Tienes Facebook, luego existes. Bienvenidos a un mundo, donde la privacidad agoniza, donde el éxito se mide en likes, donde se publica todo y de todo, donde la verdad navega en las aguas turbias de un algoritmo.
Todavía ni ha nacido, pero ya está en las redes digitales la foto de su ultrasonido. No tardará en llegar la instantánea de la madre recién nacida, pálida y ajada, y su bebito en brazos. Luego, las cientos de fotos de unos padres que no imaginan lo peligroso de compartir toda su vida en internet. Debe ser una pandemia, anterior al coronavirus. Una enfermedad silenciosa que se cuela en todas partes.
Entre sus síntomas está la necesidad patológica de subir decenas de fotos y dejar un registro detallado de emociones, pensamientos, lugares visitados. Tal parecería que todos son felices en un planeta cada día más roto. ¡Qué ironía!
Ahí están los matrimonios perfectos, los cuerpos esculturales, los influencer y toda la aventura que experimentan.
Pero también están las imágenes lamentables de cuerpos vencidos por la muerte, el horror visual de un fatídico choque de autos, el rostro triste de un enfermo en etapa terminal. Cientos de caritas tristes acompañan estas publicaciones, como si apretar un emoji en la pantalla pudiera cambiar algo fuera de ese espacio paralelo que nos coloniza en la triple w.
Una receta falsa para perder peso, la historia de alguien que viajó al futuro, la directa de quien solo habla tonterías, reciben más visualizaciones que una noticia seria. Pero ese es Facebook, el lugar donde todos tienen algo que decir aunque no sepan qué. Nunca antes la humanidad había tenido tanto acceso al conocimiento, y nunca antes esa misma humanidad había estado tan entretenida y atada a una pantalla.
Por supuesto que hay un lado bueno. Siempre hay un lado bueno en cada cosa. Ahí están las videollamadas, la oportunidad de aprender y enseñar a otros, la posibilidad de seguir las noticias en vivo, en pleno desarrollo, las largas horas de conversación con los amigos, la foto de la bandera amada y la confesión de amor perenne hacia nuestra Cuba y nuestros años de Revolución.
Bienvenidos a Facebook. La nueva geografía en la que habitamos, donde lo más importante es saber cómo y para qué estar.


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José David dijo:
1
7 de junio de 2021
11:40:09
Belkis D. dijo:
2
7 de junio de 2021
13:20:12
Camilo dijo:
3
7 de junio de 2021
14:26:10
Teresita Rodriguez Arias dijo:
4
16 de junio de 2021
11:26:21
Ulises Castillo Vega dijo:
5
16 de junio de 2021
21:51:22
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