de la CIA, en 1955, sirvieron para fortalecer los programas económicos e ideológicos del imperio en la Isla.

Dulles le planteó al tirano la inquietud de su Gobierno con la actividad comunista en Cuba, ante lo cual el dictador inauguró, en pocas semanas, el Buró de Represión de Actividades Comunistas (el temible BRAC).

La «criatura», de conjunto con el no menos pavoroso Servicio de Inteligencia Militar (SIM), la Policía Nacional y el Ejército, hizo del país un estado policial, en cuyo vórtice las personas vivían en permanente zozobra y donde las desafecciones políticas se castigaban con la muerte, sin medias tintas.

Mientras tanto, la mafia estadounidense hacía del negocio de la noche y del juego otro imperio en Cuba, llamada «el prostíbulo de América», tema sobre el cual han sido publicadas valiosas investigaciones.

Contentos todos en el norte, bandidos incluidos, Batista tenía barra libre aquí. Así, prohijó a grandes asesinos de la historia de América Latina (Conrado Carratalá, Pilar García, los hermanos Salas Cañizares –Rafael, Juan y José María– y Esteban Ventura Novo) y a cohortes de criminales para defender su siniestra estructura política.

Eran «hombres de bajos instintos, criminales natos, bestias portadoras de todos los atavismos ancestrales revestidas de forma humana», para decirlo con palabras de Fidel, quienes pusieron en vilo a la nación y, especialmente, a su juventud, la cual murió con los ojos sacados, sin uñas, reventados sus testículos o violada, en cuarteles, cunetas, descampados, ríos, mares.

En su reino de «sangre y pillaje» –términos empleados por el periodista Enrique de la Osa–, la corrupción sobrepasó todos los estándares históricos de una nación ya entonces experta en el tema. Batista, por sí mismo, se subió el sueldo presidencial de 26 400 a 144 000 dólares, por arriba incluso que el del presidente de EE. UU., Truman, cuyo monto rondaba los 100 000.

Sin embargo, gran parte de la población cubana estaba desempleada, al tiempo que la mayoría de los campesinos vivía en barracones con techo de guano y piso de tierra, desprovistos de servicios sanitarios o de agua corriente. En tanto, el 90 % no disponía de electricidad.

Como recoge el profesor francés Salim Lamrani en su ensayo 50 verdades sobre la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, el economista inglés Dudley Seers afirma que la situación en 1958 era intolerable: «en el campo, las condiciones sociales eran malísimas. Cerca de un tercio de la nación vivía en la suciedad (…) viviendo en barracones, normalmente sin electricidad ni letrinas, víctima de enfermedades parasitarias y no se beneficiaba de un servicio de salud.

«Se le negaba la instrucción (sus hijos iban a la escuela un año como máximo). La situación de los precarios, instalados en barracas provisionales en las tierras colectivas, era particularmente difícil (…). Una importante proporción de la población urbana también era muy miserable».

Arthur M. Schlesinger, Jr., asesor personal del presidente John F. Kennedy, escribió: «Me encantaba La Habana y me horrorizó la manera en que esta adorable ciudad se transformó desgraciadamente en un gran casino y prostíbulo para los hombres de negocios norteamericanos (…). Uno se preguntaba cómo los cubanos –viendo esta realidad– podían considerar a EE. UU. de otro modo que con odio».

Esta fue la Cuba de miseria, sangre y terror impuesta por Batista, el presidente «beatífico» que ahora nos quieren vender desde la Florida. Solo pensar en pasado semejante redobla las fuerzas en la lucha, para no retroceder jamás hacia tan desolador escenario.

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Osvaldo dijo:

1

22 de febrero de 2022

07:50:13


Muy buen artículo. Pero creo que se hace necesario hacer más publicidad sobre el tema en todos nuestros medios de comunicación principalmente en la televisión que llega a más personas. Porque realmente los programas en Miami engrandeciendo la figura de Batista son muchos y creados con mucha inteligencia para tratar de convencer a los más jóvenes que solo saben la historia. Incluso ya han echo dos programas con la nieta de Batista. Han editado hasta un libro de uno de sus hijos sobre la vida de Batista. Es muy triste la historia de Cuba en esa etapa y están tratando de borrarla, por eso es necesario que nuestros jóvenes conozcan toda la verdad para que no los confundan tenemos testimonios gráficos muy elocuentes de esa barbarie que deben ser publicados nuevamente.

ADOLFO CARBONAY dijo:

2

22 de febrero de 2022

08:38:14


Muy interesante para concluir necesito información de si en esa época era verdad que era un país que producía un PIB superior a de otros y la producción de carne y leche

Alfredo Carlos Abellán dijo:

3

22 de febrero de 2022

08:51:26


Gracias compañeros para refrescarle la memoria a muchos que se han olvidado de como era cuba antes de la revolución. Hay que reproducir todos esos materiales, tanto como documentales,periodicos y revista bohemia para demostrar con pruebas como eran los asesinos al servicio de la tiranía y de EEUU. Convoco a los peridistas honestos que divulguen estas verdades.

Lázaro dijo:

4

22 de febrero de 2022

09:10:23


Este artículo me lleva nuevamente a mi niñéz, cuando en 1959 triunfa la Revolución, los discursos de Fidel dando a conocer todo lo que no se conocía del regimen derrotado, me hice un lector empedernido en la Biblioteca Nacional José Martí, pero mi objetivo solamente era conocer cómo fueron aquellos gobiernos en Cuba antes del triunfo revolucionario. Al ingresar a las FAR para cumplir el SMO, las clases políticas hablaban de esa Historia reciente de la cual todos estábamos muy metidos y nos ayudaba Fidel. En una de las visitas a Cuba, donde primero visité, fue el Casco histórico de la Habana para conseguír volver a tener "El album de la Revoluciön", la gran mayoría de los niños de aquellos años teníamos este Album que era parte de la Historia de nuestro pais, en la Televisión no perdíamos ni un capítulo de "Juventud en peligro" y lo único que deseo, que con la Historia no nos pase lo mismo que con la Música, le pusieron ropa nueva y nos la vendieron como salsa, al punto que muchos de nuestros interpretes se etiquetan como salseros. Demos a conocer esa Historia y que no la tergiversen desde fuera, hoy muchos jovenes no saben nada de los gobiernos anteriores a la Revolución y es un terreno en el cual las tergiversaciones de la Historia pueden traer equívocos. Por favor, no permitamos que eso suceda.

Sensei Manuel dijo:

5

22 de febrero de 2022

10:18:31


Es muy importante conocer la historia. Batista es uno de los peores males que ha sufrido nuestro país.

Manuel Domínguez Moreno dijo:

6

22 de febrero de 2022

10:37:57


No hay que ser un avezado ni un ducho en la historia, para saber que Batista, fue un títere del imperio, un monigote y un espantajo de esa "superpotencia repugnante" del norte. Quienes hoy hacen apología del batistato, son - sin lugar a dudas - los que desean intervención militar en nuestro país, los que apoyan el feroz, cruel y salvaje bloqueo, los que financian a los mercenarios, para subvertir el orden, los que desean a toda costa, convertir a Cuba, en una estrellita más en la bandera de Estados Unidos. En el discurso pronunciado por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, en el Acto de Clausura del Congreso Metalúrgico, en el Teatro de la CTC, el 6 de julio de 1960, sentenció: ... "porque en definitiva Batista no fue más que un instrumento de un amo mayor; hay algo peor que batistiano, y es: ¡Servir al extranjero explotador de su patria!"

Luis dijo:

7

22 de febrero de 2022

12:09:01


Muy preciso y justo comentario. Solo falta apuntar q a esa labor limpia imagen de Batista, se suma su objetivo más importante, desacreditar a Fidel y la Revolución. Y no lo van a lograr.

Historia dijo:

8

22 de febrero de 2022

15:27:28


Excelente articulo. Batista es una mancha de sangre en la Historia de Cuba. La juventud debe conocer bien estos elementos de nuestra historia.

Alberto Villalba dijo:

9

22 de febrero de 2022

16:40:56


Muy atinado el artículo. Vivo en Miami, nací en Cuba, aprendí en la escuela y con mis padres lo que fue la tiranía de Batista. Ahora cada vez que prendo la televisión aquí me quieren borrar la historia real y decir que fue un benefactor, que los crímenes no existieron y que todos vivían felices y comían perdices. El articulista inicia bien: mentir, mentir y mentir más. Así es con todo, es cierto que la verdad siempre prevalece, pero es tan fuerte y sistemática esta guerra cultural e ideológica que se hacen necesarios muchos trabajos como este en la prensa cubana seria.