ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Siempre he vivido en Cuba y son, por tanto, mis experiencias personales, las de un cubano como otros tantos. Los recuerdos que habitan en mi mente, de años pasados y presentes, bien pueden ser muy similares a los de millones de compatriotas. En esa inmensidad de fotogramas, sensaciones y nostalgias que el cerebro nos guarda como un precioso legado, no tengo ninguna imagen que destape, al recordarla, sentimientos de desprecio, temor u odio por nuestra policía.

Es sumamente extraño que, en medio siglo de vida, acá, en la isla que va y viene cada día en miles de titulares de prensa, acompañada del tenebroso apellido de «dictadura», no sienta un sobrecogimiento o una sensación profunda de estupor, cuando me cruzo en plena calle con el uniforme azul del cuerpo policial.

Los sicoanalistas y terapeutas encargados de escudriñar en los motivos del miedo, saben muy bien que las experiencias negativas y los acontecimientos traumáticos en la infancia son una pesada carga que suele doblar las rodillas de la felicidad por mucho tiempo.

Si en tu niñez había temores a los policías, ellos te dejarían marcas, pero sucede que los niños cubanos crecen sin el susto que puede provocar en otras latitudes la imagen de un policía desfilando ante sus ojos con el bastón sobre la cabeza de un anciano; con sus gases lacrimógenos envolviendo a una multitud llorosa; con sus balas de goma cercenando la piel de un manifestante; con sus chorros de agua rechinando los cuerpos contra el pavimento o masacrando a la gente del barrio.

No es esa nuestra policía, no es la del temor y el odio, no es la del abuso y el chantaje, y aunque tildarla de perfecta es un equívoco, siendo como es, un colectivo humano e imperfecto, no cabe en ella la sombra represiva que la convierta en amenaza, salvo para aquellos que olvidan la necesidad de preservar la ley, como sostén de todo y derecho soberano de cualquier estado, solo que en nuestro caso dicha preservación nunca supondrá el uso injustificado de la fuerza.

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marcos godoy villasmil dijo:

1

12 de julio de 2020

07:52:42


...Buen testimonio sobre el comportamiento de una institución creada y entrenada con valores humanos para proteger a la sociedad y no para maltratarla,mediante el abusos,el chantaje y formas represivas desproporcionadas...

Alexander dijo:

2

13 de julio de 2020

15:53:48


Con 43 años no tengo recuerdos negativos, pero he escuchado mucho a dos personas, mi viejo y un viejo mecánico, ambos provienen de familias pobres del campo y cuando comparas te das cuenta de porque hay que amar lo que tienes y respetar los agentes de hoy. Se pasan de buenos en la mayoría de las veces si partimos de que el orden interior no se mantiene de favor.

Gerardo A dijo:

3

15 de julio de 2020

14:27:20


Muy Bueno, contamos con dos programas especiales para mi y seguros que para muchos sobre la actividad policial de nuestro pais, ellos son parte de nuestro patrimonio deseado, y como dice el compañero se pasan de bueno porque no halla un comentario en contra de su actuar y teniendo todas las razones para actuar y aplicar la Ley, pero nustro sistema socialista, nadien que se sienta recolucionario lo quiere manchar, solo los americano.

Miguel dijo:

4

4 de agosto de 2020

11:52:59


Solo en un sistema como el nuestro puede encontrarce un cuerpo de policia basado en principios de respeto al ser humano y de total disposicion al sacrificio para protejer al pueblo.