ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Casi todos tenemos algún vecino, amigo o pariente que ha contemplado, como proyecto de vida, tirar sus anclas en otros mares.

Es una decisión personal y una realidad cada vez más extendida en este mundo; sin embargo, a la hora de dar la noticia en una prensa crecientemente parcializada y dudosamente profesional, según la cual nuestra Isla es encarnación del mal, los cubanos «huyen», «escapan», mientras que todos los demás, que van por decenas de miles hacía el norte, simplemente emigran.

Dejar el país y aventurarse hacia otras latitudes no tiene que implicar la ofensa o el desdén hacia la tierra que se abandona. Cuba es también, y más que nada, la patria de los que nos quedamos, y blasfemar sobre ella o convertir sus necesidades en comodín vergonzoso para alcanzar prebendas es, además de un facilismo torpe, una bajeza moral.

Unos y otros muerden sin recato la mano que alguna vez se extendió para llevarlos por la vida, una vida que pudo haber sido mejor sin el estigma terrible que recibió esta tierra cuando tuvo la osadía inaudita de pararse sobre el yugo.

Crece la andanada de odios y rencores innecesarios. Las ofensas, embustes e improperios tienden a convertirse en penosa y mimética moda por parte de aquellos que nos lanzan la piedra y miran atentos el rostro de los verdugos, esperando el guiño o la migaja.

Para saciar la sed de revancha que ha crecido en la otra orilla, todo gesto o afirmación despectiva referente a la isla que se deja atrás, parece insuficiente. A los cubanos que van en busca del sueño americano o, simplemente, de un estatus económico mejor, se les exige, como a ningún otro migrante del planeta, una declaración aberrante sobre su propia patria, o alguna narrativa surreal que sirva de alimento para denostarla.

Por suerte, no todos sucumben ante la canalla y, aunque algunos prefieren un silencio que los preserve de la ira, otros se atreven a sostener la dignidad, aunque esto implique menores ganancias y más de una amenaza.

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Moises dijo:

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16 de mayo de 2022

15:19:21


Hola , LLevo ya algun tiempo fuera de Cuba y nadie se me ha forzado a decir algo en contra de la patria que me vio nacer y crecer. he escuchado de primera mano muchos cubanos que utilizan como pasaporte y creyendo que les da algun beneficio expresarse de manaera muy despectiva y en ocaciones con argumentos falsos acerca de la realidad cubana. quienes lo hacen en su mayoria es por voluntad propia pues creen es es mi opinion muy personal que eso les da dara un status de mayor cerdibilidad o algun beneficio futuro. Aqui quien quiere salir adelante tiene que estar muy bien concentrado y trabajar muy duro para logar sus objetivos. No creo que haya mucho tiempo para estar pendiente de otros asuntos. Oportunistas hoy muchos aqui y los medios locales enseguida de hacen coro por que de eso pagan sus gastos mensuales pero creame es miami solo miami. Eso no representa a los estados unidos. ahblo a titulo personal..... es mi humilde lectura. saludos. le deseo mucha paz, salud y prosperidad

alexander Respondió:


20 de mayo de 2022

12:22:37

Tiene razón Moisés en lo de Miami. Pero es desde donde sale todo. Hay cubanos en otros países viviendo de lo que suelta el gobierno noreamericano cada año para la subversión en Cuba. Incluso aquí mismo hay gente viviendo de eso. Ahora, la presión realmente se da con personajes fundamentalmente del ámbito artístico y mientras más famoso entre los jóvenes mejor. O por qué cree que tantos evitan primero caer en discusiones sobre política en los EUA y después son más políticos y "luchadores por la libertad" que Bolivar o Martí. Aunque no hayan leído ni una página de las "Obras Completas" del último. Yo sí he conocido de amistades que aquí eran más comunistas que los clásicos, se fueron por una mejor oportunidad económica, allá llegaron, en cuanto resolvían un trabajo se convertían al neo-liberalismo más puro. Además pidiendo más bloqueo e invasiones. Eso no tiene sentido. Algunos se les nota que no sienten lo que están diciendo, pero de eso depende que el dueño no los despida. El dueño depende que no le hagan pasar un calvario y termine su negocio con inspecciones brutales, etc. Yo a las personas a mi alrededor que se van, siempre les aconsejo, no se queden en Miami. Aunque no creo siquiera que la mayoría sea así, pero el poder sí está podrido y eso trae todo lo demás.