¿Qué te pareció el Congreso? Me preguntó a boca de jarro un colega, sin que hubiese transcurrido una hora de su conclusión.
Excelente, le definí sin pensarlo dos veces. Mejor aún, si valoramos la sincera y necesaria participación de colegas jóvenes, incluso estudiantes de periodismo, quienes levantaron su voz en un contexto en el cual, según ellos, «estaban sentadas allí verdaderas glorias del periodismo cubano».
Los jóvenes no hablaron para lamentarse, tampoco para hacer catarsis. Me dio la impresión que se sentían ya como parte de lo que allí se debatió durante dos días. Incluso, hubo estudiantes que afirmaron «sentirse parte de la UPEC».
Por eso, entre otros motivos, no dudamos un momento, en proponer a jóvenes periodistas para ser incluidos en las estructuras de dirección de la UPEC que fueron elegidas en el Congreso, o a formar parte del Jurado del Premio Nacional de Periodismo y a integrar la Comisión Nacional de ética.
En el cónclave de los periodistas cubanos no fue ajeno el relato de experiencias sobre el incipiente «experimento» que involucra a un grupo de medios nacionales, de provincia y también municipales, que hoy incursionan, no sin contratiempos, y con más deseos que recursos, en lo que pueden ser las bases del nuevo modelo de prensa al que aspiramos –más temprano que tarde–, para que se pueda transformar, para bien, el periodismo que hacemos.
En el Congreso también se habló de los periodistas que emigran al extranjero o a trabajos mejor remunerados dentro del país. Y, por supuesto, de la carencia de profesionales en muchos medios.
Pero allí estaban los de aquí, los que critican desde adentro, los inconformes cuando nuestra prensa dedica más espacio a reuniones y a recorridos que a análisis y resultados; los que quieren hacer más, no acompañando, sino como parte de la obra que construimos. En fin, esos que, con apenas dos décadas y media de vida, algunos todavía estudiantes, y otros ya como profesionales, quienes cuando levantaron sus voces en el Congreso lo hicieron comprometidos con la obra que reflejamos. Ellos, más que sentirse retados ante el desafío de cada día, instaron a la dirección de la UPEC y a la de los medios, para que se les tenga en cuenta, sin temor y con confianza, a fin de perfeccionar nuestra obra.
Este asunto, clave si de verdad estamos comprometidos con mejorar nuestro sistema de medios, no podría resolverse en un Congreso ni tampoco con las variopintas discusiones que lo han precedido. Pero no hay inercia, pues ya se levantan cimientos desde los cuales podremos seguir construyendo y perfeccionando a la prensa cubana.
Ya tenemos Ley de Comunicación Social, Instituto de Información y Comunicación Social, Colegio Universitario para futuros estudiantes de Periodismo, que de seguro tributarán al concepto más amplio de formar a comunicadores, directivos de la prensa, especialistas del diseño, de edición, de la gráfica, para ilustrar con belleza cada espacio donde aparezca la noticia, el buen reportaje, la crónica, el artículo, el comentario o cualquier otro género periodístico.
Recalco, en este contexto, lo dicho en el Congreso, por el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando aseguró que «la prensa tiene el respaldo del Partido para desatar los nudos que atan el pensamiento; pero es fundamental la innovación que empieza en la academia, aunque no es solo responsabilidad de las universidades».
Entiendo que es vital en esta afirmación, la palabra «pensamiento». Y pienso que tenemos que trabajar con un pensamiento inclusivo, audaz y comprometido, en el que los jóvenes no se crean «invitados» sino protagonistas.
Un tema del que hablaron varios delegados, incluidos profesores, representantes de la academia, pero principalmente, recién egresados o aún estudiantes en las aulas universitarias, fue el del necesario examen sobre la carrera de periodismo, el papel vital que debe desempeñar el Colegio Universitario para quienes, desde antes de llegar a la Universidad, ya se sientan involucrados en el presente y en el futuro de la prensa cubana.
Se pusieron ejemplos, algunos nada satisfactorios, de la cantidad de estudiantes que empiezan en el Colegio Universitario y no lo terminan, los baches académicos en asignaturas claves para su formación, y también la cantidad creciente de quienes abandonan las aulas, incluso desde el primer año.
Acudo en este punto a lo dicho en el Congreso por la colega Rosa Miriam Elizalde: «Hay desafíos, pero la posibilidad de contar con un modelo de gestión de la prensa, actualizado y moderno, que tiene apellido socialista y no se avergüenza de su partidismo, está más cerca que nunca».
Conversando con jóvenes que ahora forman parte de la dirección de la UPEC, propuse al compañero Ricardo Ronquillo, su presidente, involucrarlos completamente en este tema. Son profesionales que convencen por sus reportajes o sus crónicas, lo mismo en la TV que en la prensa escrita.
Entonces, quién mejor que ellos para ir a las aulas, conversar con los estudiantes desde el mismo primer año o, incluso, con los que están en el Colegio Universitario.
Preguntar a los jóvenes qué noticiero de televisión les gustaría hacer; cómo llevar al periódico de la juventud ideas que contribuyan con quienes allí ya lo hacen, e involucrar a más jóvenes en la obra que construimos no solo es mirar al futuro, sino que es necesario hoy. No se trata de ir a imponerles lo que hacemos, sino a pedirles que contribuyan a perfeccionarlo, desde las propias aulas, y luego directamente en cada medio para el que trabajen.
El Congreso también oyó voces de quienes queremos un periodismo de más indagación, desde dentro, de los problemas existentes en cada lugar, y cómo podemos revertirlos, con la contribución de la prensa y los periodistas para que así sea.
El propio Primer Secretario del Comité Central del Partido, llamó a esa transformación del pensamiento, y a que sean los directivos de la prensa y los periodistas de cada lugar los que decidan qué noticia buscar, qué parte de lo que se analiza en reuniones y recorridos necesarios de nuestros máximos dirigentes debe llevarse a la agenda informativa, local, provincial o nacional, y hacerlo con calidad periodística y con ética.
De eso se trata. Una visita a una provincia o a un municipio del presidente de Cuba, del Primer Ministro, o de otro directivo, es parte importante del trabajo y la responsabilidad que tienen. Y puede ser más o menos mediática, de acuerdo con los temas que se traten, los problemas que se analicen y la noticia estará en los resultados o proyecciones que salgan de esas visitas y reuniones.
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victor ramos dijo:
1
30 de noviembre de 2023
00:36:48
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