ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

En los momentos en que me dispongo a escribir una crónica de cine se me rompe la armadura de los espejuelos. ¿Y ahora qué? Trato de sobreponerme y  teclear, pero la dislocación de las varillas de metal sobre el rostro no me permite fijar la vista. Insisto, solo para comprender que algo hay que hacer. ¿Llevaba gafas Robinson Crusoe? Apostaría a que sí, al final de su estancia en la isla, pero el libro no aparece en la revoltura de los libreros, o quizá se encuentre en mejores manos. ¿Se le rompieron alguna vez las gafas al náufrago? Pinzas, alambritos, una lima, hora y media en la faena y aquí estoy, viendo derecho y entusiasmado por una pericia insospechada.  Luego, de la mesa de trabajo al baño, a lavarme las manos delante del espejo, que me mira a los ojos y me sorprende con un reto desconcertante: ¿aguantarías otra neumonía? No respondo, porque siempre que el tema descorre las cortinas, llega junto al recuerdo de los benditos que en dos ocasiones diferentes me salvaron la vida en la terapia intensiva del Ameijeiras.

Mi hija, la periodista, y mi hijo, el pintor, entre amores y sonrisitas, me recuerdan desde sus casas que hace rato pasé de los 70, y aunque me vea «igualito» clasifico, con mi asma oportunista, en la zona de alto riesgo. Mi hija, la menor, sin clases en la Universidad, estudiando más que nunca, roza las fronteras del agobio con su diario «papi, ¿cómo te sientes?», preámbulo de que tras el «muy bien, mijita», comenzará a hablarme de su última lectura filosófica, la cual escucharé con el estoicismo de un Séneca, siempre y cuando concluya antes de que comience la conferencia de prensa del doctor  Durán, o el Noticiero.

Mi mujer ni botar la basura me deja y, mientras duermo, la he sorprendido vigilándome la respiración, tal como lo hacía mi madre cuando de niño era atrapado en noches sin fin, lo que no deja de molestarme, en especial en estos días que releo El halcón maltés, de Hammett, y la dureza de su detective, Sam Spade, vuelve –como hace 50 años– a acerarme el estilo.

Los amigos llaman y recomiendan cuidados; mi hermano, próximo a cumplir los 80, no deja de transmitir experiencias;  mi cuñada hizo llegar nasobucos desde Boca de Camarioca,  y mi vecina Marvelia, a tres puertas de la casa, no se cansa de coser y proporcionar  otros. Cuando llegan los jóvenes estudiantes de las pesquisas, saco pecho y respondo poniendo mi mejor cara. Contrario a lo que pudiera pensarse, el paso del tiempo ha dejado de preocuparme y esta noche, subido en la azotea, trataré de cazar en cualquier estrella el mismo fulgor que una vez insufló aliento a Robinson Crusoe después de arreglar sus espejuelos. En cuanto al espejo, que tanto gusta provocarme, bien sabe él que, a diferencia de un duro Sam Spade, no tengo la menor intención de enfrentar otra neumonía, de ahí mis días de encierro.

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Alejandro Fernandez Costa dijo:

1

27 de abril de 2020

11:12:09


Claro que si.Cuidese profesor.Los seguidores de La septima puerta y Cronicas de un espectador tambien lo necesitamos.Un aliento desde "la otra ala del pajaro".Disculpe los acentos,no tengo forma de ponerlos.

Roberto Pérez Betancourt dijo:

2

27 de abril de 2020

15:25:33


Noto cierta autocompasión y flojera. Levanta el rostro ante el espejo, empínate y respira profundo que tu puedes y no hay coronavirus que te entre. Recuerda a Cayo Ávalos, las profundidades del mar, las barracudas, los días de pulmón a todo dar, el aire, el sol, y levanta que todavía queda (nos) mucho por andar... sin n asobuco.

Raquel dijo:

3

30 de abril de 2020

15:14:28


Cuidese mucho que los admiradores de la Septima Puerta lo necesitamos

Claudia dijo:

4

1 de mayo de 2020

20:51:50


Cuídese Rolando. Recuerdo su bella y sentida crónica cuando los intensitivas del hospital Amejeiras lo devolvieron a la vida. Y no hable de los setenta. No importan los años, sino como se lleven.

Claudia dijo:

5

1 de mayo de 2020

20:54:20


Estimado Rolando Así nos sentimos de preocupados los que pasamos los 60, pero creáme que después de semanas de encierro, de caminar de la sala a la cocina y luego al cuarto, de asomarme al balcón y volver a la cocina, uno de los monentos que más esperamos en la casa es la septima puerta. A esa hora no hay movimiento por la casa porque todos estamos frente al televisor. Gracias y cuídese

Janet dijo:

6

2 de mayo de 2020

08:09:04


Cuídese mucho ... sus lectores y espectadores lo necesitamos . El encierro no es tan malo cuando nos permite retomar el hábito de leer y el placer de estar con la familia. Saludoooos

Jorge dijo:

7

6 de mayo de 2020

09:22:17


Estimado Rolando Sé que no es el sitio para esta pregunta pero si tiene tiempo le pido me esclarezca un poco sobre la última película de su programa. No entendí cual fue la trampa que le tendió la Unión Europea a Alexis Tsipras (no estoy seguro de la escritura del nombre) y a su ministro de Finanzas, que él comprendió al final de la película después de la euforia por el resultado del referendo. En aquellos años estuve al tanto de esa crisis pero nunca supe el desenlace. Saludos.

RG dijo:

8

14 de mayo de 2020

11:32:28


muy bueno, no sabía que usted podía tener tanto sentido del humor, sería interesante ver a Doime actuar lo que usted ha escrito, me parece fabuloso, escriba más así, sin dejar lo de siempre