La discusión entre un jefe y una obrera, escuchada al azar en un establecimiento productor de alimentos, se tornó caliente de súbito cuando el primero respondió que la decisión de contratar consultores para el departamento de contabilidad era cuestión que incumbía expresamente al consejo de dirección.
«¡Se equivoca!», respondió la mujer y acto seguido dio las razones para tomar cartas en el asunto, entre ellas la poco feliz idea de erogar salarios a terceros porque el personal del referido departamento no cumplía a cabalidad sus deberes debido a que no les exigían lo suficiente y les faltaba capacitación.
Sumida en la disputa verbal, ella no se había percatado de la presencia de personas ajenas a la entidad, pero al detectarlas, a modo de disculpa, concretó: «¡Es que este es mi colectivo y me duelen las cosas mal hechas!».
Sin duda, manifestaba el sentido de pertenencia a su centro laboral, asunto muy llevado y traído desde hace tiempo por estructuras de dirección empresarial y organizaciones sindicales, pero con muchos peldaños por escalar para vencer los estatus de eslogan sin resultado movilizador –y por tanto inútil– que aún le acompaña.
Si bien el sentido de pertenencia tiene cauce abierto en el postulado que define al socialismo por la propiedad social sobre los medios de producción, los calificativos de incauto, despistado o incapaz pueden ser otorgados a los directivos de cualquier rama que no cultivan en los trabajadores bajo su responsabilidad la identificación plena con las labores que ejecutan y el respeto a la institución que forman.
Cuando estas últimas condiciones fallan, el ambiente laboral deja de ser sano y creador. Lo primero que ocurre, según descripciones de personas que han sufrido o sufren esa situación, es el comportamiento mecánico frente a las tareas que cumplen. Por ejemplo, algunos miembros de un taller de la industria mecánica relataron a este comentarista que no sentían motivación al asumir encargos productivos que sus jefes habían concertado sin consultarles la necesidad de extender las jornadas laborales.
Si no hay la identificación de la que se habla, también puede aparecer el quebrantamiento de la moral del colectivo, manifestada en muchas formas. A veces se hace tangible en el poco cuidado de los medios y equipos en general; otras, en la sustracción de recursos bajo el ya clásico eufemismo de «lucha», «justificada» por los bajos salarios.
La vía real para asegurar el deseado sentido de pertenencia a los centros laborales está en hacer valer el derecho de los trabajadores a participar en la toma de decisiones, hacerles todo tipo de consultas sobre las tareas que cumplen y tener en cuenta sus sugerencias. Lo que se hace bajo este precepto fortalece la gestión de los directivos y pone a los colectivos donde se aplica en condiciones superiores a los que las ignoran.
Entre los buenos ejemplos que conozco, no puedo dejar de mencionar el de Garbo, Empresa de Atención a Trabajadores de la Construcción. La primera vez que la visité en busca de información sobre su desempeño, el director hizo énfasis en que los logros dependían de la visión colectiva con que abordan las acciones a realizar.
Transcurridos unos dos años me presenté en un campamento que se dedica a prestar servicio de alojamiento a constructores que residen en municipios alejados de la capital provincial, donde acometen obras. El responsable del establecimiento sostenía un amplio intercambio con el personal a cargo de la cocina, los dormitorios y otras áreas vitales. Una de las más activas en opiniones era una morena bajita y delgada. Se desempeñaba como auxiliar de limpieza y habló de la necesidad de crear una lavandería, aunque fuera de pequeña dimensión, para facilitar la vida a los albergados.
Por supuesto que aquella idea fue aprobada y puesta en práctica poco tiempo después, tras el pertinente análisis económico, aspecto que los integrantes de Garbo siempre tienen en cuenta en los enfoques elaborados entre los directivos principales y trabajadores de todas la unidades que la componen. Ese modo de actuar explica su constante ascenso.
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Fermín M. Fornaris Campa dijo:
1
26 de abril de 2019
13:31:11
orlando dijo:
2
24 de mayo de 2019
11:20:43
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