
MISSISSAUGA, Toronto.—Ramón Arias es uno de los entrenadores más dedicados que he conocido, un hombre que vibra al pie de los escenarios, que sufre hasta la médula los tropiezos de sus discípulas, y goza las victorias con igual intensidad, pues sabe de primera mano cuánto sacrificio se necesita para triunfar en el taekwondo, disciplina en franco ascenso, capaz de reunir en Cuba uno de los colectivos de mayor calidad entre los deportes de combates.
El profe Arias, como todos le conocen, ha moldeado a decenas de atletas, algunas de ellas de calibre mundial, quienes han sabido poner bien alto el nombre de nuestro país en las más exigentes competencias, ante rivales de tremendo recorrido internacional. Una de ellas es Yania Aguirre (49 kilogramos), muchacha de 26 años que sorprendió hace tres veranos con un metal de bronce en el Mundial de Puebla, México.
Pues bien, la capitalina, después de mantenerse con resultados estables pero sin dar el salto definitivo, encontró en Toronto el escenario ideal para consolidarse en la cima de una de las divisiones más complejas, pues en el continente confluyen dos de las mejores ubicadas en el ranking olímpico, donde Yania no figura entre las 50 primeras.
Hablamos de la brasileña Iris Silva y la mexicana Itzel Manjarrez, sexta y novena de dicho escalafón, respectivamente, ambas con multitud de torneos en la presente campaña que han favorecido su desarrollo. Para llegar a la cima de América, Yania tuvo que zafarse de esos escollos, y lo hizo con mucha categoría.
En su primer combate desbancó a la venezolana Virginia Dellán (9-7), después superó a Silva (6-5) y en semifinales a la guatemalteca Elizabeth Zamora (17-5), puesto 31 del listado olímpico, en cada caso con una notable efectividad en el pateo a la cabeza. Pero el éxtasis llegó en la discusión del cetro frente a la azteca, que tuvo ventaja de seis puntos (9-3) a casi nada del final, cuando Yania sacó las armas y remontó a golpe de incesantes ataques, para imponerse 10-9.
“Me siento súper emocionada, esto es un logro muy grande, no solo mío, sino de todo el colectivo del taekwondo cubano. Debo agradecerle a mis entrenadores, en particular al profesor Jonder, que trabajó conmigo horas extras, con tremenda dedicación, y también al entrenador Arias, siempre con mucha confianza en mí a pesar de que no había tenido buenos resultados esta temporada”, expresó Yania en la zona mixta.
“Como no he salido bien en las competencias de este año, ahora me tocaron las contrarias difíciles, que ya me habían vencido en otras ocasiones, pero como toda cubana, salí para arriba de ellas a derrotarlas y luchar por la medalla”, confesó eufórica antes de ser llamada a la ceremonia de premiación, instancia en la que disfrutó colgarse el metal dorado y ver la bandera cubana subiendo a lo más alto del Centro Deportivo de Mississauga.
“Tenía confianza en que nuestras atletas llegarían en la mejor condición. De momento empezamos con un oro muy grande para Yania, porque al no tener un buen año cayó mal parada en el sorteo, contra rivales de tremenda categoría, las tres últimas por encima de ella en el ranking olímpico”, sentenció Arias, también muy emocionado.



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Julieta García Ríos dijo:
1
20 de julio de 2015
11:22:22
dalia dijo:
2
20 de julio de 2015
11:33:31
Julian del Campo Muniz dijo:
3
20 de julio de 2015
11:45:06
jacqueline Lias Osorio dijo:
4
20 de julio de 2015
13:22:29
gimano dijo:
5
20 de julio de 2015
14:08:05
Ramon dijo:
6
20 de julio de 2015
16:00:33
yordy cav dijo:
7
20 de julio de 2015
16:42:47
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