Noticias / morbo / Más de lo mismo

Un empresario de la India encarga una mascarilla de oro con orificios. Por cuatro mil dólares. Incluso él duda que le ofrezca protección, pero es adicto a las prendas hechas con el dorado material. Unos niños en África, a los que es evidente ha llegado el mensaje de la protección, exhiben barreras de cartón en sus rostros, cuando en Internet se anuncian ventas con paisajes de ese continente. Mientras circulen en las redes imágenes de este tipo, me seguiré preguntando en cuántas clasificaciones habrá que separar a los seres humanos.

Cada día amanecemos asfixiados por el morbo. Cuba no escapa a ello. Es, tal vez, uno de los temas de primer orden de cuanto mediocre frustrado se conecta, sólo para hacer visible su ignorancia y arrastre. Su triste vida. Qué pena y vergüenza ajena que tanta energía puesta en función del peor español posible para escribir, encuentre eco en algunas voces en la Isla: cien metros de nuestra geografía; un muro que no está en México; un diseño de bandera falaz que pretende sustituir la nuestra; convocatorias a invasiones, incendios y asesinatos "de madrugada, cuando están todos durmiendo", según acabo de leer, contra listas de policías, militares y comunistas; fotos con un perro, sin empatía por personas; ex de todo tipo, que terminan siendo ex cubanos. Lista penosa.

A los incapaces de hacerse eco de alguna noticia en la que intervengan sentimientos humanitarios, habrá que recordar que más importante que su pedacito de realidad, es la propia vida por la que serán juzgados. De nada sirven sus fotos y memes insultantes. Ello sólo habla de sus propias carencias, las del alma.

Mientras tanto seguimos aquí, compartiendo el pan, la sal y los abrazos, como desde antaño nos enseñaron los ancestros que nos formaron y protegen. Suerte con su odio, que no siembra, que no engendra frutos, que no es más que tierra baldía, como ustedes.

(Y por cierto, ya que son tan amantes del bloqueo, espero disfruten el que les aplico con todo derecho. Si quieren ser leídos y publicitados, no será por mí ni por los míos).

A pesar de ustedes, aquí estamos.