ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Se ha cumplido un año de aquel 11 de julio en que las fuerzas del odio pretendieron un triunfo devenido en fracaso. Sucede que a los buenos cubanos nos cuesta mucho odiar, mira que nos han agredido, ofendido, incendiado, ametrallado y hasta envenenado cultivos y ganados, sin que ese terrible sentimiento sea el que predomine en esta Isla.

Nunca he visto una publicación de odio firmada por Nemesia, la niña de los zapaticos blancos, a quien los mercenarios en Girón le asesinaron su familia e intentaron despojar de la esperanza.

Con el odio como bandera, no habría podido Cremata fundar una colmena de amor, conociendo que una bomba de la CIA le arrebató a su padre en el avión de Barbados. Nunca vi odio, aunque sí dolor e impotencia terrible, en los ojos de una vecina de mi infancia después que el dengue hemorrágico se llevó a su único niño, como una mano siniestra y cruel enviada por el terrorismo biológico contra Cuba.

No había odio en Juana Quintosa, la madre de Rolando el mártir de Tarará, ni en Rolandito su hijo, cuando hace poco se les vio en un reportaje televisivo por los 30 años de aquel horrendo crimen, no dijeron entonces, ni han dicho antes, una ofensa grosera o un ramillete de improperios contra los que alentaron tal vileza y aún alientan migraciones tortuosas y criminales.

Cuando Giustino di Celmo vino a Cuba, destrozado por la muerte absurda de su hijo Fabio, víctima de una explosión financiada por el odio, comprendió que nuestra lucha jamás la asumimos con las mismas y despreciables armas del enemigo, se sumó entonces al amor de los cubanos y nunca brotó de él una avalancha ciega de venganza y sí un reclamo permanente de justicia.

Si las familias de los más de 3 000 cubanos víctimas del terrorismo de estado contra esta Isla asediada, albergaran solo una mínima parte del odio que algunos lanzan a diario contra Cuba, lejos estaríamos de ser la tierra de Martí, el cubano que escribió aquellos versos donde nos dice: el odio no sabe ser luz.

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Ana dijo:

1

31 de julio de 2022

07:51:11


Muy bueno, que se enarbolen las banderas del con mayor intensidad que las del odio, que florezca el amor.