
TORONTO.—Cuando tenía diez años, un buen día los profesores me dijeron que iríamos a un viaje en bote por la playa, y me llevaron a una competencia sin ton ni son. Así inicié mi paso por el canotaje, que hoy es mi vida.
Yusmari Mengana se confiesa una enamorada de su especialidad, “ni siquiera puedo decirte que me gusta la pelota o el boxeo como aficionada, porque no le resto tiempo a mi preparación para atender otras cosas. Dependo en grado sumo de la fuerza para remar, lo comprobaron cuando asumí la responsabilidad aquí del K-2 a 500 metros, porque en medio de la regata Yurieni Guerra se agotó y no podíamos perder”.
Nacida en la Isla de la Juventud, de padres santiagueros, la única cubana ganadora de tres medallas de oro en unos Juegos Panamericanos tiene conciencia de que “debo vigilar constantemente mi peso corporal, también mejorar el trabajo con los brazos, aunque poseo una potencia en las piernas para resistir jornadas intensas como las de este evento”.
Para venir a esta ciudad y cautivar a los cientos de aficionados que se corrieron hasta el lago Aguas Tranquilas de Weeland entusiasmados por disfrutar de esta disciplina, la joven de 21 años se preparó compitiendo en distintos certámenes internacionales, entre ellos en una de las Copas del Mundo, en Portugal, donde terminó con medalla de plata, entre campeonas olímpicas y del orbe.
—Aquí competiste con una molestia.
—Sí, ya durante las dos últimas competencias, el K-2 a 500 metros y el K-1, 200, sentía la incomodidad de una inflamación en el trapecio, pero el fisioterapeuta del equipo me aseguró que no era nada para preocuparse, pues tan pronto lleguemos a La Habana, con un poco de descanso y tratamiento, debe resolverse el asunto.
—Las kayacistas abrieron la tabla de medallas de este deporte con la plata del K-4 a 500 metros, ¿por qué no te incluyeron en esa tripulación?
—La estrategia consistía en no desgastarme en demasiados eventos y preservarme para los que en realidad podría imponerme. La realidad nos dio la razón, solo lamento no haber participado en una cuarta modalidad, porque si en el K-4 hubiéramos logrado el oro en lugar de la meritoria plata ganada por las muchachitas, ahora Jorge García, quien también se lleva para Cuba tres títulos en el canotaje, estaría celoso.
—Según tú, solo tienes ojos y tiempo para remar. ¿No hay un filón por ahí para los amores?
—Bueno, la cosa no es tan así, claro que existe también ese tiempo, y no me da pena decir que vivo enamorada del remero Ángel Fournier, con quien llevo una relación de más de un año.
—Ejercitándote tanto, requieres de una fuerte alimentación.
—Si tú supieras, la gente se equivoca conmigo porque me ven “trabadita”, como decimos los cubanos, pero más que la comida, prefiero las chucherías.
—Música, cine… ¿qué escoges?
—Cuando descanso disfruto mucho de la música romántica, y también de las películas de terror.
—Y después de ver una de esas películas, ¿no tienes pesadillas?
—Para nada, duermo a piernas sueltas, porque al día siguiente hay que entrenar.
—¿Qué requieres para sentirte una joven a la moda?
—Eso no me preocupa en lo absoluto, me visto muy sencilla, con un jean y una blusa, yo soy feliz.
—Tu mayor añoranza.
—Convertirme en campeona olímpica en Río de Janeiro 2016.
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Ramon dijo:
1
17 de julio de 2015
05:18:13
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