En las vitrinas del capitalismo desarrollado, esas que relucen a través de las pantallas e invitan al consumo «que todo lo puede y todo lo cura», deberían colocar un cartel donde diga: «Estimados habitantes del Tercer Mundo, promovemos esto para ustedes, pero no los queremos a ustedes».
Si alguien duda de la posible veracidad en esa frase, podría darse una vuelta por el Mediterráneo, cuando las «pateras» naufragan y flotan los cadáveres de africanos, muchos de ellos niños, mujeres y ancianos rechazados por la culta Europa; o podrían dar un recorrido por la frontera sur de Estados Unidos, cuando comienzan a salir los vuelos de repatriación con miles de haitianos que serán llevados de regreso a su país de origen, donde otra vez soñarán con las vidrieras, pero desde lejos.
El problema del Norte es que allí no cabe todo el Sur, y el problema del Sur es creer que los suyos caben y serán recibidos democráticamente en el Norte.
Salvo politizadas excepciones, como es el caso de los cubanos, tratados con aparente cortesía por su utilidad en los cálculos imperiales dentro de la política hostil contra la Isla (ahí está la asesina Ley de Ajuste Cubano), pero puestos en remojo para juntarlos enseguida con la generalidad segregada si un día cayera la Revolución, los demás solo irán al cielo capitalista si son de alguna utilidad para ese «paraíso», donde todo es mercancía y todo tiene un precio.
La más importante migración contemporánea se produce desde el capitalismo pobre hacia el capitalismo rico, lo cual deja fuera del ranking a los que emigran desde el socialismo y, sin embargo, estos últimos son, según la prensa occidental, las únicos que «escapan». Habría que preguntarles a los demás, si no están escapando de sus naciones, ¿qué hacen en caravanas hacia el Norte?
Lo más lógico es que el «exitoso modelo capitalista», pregonado desde las vitrinas, ofreciera las mismas oportunidades en cualquier hemisferio; pero evidentemente algo no anda bien, y es muy difícil de creer que tantos agobios en lugares de libre, democrático y esplendoroso mercado, sean culpa del socialismo que allí no practican.
COMENTAR
margarita quinteros dijo:
1
28 de noviembre de 2022
15:04:17
Responder comentario