A nadie asombra, en la Cuba de 2020, que sean mujeres buena parte de las científicas a cargo de Soberana, el candidato vacunal del país contra la COVID-19.
Como ellas, profesionales, obreras, amas de casa y estudiantes comparten la responsabilidad de mantener la vitalidad del país en los días largos y desafiantes de esta pandemia. Se las ve en hospitales, centros de aislamiento, en los barrios asistiendo a los más vulnerables, como oficiales de Policía...
Han conquistado cada ámbito de la sociedad, y no es casual. Hace 60 años era impensable que tuvieran tal grado de inserción en la vida pública, y para conquistar ese derecho y muchos otros en una Revolución que nacía y no podía ser tal, sin asumirse feminista, surgió la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Las luchas por los derechos de la mujer no eran nuevas, venían de la República, de la mano de aquellas que exigieron derechos civiles, como el voto; la necesidad de ella para tener Patria independiente ya estaba demostrada desde la manigua, y luego en la clandestinidad y en la Sierra.
No flores ni adornos, guerreras, protagonistas, así las sabía Fidel. El líder de la Revolución concebía pendiente otra revolución, la de las mujeres, y Vilma encabezó aquel esfuerzo por darles más oportunidades que la casa, el matrimonio y la maternidad.
Estudios, oficios, empleo, igual salario a igual trabajo, acceso al aborto gratuito y seguro y a medios anticonceptivos, atención prenatal, licencias retribuidas; en cada uno de esos logros está el empeño de una organización masiva, que accede a toda la geografía nacional y batalla por la dignidad.
Si seis décadas han transformado totalmente el escenario inicial, la Federación sigue plena de retos; la doble jornada de trabajo -fuera y dentro del hogar-, la carga mental, las madres vistas como únicas responsables de los hijos, e incluso, la incomprensión hacia los hombres que desean ejercer a plenitud su paternidad, son todavía escollos impuestos por el machismo.
La FMC es una de las murallas contra quienes ansían y propugnan retrocesos con respecto a lo conquistado. Ante problemas complejos como la discriminación racial, la homofobia, la prostitución, los feminicidios, la violencia de género, el embarazo adolescente, o la trata de personas, tiene el Estado cubano, en esta organización, una fortaleza indescriptible.
Estudios, acciones, centros como las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, colaboración con otras organizaciones no gubernamentales... la FMC comparte los derroteros de tantas y tantas mujeres que hacen la nación, con sus desafíos y heroicidades, para preservar e impulsar el camino que las hace empoderadas, luchadoras, soberanas.


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MARIA DEL CARMEN DUMOIS dijo:
1
22 de agosto de 2020
20:00:37
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