ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

De todas las cosas que la crisis ha dañado, es el epitelio esencial de la nación el que más podría demorar en recuperarse. Hay heridas allí, en la ética, el civismo, la educación y la convivencia, que no se restauran como las grietas en las paredes, y no se reponen como la mercancía en los estantes.

No podemos querer solo el pedacito de Cuba que nos convenga o nos beneficie, porque arreglando conveniencias personales estrechas, nunca tendremos un país mejor.

No haríamos nada con extinguir las colas, si los que en ellas andamos cada día, retomamos la rutina de nuestras vidas y no hacemos mejor las cosas que a cada uno nos toca, en ese tiempo recuperado.

No podemos sentirnos satisfechos después de tapado el bache; si luego, sobre la calle mejorada, siguen rodando las guaguas con música estridente, desorden público, malas palabras y personas sanas y fuertes que no ceden nunca el asiento a los más débiles. No podemos dar vivas a los 3 000 megawatts de generación diaria, si una vez eliminado el infausto apagón, olvidamos la urgencia del ahorro, en un país que subsidia la electricidad y debe gastar más de lo que tiene para mantenerla estable en nuestras casas, escuelas y fábricas.

No podemos expresar satisfacción lógica y merecida cuando las vidrieras de las cafeterías se repleten de bebidas enlatadas, si más de la mitad de estas, una vez vacías, van a parar a la vía pública, como si nuestras ciudades fueran un absurdo basurero urbano.

No podemos hacer un festín largamente esperado, cuando ir a la playa en ómnibus frecuentes sea un sueño recuperado, si en las arenas dejamos una estela terrible de contaminación y desidia.

No podemos armar la justa algarabía, cuando los estadios de beisbol se iluminen de nuevo durante las noches, si en sus gradas florece el irrespeto, la grosería, el alcohol desmedido y los bochornosos gritos obscenos, como un gigante coro de pésimo gusto.

No podemos disfrutar plenamente la ropa nueva y asequible en las tiendas, si una vez vestidos con gusto y satisfacción, irrumpimos en los espacios más diversos sin cortesía, educación y civismo.

Hay una Cuba profunda e intacta, adonde todavía no llegan las grietas de la superficie, y en ese corazón de esencias atesoradas se acumulan las fuerzas, las ganas y la inteligencia necesarias, para restaurar lo dañado. Busquemos allí, pero sin muchas demoras.

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Teresa dijo:

1

1 de febrero de 2023

07:28:25


Sí, Miguel, sin muchas demoras. Yo diría que sin ninguna. No creo que haya que esperar a que se resuelvan nuestros problemas para empezar a tomar medidas contra esa lacra que se ha instaurado.

Teresa dijo:

2

1 de febrero de 2023

07:37:40


Y quisiera agregar que lo que usted expone, Miguel, no es solo producto de la crisis más reciente. Desafortunadamente, estamos sufriendo la pérdida de esencias, para usar sus palabras, desde finales de los 90 del XX. Y será lenta y difícil su restauración, por eso hay que empezar a actuar ya.

Felipe de J. Perez Cruz dijo:

3

1 de febrero de 2023

09:17:36


Excelente llamado. Felicito al autor y a Granma por publicarlo.

Lazaro dijo:

4

1 de febrero de 2023

12:41:20


Entonces Miguel,todo eso que usted dice existía, ¿tenemos que conformarnos con las colas, apagones etc? No, trabajémos todos para mejorar lo que se necesita, pero no me pida que primero se eliminen las cosas malas que existen, para despues tener las buenas o las minimas, porque ese "marabú" que ha crecido en la sociedad, hay que cortarlo poco a poco.