Junto con la música de presentación del noticiero del mediodía nací. Quizá fue un presagio, una forma que encontró la vida para decirme a qué me iba a dedicar y cuál sería mi mayor pasión.
Cuando vivía en mi natal San Antonio de Las Vueltas, un pequeñito pueblo de la geografía villaclareña, siempre dije que sería periodista. Solo era una niña que soñaba en grande, para colmo, una niña tímida, de trenzas rubias, que a los 12 años ya se había leído, por iniciativa propia, un libro de Virginia Wolf que, por cierto, no me gustó.
Siempre que acababa una clase sacaba una hoja y escribía algo. Lo guardaba. Todavía escondo en cualquier gaveta algunas cosas que me salen y no le leo a nadie por miedo a que sean, como mínimo, un engendro cursi de mi inspiración.
La primera vez que me tocó redactar una noticia pasé horas frente a la hoja en blanco. Todavía recuerdo aquella visita al central azucarero. Nunca antes había puesto un pie en un gigante «devoracaña» y estaba perpleja. Uno de los directivos me hablaba de datos y porcentajes. No entendía nada. Mi fotógrafo, Manuel de Feria, al darse cuenta de la situación, tomó el mando de la entrevista y me salvó.
De los momentos lindos siempre se habla, pero el verdadero amor por un oficio se demuestra en los días feriados, cuando un puerco asado se devora en tu casa, mientras casi recibes el año en la redacción.
Por eso, al periodismo hay que llevarlo en las venas. Esta no es una profesión para la vanagloria, sino para servir y ayudar al otro. Esta también es una profesión para aprender, por eso el agradecimiento eterno a quienes me han enseñado y me enseñan.
A veces la gente que me quiere, cuando les cuento de lo complejo de mis horarios y del tiempo que le dedico al trabajo, no entienden y me aconsejan buscar una profesión menos estresante y que engorde un poco el bolsillo.
Lo confieso, en ocasiones la idea me ha pasado por la cabeza. Entonces me pongo a escribir. La ciudad duerme y yo escribo. Escribo y sonrío. Soy feliz.
Entonces un lector me envía un correo desde Madruga para decirme que le gustó una crónica, o la madre de un niño del que conté una historia me confiesa, en un mensaje, que ya soy parte de la familia.
Entonces comprendo que quizá sí fue un presagio que naciera a la una de la tarde en punto, junto con el Noticiero de Televisión. Quizá desde ese momento la vida me decía algo: para mí el periodismo siempre será mucho más que una profesión.


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ler dijo:
1
13 de mayo de 2019
08:52:40
lidda dijo:
2
13 de mayo de 2019
10:57:36
Ismary Alba Respondió:
13 de mayo de 2019
12:30:56
Llasmina dijo:
3
14 de mayo de 2019
11:49:18
liz thalia dijo:
4
15 de mayo de 2019
10:57:40
Emigdio dijo:
5
15 de mayo de 2019
12:25:48
yo.cu dijo:
6
16 de mayo de 2019
11:16:14
Robert dijo:
7
16 de mayo de 2019
15:52:26
guadarramas dijo:
8
17 de mayo de 2019
12:31:29
pedro bergues dijo:
9
17 de mayo de 2019
13:35:49
Rodolfo Quiñones Arcos dijo:
10
11 de junio de 2019
13:51:20
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