ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Nada resulta absoluto, o casi nada, para ser precisamente relativos. Todo depende del famoso punto de vista o del lugar donde usted se ubique. Si se anda por el lado bueno de la vida, y las paredes del placer y la felicidad son muy altas, puede ser que nunca vea las cosas feas, las desigualdades y la miseria que habita del otro lado de los muros.

Si naciste en la franja blanca del planeta, allí hacia donde cargaron durante siglos todo cuanto valía y brillaba, es muy probable que ignores el significado terrible de la palabra saqueo, e incluso, alguna vez, tal vez te cuestiones las intenciones migratorias de aquellos que se quedaron, casi sin nada, en el lado negro de la tierra.

Si eres un ciudadano de clase media o rico, y habitas la comodidad de una ciudad moderna y próspera, casi seguro ignorarás, mientras lanzas al cesto tu pomo de Evian a medio beber, que miles de africanos darían la vida por el sorbo que deshechas así, tranquilamente.

Si tus hijos amanecen seguros y calientes, mientras les preparas el tibio desayuno, corres el riesgo de que se te hagan invisibles las miradas hirientes de los chicos que duermen en las calles.

Si eres periodista allí, donde les disparan a un adolescente en Palestina, a un líder social en Colombia, a un navegante en una «patera» desde África hacia Europa, o a un niño emigrante enjaulado en Estados Unidos, podrás morir sin que se inmute la gran prensa ni se convoque de urgencia al Consejo de Seguridad de la ONU.

Si tu pueblo es del sur y la miseria deja sin vida a cientos de personas, difícilmente la noticia se haga viral y se estremezca Facebook con mensajes en cadena, pidiendo solidaridad y fuerza para las víctimas. Tendrías que ser de occidente, donde el incendio de una catedral recauda más dinero que años de esfuerzo para erradicar la malaria en África.

Si eres amigo del capital y aceptas el mandato del Tío Sam, puede que obtengas un espacio en el bando de los que tienen licencia para reprimir, secuestrar, torturar y desaparecer a cuanta persona difiera de la «próspera» democracia de los poderosos.

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Jorge dijo:

1

19 de junio de 2023

18:33:18


Muy cierta esta apreciación, y para la muestra un botón: los países aliados de Ucrania han aportado tanto dinero para la guerra, que seguramente con ese monto se pudieran solucionar muchos de los problemas que actualmente agobian a la humanidad. Pero para eso desafortunadamente no hay dinero, pero para aceitar la máquina de la guerra (de cualquier guerra) si lo hay, y en grandes cantidades pues beneficia a grandes intereses. Haciendo una analogía, es como el amigo que te invita y te da trago (aguardiente) sin cuestionar, pero si le pides para una bolsa de leche te dirá que no tiene plata. Así es la idiosincrasia de la humanidad.