ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Trato de imaginar a Martí ahondando, con su inteligencia y delicadeza, en el enrarecido mundo de las redes sociales de internet. No habría dudado el Apóstol en reescribir el célebre encabezado de aquella epístola a su Ismaelillo, en la cual sentenció: «Hijo, espantado de todo me refugio en ti».

Los que idearon el mítico asunto de la caja de Pandora, lejos estaban de suponer que el cofre de marras tendría utilidad simbólica mucho más allá de aquellos lejanos tiempos. Una vez abierto, el susodicho envase ha dejado escapar gran variedad de penurias tal vez más nefastas que las iniciales.

Es real que el asunto también contiene el lado bueno, pero lo que hoy preocupa y duele es la liberación de esos demonios que danzan, como diablillos con tridentes, en las páginas, perfiles o publicaciones de mucha gente.

Hay textos repletos de odio, mensajes racistas, xenófobos y homofóbicos, mentiras e incluso amenazas a la integridad personal o a la propia vida de los seres humanos.

¿Son las redes un testimonio de la modernidad y el proceso civilizatorio?

Tal vez, pero me cuestiono cuán civilizados y modernos somos viendo tal avalancha de irrespeto, mediocridad y beligerancia. Si la línea que indica el salto hacia el progreso pasa por las redes sociales, evidentemente su trazo se rompe en muchas partes. Hay en ese campo minado tantos peligros como los podía haber en las épocas más oscuras de la humanidad.

Mientras las tecnologías y sus bondades marchan hacia adelante, una peligrosa caterva de usuarios, que se sirven de ellas, caminan en sentido contrario. No es nuevo el dilema. Los mismos artilugios que servían para hacer más prácticos y seguros los barcos, eran igual de útiles a los traficantes de esclavos, por solo citar un ejemplo de civilización en función de la barbarie.

Ni antes ni ahora se puede renunciar al desarrollo; sin embargo, es urgente no cometer los mismos errores una y otra vez.

Vale la pena evitar que el progreso multiplique las penas en lugar de solventarlas, y si hiciera falta otro ejemplo, serviría mencionar el descubrimiento del átomo con su poder para la vida, que ya se usó para muerte, y quién sabe si volverá a usarse con tan incivilizado fin.

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Tania María Almarales Jacas dijo:

1

23 de febrero de 2023

13:46:18


En las redes sociales es preciso aumentar contenidos en nombre de la ética y la civilidad, no se puede confundir civilización con tener o poseer más o menos, la civilidad es una cuestión cultural, es una eticidad desde la actitud y la aptitud, es un fenómeno social no hay dudas, pero es en primer lugar un construcción individual. Un reclamo social actual, #MásCivilidad