ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Lo que hoy disfrutas, no te debe molestar mañana. Hay quien pone turulato al vecindario cuando sube al máximo el volumen de la música seleccionada por él –no por los demás–, y nos obliga a cerrar la puerta de la casa para ver el televisor.

Su contentura, al ritmo del traguito de ron, le propicia el vacilón, y tal como crece el audio, menos escucha a quienes se quejan de su exagerada oferta gratuita.

Al día siguiente, a medio despertar, el rey de la bullaranga mostró su molestia porque, precisamente al lado de su morada, sonaba un son, a un nivel muy bajo respecto al que él imponía.

No se atrevió a entrar en discusión, pero ese día, a pesar de que su amiga no le abrió todo el galillo a los acordes de su aparato de audio, seguramente el incómodo señor no reparó en la falta de respeto y de consideración hacia las personas con quienes convive, las que reclaman tranquilidad. Cada vez que considera que hay un motivo para celebrar, allá va otra discordante noche.

A veces, las ganas de jorobar son solo por avivar la llama de la maldad. Elena, una cuarentona que vive sola, cada mañana barre el frente de su hogar y luego sale a hacer sus gestiones. Pues no faltan quienes, rebosantes de irrespeto, lanzan papeles, latas de cerveza u otros objetos para arruinar la limpieza y provocar la ira de la mujer. A su regreso, la protesta son palabras muertas para los malhechores.

La gritería de una esquina a otra de la cuadra, para llamar a alguien. El panadero que lo mismo a las seis de la mañana que a las 11 de la noche no le basta pregonar a garganta batiente, sino que refuerza el llamado con un chirriante silbato.

Las motos y autos a gran velocidad por calles interiores en las que viven niños y ancianos; o el «malecón sin agua», una acera alta delante de una casa y en la que, a cualquier hora, se sientan a conversar personas ajenas.

Usted tal vez sufra, de forma parecida, algunos de estos hechos, muestra de mala educación, que empieza a corregirse por el hogar.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

José Luis Hernández Rodriguez dijo:

1

14 de octubre de 2024

16:29:34


Compañero Alfonso, usted tiene toda la razón, el irrespeto de algunos que nos rodean, por distintas vías es algo que se manifiesta como la hierba mala en primevera, quien no ha sufrido esta desconsideracion de alguna forma y a cuántos no nos ha costado una compleja riña entre vecinos. Pero la pregunta es: las entidades que tienen que hacer cumplir todo lo que está establecido, que es bastante, habran analizado los resultados de su trabajo.

Jorge Respondió:


24 de octubre de 2024

16:24:55

Estoy de acuerdo, PERO: ¿por qué suceden estas cosas? Porque las autoridades no actúan. Todos hemos sufrido la música estruendosa de una moto en plena calle. Se pasean impunemente y todavía no he visto a ningún policía detenerlos y ponerle una multa. Porque eso está prohibido en el Código Penal. Y que conste, esas son acciones que no llevan recursos. Pero, las autoridades tienen que establecer la disciplina. Gracias Granma por abordar el tema. Y como ahora hay una nueva Ley de Comunicación Social, el órgano del PCC podría hacer una investigación periodística sobre este tema de la indisciplina social.

R.F.Castillo dijo:

2

17 de octubre de 2024

16:23:47


Es una lástima que las personas indisciplinadas y desconsideradas que Ud menciona en su artículo, no lo lean ni lleguen a ellos los comentarios. Pero en hechos como estos todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad, los familiares en primer lugar, los vecinos que lo permitimos y las organizaciones y organismos que lo permiten.

Toribio Mayorga Martínez dijo:

3

22 de octubre de 2024

12:47:56


je je je, disfrute muchísimo de este escrito de Alfonso Nacianceno, describe a la perfección las realidades del diario vivir, pero con una prosa muy sabrosa, se disfruta la lectura.