No figuraba Marlon Brando, pero en la segunda parte de El padrino (Copola, 1974) Al Pacino y Robert de Niro cubrieron la ausencia con un desempeño admirable.
De Niro tuvo que meterse en la piel de un joven Vito Corleone que en el Nueva York de los años 20 combina la violencia más cruenta con un sentimentalismo de opereta. La empresa lo obligó a estudiar ese mundo y a conocer figuras provenientes de él: argucias, estrategias y la generosidad concebida para luego aprovecharse de ella.
Vendrían para el actor nuevos papeles de mafioso que terminarían por convertirlo en un experto. De esa experiencia artística pudo llegarle la convicción necesaria para –en medio de un popular programa de televisión– calificar al presidente Trump de «aprendiz de gánster».
No le ha faltado ojo clínico a De Niro para cargar contra el dómine de tantas falsedades y enredos y el más reciente fogonazo tuvo lugar hace unos días, durante la inauguración del Festival de Cine de Tribeca que él preside. Allí llamó a los periodistas a no cejar en la búsqueda de una verdad «que nuestros líderes políticos tratan de oscurecer». Y en una clara alusión al presidente del país les dio las gracias a aquellos profesionales de los medios que resisten las falsas noticias vertidas contra ellos «por enemigos del pueblo» que incitan a la violencia.
Ya antes de la toma de posesión del presidente, De Niro llamó a mantenerse en guardia frente a lo que pudiera venir, calificado por él mismo de «nada bueno». Al recibir un título honorífico en la Universidad de Brown, en Nueva York, no perdió la oportunidad de analizar el clima político: «Cuando ustedes iniciaron la universidad, el país era un inspirador y edificante drama…, ahora que se están graduando, se ha convertido en una trágica y estúpida comedia». Y respondiendo a la pregunta de un estudiante: «No seamos famosos por ser famosos. Tenemos ahora a un presidente que está ahí porque estuvo en uno de esos reality shows. ¿Y dónde estamos? Es solo una situación de pesadilla que me tiene preocupado».
El pasado año, al hablar en la gala de los Premios Tony, el actor volvió a disparar: «Ya no hay más oportunidades para Trump. ¡Hay que joder a Trump!
Una urgente música trató entonces de silenciar sus palabras, pero los asistentes alcanzaron a oírlas, y Trump también, que al igual que hizo hace dos años contra las críticas vertidas por Meryl Streep, y luego de Spike Lee, durante la última ceremonia de los Oscar, trató de restarle méritos a uno de los actores mejor dotados de la historia del cine: «Robert De Niro –escribió el presidente en Twitter–, un individuo con muy bajo coeficiente intelectual, ha recibido demasiados golpes de boxeadores reales en las películas. Lo vi anoche y pensé de verdad que estaba atontado».
Entrevistado por CNN con respecto al mensaje de Trump, De Niro dejó ver su pícara sonrisa mientras decía que las respuestas del presidente son insensatas y algo estúpidas: «No dice nada ingenioso ni inteligente», remató.
Nadie olvida, sin embargo, que el actor de Taxi Driver y Toro salvaje está en la lista negra de los ultraconservadores de ese país. No por gusto recibió hace un tiempo un extraño paquete similar a otro llegado a las oficinas de la CNN, que obligó a que la policía desalojara la redacción neoyorquina de la cadena noticiosa.
Nada más parecido al guion inacabado de una película, pero, por el momento, no lo es.
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Francisco Ruiz dijo:
1
29 de abril de 2019
06:38:31
Me encanta Barbara Eden dijo:
2
29 de abril de 2019
11:14:51
Francisco Ruiz Respondió:
29 de abril de 2019
12:56:16
CUBANO DE A PIE Respondió:
31 de mayo de 2019
10:54:24
M.Montero dijo:
3
29 de abril de 2019
15:48:32
wendy dijo:
4
30 de abril de 2019
11:50:53
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