ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

«Voy a quitar las viejas cerraduras,

creo que están de más ciertas paredes.

Aprendí con el tiempo que se puede

cambiar sin que se dañe la estructura».

Tony Ávila

Cambio, esa fue la palabra más repetida por el recién electo presidente de Ecuador, al conocer los resultados de las elecciones, una vez más la derecha se apodera del término, mientras las izquierdas parecieran desorientadas sin saber qué cosa nueva proponer.

Ese mismo error le dio el triunfo al macrismo en Argentina y a Bukele, en El Salvador. Tratan, y lo logran con mucha facilidad, de reconstruir los imaginarios populares, mientras sus contrarios no crean semánticas diferentes y capaces de desmontar esas estrategias. Por qué dejarnos arrebatar la palabra si nada cambia más a los países que un proceso revolucionario y genuino.

Cuba no ha estado exenta de esos supuestos pedidos de cambio, promovidos, precisamente, por los que nunca quisieron cambiar nada y ahora necesitan un toque de modernidad para halar gente. Se apoderan de la semántica, de los significados. Hicieron pulsas, pulóveres y hasta radios con la palabra que solo era eso, un simple dibujo, porque sus promotores representaban y representan aún lo más conservador y retrógrado del pensamiento anticubano.

Cuando reflexiono sobre el cambio, el de verdad y no esas falacias, no puedo dejar de pensar en la Revolución Cubana, el proceso que más ha transformado a la Isla en todos los sectores de la vida del cubano. Y todo ello se ha logrado en el socialismo, ese al que llegamos mediante un proceso endógeno, desde el interior de la sociedad, y que nadie de afuera tuvo que imponernos, ese que recientemente cumplió 60 años de proclamado y que es la única vía posible para que, en un país como Cuba, todos vivamos más o menos bien, y, sin igualitarismos, garantice repartir lo poco que tenemos entre todos.

En el cambio al que tratan de convidarnos los de afuera no nos queda otro futuro que el de cualquier país pobre de América Central y del Caribe.

Revolución es cambiar todo lo que deba ser cambiado, allí está la máxima, lo dijo Fidel, porque sabía que no había revolución posible sin transformación profunda, y mientras los cambios y la velocidad de estos los decidamos los de adentro, en consulta con las mayorías y las minorías, no hay que temerles. Desde el cambio de mentalidad hasta los que se han realizado en la estructura del país son necesarios, eso es precisamente revolución. El proceso que comenzamos en 1959 no se podía y no se puede, quedar estancado, porque perdería su propia esencia.

Acabamos de salir de un Congreso transformador; y no este que fue el octavo, desde el primero, dichas citas siempre cambian, revolucionan, perfeccionan un modelo que es único en el mundo. A los que acusan de conservador y atascado en el pasado al Partido Comunista de Cuba, bien cabría recordarles que fue en 2011 ese mismo Partido el que proyectó e impulsó las más profundas transformaciones de los últimos 20 años al interior del sistema económico de la Isla, tan profundas que todavía las vivimos, y que fueron el resultado de un amplio proceso popular y no decididas desde una oficina y puestas en práctica de un plumazo, como pasa en otros sitios de este mundo.

Eso sin hablar de cuánto radicalmente se abolió e instauró en nuestro país, desde 1959: tierra y empleos vs. latifundios; educación y salud gratuitas vs. miseria y exclusión; democracia desde el barrio vs. partidos proimperiales.

Pocos países son capaces de cambiar tanto sin agentes externos, para eso hay que tener claro de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Sin embargo, la prensa internacional, la que representa los intereses de los poderosos, sigue presentando una Cuba sumida en el pasado, y no cuentan el nuevo modelo económico, mucho menos la Constitución proclamada hace dos años, ni la unificación monetaria y cambiaria. ¿Pero se han preguntado por qué no lo cuentan? Porque no han sido promovidos por revoluciones de colores ni por la gente que sirve a sus intereses, porque lo hemos decidido nosotros y no puede aparecer así en sus páginas, es un ejemplo demasiado fuerte.

No descartemos la posibilidad, entonces, de que alguien vuelva a vendernos un cambio que significaría retroceso más que avance. Es lo que está de moda y con probada eficacia.

¿Hay seguir cambiando?, pues sí, todavía nuestra obra es perfectible e inacabada. Contamos con un sistema social que, con todos los obstáculos que le han puesto, más de 60 años después, sigue dando muestras de que es superior. Contamos con un socialismo que se defendió con sangre a solo horas de proclamarse y que, a pesar de todos los contra, seguimos construyendo los cubanos, empeñados en no fracasar en el intento.

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Yobanis dijo:

1

21 de junio de 2021

12:58:29


Excelente reflexión. Gracias

TERESITA RODRIGUEZ ARIASAS dijo:

2

25 de junio de 2021

08:14:51


LOS CAMBIOS LOS HACEMOS NOSOTROS LOS QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO EL SOCIALISMO Y FIJENSE SI ES FUERTE QUE EL PAIS MAS PODEROSO DEL MUNDO NOS HA IMPUESTO EL BLOQUEO MAS LARGO QUE HA EXISTIDO Y ESTAMOS AQUÍ VIVOS Y LUCHANDO POR MANTENER EL SOCIALISMO, ALGÚN DIA SE CANSARAN O NOSOTROS VIVIREMOS COMO EL EJEMPLO DIGNO DE UNA NACIÓN QUE LO DIO TODO POR SER LIBRE E INDEPENDIENTE Y JAMAS PONERSE DE RODILLA ANTE UN PAÍS LLENO DE ODIO HACIA NUESTRO PUEBLO viva fidel, viva cuba seguimosencombate

SSP dijo:

3

15 de septiembre de 2021

12:17:50


Si por cuba por la revolución cambiemos lo que tiene que ser cambiado #si por cuba