Algunos albergan la efímera esperanza de que nuestros enemigos se conformarían con determinadas concesiones. Piensan, tal vez de buena fe, que renunciar al partido único, convocar a elecciones «libres» o devolver propiedades legalmente nacionalizadas significaría la llegada de tiempos prósperos y abundantes.
Poco conocen a nuestro vecino o prefieren ignorar la historia, los que tales cosas suponen. Con Cuba el plan es radical y total, se trata de tenerlo todo o nada. A una cosa seguiría otra y no sería una simple restauración capitalista, con aires de postal coloreada, cumpliendo viejos sueños de quienes desempolvan archivos glamurosos con selectas imágenes habaneras de 1958; se trata de un sunami neoliberal, como ningún otro pueblo de la región ha visto.
El inmediato ajuste en sectores como la educación, la salud, el deporte, la cultura y otros de matiz social, unido al cierre de industrias no vitales para los nuevos intereses políticos, produciría un súbito incremento del desempleo que sería mucho más nocivo al no disponerse de opciones laborales informales en cantidad y calidad suficientes.
La vuelta al capitalismo, que ni siquiera fue dulce en naciones de mayor desarrollo (Europa del este), tendría acá un sabor terrible. Es de suponer que el milagro del libre mercado, incapaz de resolver los problemas de pobreza, marginalidad, droga, migración, violencia y otros, enraizados en naciones vecinas –tercermundistas como acá– con siglos de capitalismo ininterrumpido, no sería competente para convertir a Cuba, de la noche a la mañana, en el paraíso prometido.
El descuido de la política educacional y el regreso a prácticas asociadas al juego, la prostitución y al aumento exponencial de las sustancias prohibidas generaría la aparición de fenómenos sociales poco conocidos hoy (pandillas, agrupaciones mafiosas, etc.) sin perder de vista que cesaría cualquier beneficio migratorio para los cubanos, que ya no tendrían necesidad de «escapar» del comunismo, agregando presión a la olla y sumando nuestra cuota humana en las terribles caravanas que atraviesan el continente en busca del «sueño americano».
Eso sería Cuba y no otra cosa, aplastada por los deseos de revancha, ignorada entonces por los grandes medios de prensa, convertida en propiedad recuperada por los que se creen amos.
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Raúl Fernández Cabrero dijo:
1
19 de noviembre de 2024
13:01:44
estrella López dijo:
2
19 de noviembre de 2024
13:13:17
Eduardo dijo:
3
19 de noviembre de 2024
17:47:35
egberto Respondió:
25 de noviembre de 2024
19:04:59
Eduardo dijo:
4
22 de noviembre de 2024
11:38:31
Sandro Daniel dijo:
5
28 de noviembre de 2024
07:32:28
Josu iñaki dijo:
6
27 de enero de 2025
12:05:14
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