ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Hay una pregunta crucial que debe hacerse toda persona que le está permitido, mientras trabaja, poner música que escuchan otros. La consulta al interior de sí mismo sería ¿qué música pongo? Ideal fuera que no hubiera necesidad de hacerlo, dado que no existieran temas pululantes de inaceptables groserías, ni que fuera tan común el consumo de ellos, como si no significara un absoluto irrespeto y una agresión a quienes sin aceptarlo se les imponen. Pero los temas existen, y abundan sus seguidores. La palabra soez, repetida hasta el cansancio, incide en la estima propia y genera en el pensamiento penosas realidades. Y aunque muchos de los que las admiten parecieran ignorarlo no hay al respecto ni ingenuidad ni desconocimiento. Todos sabemos lo que resulta obsceno; todos sabemos lo que se siente insultante. Lo perciben incluso los que no se escandalizan con una canción que explicita a viva voz experiencias sexuales; o designa, en el más bajo registro lingüístico, las partes íntimas del cuerpo y lo que se hace con ellas; o exhorta al desenfreno, como si fuera una gracia. Sin embargo, hay quienes parece desconocieran que tales expresiones lanzadas al rostro en temas que no queremos oír, no solo vulneran al ser humano, sino que atropellan la dignidad humana, siempre bienhechora, y creen que defender la decencia es puritanismo.

Si el administrador de la tienda tiene el propósito de animar su establecimiento con música, el gesto habrá de tener como fin que contribuya al buen trato. Si el chofer profesional enciende la reproductora del carro en el que recoge a sus compañeros, tendrá en cuenta que, como mismo no les habla con descompostura, tampoco puede poner aquello que sabe se pasa de escandaloso. La batalla es ardua; el escenario, embarazoso. Pero batalla al fin, y además tan recta, hay que seguir librándola. Entre las funciones del chofer del carro, o del administrador del mercado, está también la de propiciar la estancia o el acompañamiento feliz a aquellos a quienes prestan servicios. Que no falte la palabra que educa –incluso a quienes debían ya por adultos estar educados–; la reflexión colectiva; la llamada de atención de quien debe velar por ello. Mucho se ha hablado del asunto, pero más queda por hacer. El espíritu no es un órgano, pero se contamina y puede enfermar si se hace resistente a la rudeza, a la falta de cuidados y a la incultura. 

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francis castillo dijo:

1

21 de febrero de 2022

08:34:15


hola colega, acertado su trabajo periodistico, debemos preservar nuestra identidad en todos los aspectos de la vida y la musica forma parte de todo, cuidemos nuestra disfrutando siempre con la mejor musica.

Jorge Respondió:


4 de marzo de 2022

14:36:38

En mi opinión, el problema más grave no es "poner música", sino a qué nivel se pone. No importa si es Chopin o reguetón, la música alta se ha extendido y lo peor y más triste, es que no hay acción estatal sobre ese problema.

El profesor dijo:

2

21 de febrero de 2022

13:53:05


Me uno a los que como Madelaine Souté se sienten ofendidos y agredidos por estas experiencias de los que imponen esos temas "agresivos". Pero siento que el problema es más profundo aún: que decir de los que en muchos barrios la difunde, está mala música, a muchos decibeles muy por encima de lo que cualquier oído soporta, ni el de ellos, pues me he percatado que ponen las bocinas con la ofensa a los demás, bien alta pero ellos se marchan unas cuantos metros o casas más alejados. Este fenómeno de esta mala música incluida, casi toda en la llamada música urbana, incide en la divulgación de malas palabras en cualquier lugar de la vía pública, en omnibus, tiendas, comercios y cuanto lugar exista donde concurra cualquiera de estos mal educados que se sienten con toda la impunidad del mundo, la culpa no es de la música es de los malos educados que la difunden ya que existen ejemplos de esa música urbana que es posible oir por todos, ah! y no es problema generacional, es problema educativo.

OrlandoDelgado dijo:

3

22 de febrero de 2022

13:41:27


En lo particular, si una tienda tiene esa "música" a todo volumen (o al que sea) para atraer clientela, me surte el efecto contrario. No me gusta que me tomen el pelo por inculto ni insultado y definitivamente no me deja si quiera ver con tranquilidad los productos que comercializan. Por otro lado, pasa lo mismo cuando un compañero de trabajo, impone al resto de sus pares sus opciones religiosas a través de las bocinas de su computador. Respeto es respeto y lo merecemos todos. Saludos desde Managua, Nicaragua.

Gerardo dijo:

4

24 de febrero de 2022

15:27:43


Es realmente lamentable y preocupante el estado en que ha llegado (porque se ha permitido) la falta de respeto traducida en tan mal comportamiento de la población en la calle. Les regalo el capítulo titulado, precísamente, "la calle" del libro "Corazón" de Edmundo de Amicis. No pierdo las esperanzas de que un día esta situación se revierta para la buena salud de la sociedad.

Alfredo dijo:

5

2 de mayo de 2022

20:26:32


Que tampoco la falte la palabra que reconozca y estimule el buen hacer de un trabajador que permea de forma tan recta en las cosas importantes de nuestro día a día: Madelén, guapa! Hoy has escrito muy bien y muy bonito!. Un aplauso desde muy lejos

Alexander Ochoa Respondió:


10 de junio de 2022

09:38:34

Excelente trabajo, que bueno sería acercarlo, difunfirlo por los medios. Bueno eso nos toca a los lectores también.

Ramon S Molina Rodriguez dijo:

6

26 de mayo de 2022

14:18:40


Madeleine, usted tiene toda la razon pero que dificil sanear todas esas letras de las malas llamadas canciones cubanas

Aurelio Respondió:


10 de junio de 2022

19:19:52

Desde ya le digo, totalmente de acuerdo en su magnifica nota. Me duele, que esa Cuba entrañable aún exista el mal comportamiento, la intolerancia, el poco respeto por el otro No tengo dudas, algo falla o ha fallado en la educación de su nueva generación

Raul Pedro dijo:

7

21 de septiembre de 2022

16:03:24


Mucho se ha hablado y reflexionado al respecto en cuanto a poner musica se trata, sin embargo, aun continua uno teniendo que soportar aquello que llaman "musica" tanto en el omnibus a toda voz como en las paradas donde esperamos estos, sin olvidar que puedes sentarte en una baco del parque para tomar un respiro y continuar con tus labores, y al lado se sienta alguien que celular en mano contamina sonoramente nuestro entorno con aquello que llaman musica. ¿habra posiblidad que de arreglar semejante problematica o tendremos que llevar a cabo una campaña de alfabetizacion e infoalfabetizacion? ¿Sera conveniente o se perderia el tiempo emplementando un texto legal que regulase semejantes comportamientos? Somos un pais con alto nivel de preparacion y en pos de elevar el nivel cultural general de nuestro pueblo, sin ambargo considero que la cultura individual esta en crisis toda vez que veo a estos ruidosos individuos haciendo uso de un cada vez mayor nivel de ANALFABETISMO CULTUROFUNCIONAL...

Solestre dijo:

8

21 de abril de 2023

10:44:06


Saludos, El problema es profundo y a veces me mortifico cuando veo que se hacen campañas contra la homofobia con ímpetu y no se dan por enterados de que este y otros problemas radican en la FALTA DE EDUCACION FORMAL, MORAL Y CIVICA, me enseñaron desde pequeña a respetar a todos, sean como sean y a sus derechos ahí radica la conducta del ser humano, yo cuido mis oidos, mis vecinos no me dejan, a veces el escandalo es tan grande que no escucho a mi esposo hablar al lado mio y me tengo que ir de la casa para aliviarme del ruido y los textos desagradables, coincido ademas con Orlando Delgado, no nos deben imponer ninguna musica, ni la religiosa