ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Como todo sueño, la idea emergió, luego ganaría en definiciones, hasta ir desentrañando sus alcances. Como todo sueño, su realización demandó sumar voluntades y propuestas que lo hicieran crecer en su propósito.

Así, hace unos dos años y medio, el periódico Granma se planteó tener su casita infantil, la primera en un medio de prensa cubano, lo que la convierte, más que en un referente, en una invitación para que nuestros colegas no vean en ello imposibles.

La naturaleza de esta profesión hace que el trabajo no pocas veces sea una prolongación del hogar, donde la pasión por esa entrega nos hace olvidar horarios y estar en cualquier momento, y más cuando las urgencias lo precisan. Por ello ese respaldo a los padres, sabiendo a sus hijos cerca, cuidados y seguros, conquistó sin pausa los corazones de los nuestros.

Una vez identificado el local, nos pusimos en diálogo con las autoridades del Ministerio de Educación, quienes no solo aportaron la guía metodológica con los requerimientos bien pautados, sino que nos contagiaron con otras experiencias y pusieron alas al pensamiento y a las posibilidades.

La sensibilidad fue abriendo el camino en tanto se trasladaba lo que allí habitaba, se ajustaba la plantilla para contar con las educadoras, se pintaba, se reconstruía, se añadía un pantry, se cambiaban los muebles sanitarios, se ponían más luminarias, se diseñaban los diversos espacios de convivencia y de aprendizaje, y se concebía la gráfica que ilustraría con belleza sus áreas... El Sindicato y la ujc del centro le pusieron desde los comienzos sus buenas energías, y hasta los juguetes de los primeros seis pequeños que acoge se deben al desprendimiento del colectivo y de sus familiares.

Lissette Benítez , con la vocación especial que tiene para mover montañas, garantizó tempranamente el mobiliario y demás recursos necesarios para el bienestar de los niños. Otro ser igual de dispuesto en el periódico, Omar Quevedo, puso énfasis en cada detalle.

A estos esfuerzos se encadenaron muchos, hasta declarar la obra completada, con el impulso maravilloso de nuestros cuadros –empezando por los subdirectores–, de los compañeros de Servicio y de todos los que aportaron su dedicación en función de lograrlo.

Debemos enaltecer que, con las labores reconstructivas del último año en la sede del diario, la casita –que nombramos Pequeños expedicionarios– fue incluida entre los espacios priorizados. La propia dirección de nuestro Partido abrazó el proyecto, con el empeño decisivo y el aliento del miembro del Buró Político y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda, y la comprensión y el interés de Rogelio Polanco, al frente del departamento Ideológico.

No puedo negarles que no faltaron los percances, los cuales postergaron su fecha de inauguración en varias oportunidades. Pero se impuso la fuerza de la constancia nacida del alma, la misma que aprecié en los ojos iluminados del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, quien el pasado viernes llegó a ese tierno lugarcito que irá ampliándose con la disposición de otra área. Allí se detuvo con delicado interés para indagar en la matrícula (que en su concepción, para 14 infantes, igualmente beneficia a otro compañero del gremio, de la comunidad y de la organización), para comprobar sus condiciones y para multiplicar las motivaciones, desde la estrategia que el país despliega en su atención a la dinámica demográfica.

Si bien obras son amores y no razones para presumir de ellas, sentí la necesidad de compartir la vivencia como sentido reconocimiento a las luchas de Vilma. A propósito de ayer, día de su cumpleaños, reiteramos el agradecimiento para ella, por inspirar la nobleza, mientras puso, junto a Fidel, a la mujer y a la familia ante otro escenario. En esa entrega por una nueva cultura emancipatoria, es un deber, por Cuba, mirarnos.

Foto: Archivo de Granma
Presidente de Cuba en el periódico Granma Foto: José Manuel Correa
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