A propósito del clima beisbolero que prima en altos decibeles con el triunfo del equipo Leñadores de Las Tunas, vale la pena recordar o conocer con cuánto celo Nicolás Guillén, nuestro Poeta Nacional, y otros importantes intelectuales cubanos de varias generaciones, como su contemporáneo Alejo Carpentier, o entre los más jóvenes académicos, Félix Julio Alfonso, autor de Béisbol y Nación en Cuba, han abordado el deporte en su poesía o prosa.
Guillén en su Obra Poética (Tomo II) dedica un extenso poema que titula Deportes. En este retrata la influencia de nuestro deporte nacional desde la niñez. Escribe:
Niño, jugué al béisbol.
Amé a Rubén Darío, es cierto,
con sus violentas rosas
sobre todas las cosas.
Él fue mi rey, mi sol.
Pero allá en lo más alto de mi sueño
un sitio puro y verde guardé siempre
para Méndez, el pitcher –mi otro dueño.
Pero en el referido poema Deportes, el gran Nicolás no deja escapar otras disciplinas deportivas y a sus grandes héroes, ahí están el ajedrez y su símbolo:
Así pues Capablanca
no está en su trono, sino que anda,
camina, ejerce su gobierno
en las calles del mundo…
El deporte de los puños tiene en Guillén su lugar:
¿Qué sé yo de boxeo,
yo, que confundo el jab con el upper cut?...
Mas sobre todo, pienso
en Kid Charol, el gran rey sin corona,
y en Chocolate, el gran rey coronado,
y en Black Bill, con sus nervios de goma.
Deportes, de Nicolás Guillén, termina:
¿Me permitís que ponga,
junto al metal del héroe
y la palma del mártir.
me permitís que ponga
estos nombres sin pólvora y sin sangre?
Y regresando a la pelota, qué bueno sería que Béisbol y Nación... se encuentre en la Feria del libro y estuvieran siempre en librerías nuestros clásicos.


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Francisco Rivero dijo:
1
22 de enero de 2019
06:47:06
John Palomino dijo:
2
24 de junio de 2019
14:56:25
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