Viene de aquella inmortal madre Mariana Grajales, con sus once colosales hombres de un mismo ideal.
Cuando se vuelve coral
un diamante de su roca,
no hay un sollozo en su boca
ni en sus labios un temblor;
y dice al hijo menor:
Empínate, que te toca.
Viene de aquella mujer
que Cambula se llamó
y en azul, blanco y punzó,
tejió nuestro amanecer.
Como en un reflorecer,
viene de la sementera
de Isabel Rubio, veguera,
que le abrió el pecho a las balas,
como si abriese las alas
una paloma guerrera.
Viene de aquella Lucía
Íñiguez de rayo y beso.
Le dijeron: Está preso
tu hijo Calixto García.
No es él, no es él, repetía
la madre en un tono fijo;
pero cuando alguien le dijo:
Un hombre acaba de darse
un tiro por no entregarse.
Lucía gritó: Es mi hijo.
De esa raíz tan sembrada
surgieron épicas rosas:
Melba y Haydée, las gloriosas
Heroínas del Moncada.
Y como flor alumbrada
por un rastro de carmín,
en torno del paladín
audaz del Segundo Frente,
surgió en las cumbres de Oriente
la estampa de Vilma Espín. Ya ves, gringo de papel,
que abuelas, madres y hermanas,
tienen nuestras milicianas
flor de bronce, fuego y miel.
(Fragmentos del poema)
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Robertocr dijo:
1
22 de agosto de 2020
07:35:58
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