ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Su caso no está en las estadísticas. Nunca le dijo a nadie. Así era mejor. No tiene marcas en su cuerpo. Sus amigas no imaginan nada.

Quizá no le creerían. A fin de cuentas ella ha tenido más novios que todas las mujeres de la familia. A su mamá le encantaba él. Tiene buena reputación. Se notaba que la quería.

Esta es una historia real. Su nombre nunca lo diré. No podría. Es una muchacha corriente. Estudió por seis años en la universidad. A nadie le llora sus penas.

La culpa la tuvo ella. Al menos para sus padres que no entendieron su decisión. «Los hombres buenos escasean, eres una tonta por perderlo así», le decían.

Él también tiene un título universitario. Nunca ejerció la profesión, pero buscaba dinero. Le sobraban atenciones con los demás.

Tenía la capacidad de arreglarlo todo o casi todo. Nunca llegaba con las manos vacía. La gente lo adoraba.

Creció con un padre violento que desde pequeño le enseñó a beber, pero decía que jamás sería como él.

Su casa parecía de muñecas. Le compraba todo lo que pedía. Le decía por las mañanas qué ropa le gustaría verle puesta. A veces hasta le exigía que se la quitara, y  la usara solo para los dos. Ella era suya. Al principio le resultaba sexy tanta confesión de deseo, pero con el tiempo no. Se sentía presa entre adornos y aparatos electrodomésticos, como una muñeca diseñada para complacer.

Complacer. Tenía que complacerlo en todo. No llegaba tarde para no molestarlo. Parecía tan perfecto. Era tan cariñoso. Solo a veces se daba unos tragos. A veces era casi siempre, pero el resto de sus virtudes opacaban ese defectico.

De repente aquella relación terminó. Nunca dijo el porqué. La familia la culpaba por su mala cabeza. ¡Qué mujer pierde a un hombre así! A cada segundo le recordaban que había dejado ir a la gallina de los huevos de oro.

Pasaron par de años y en una ocasión se quebró ante los reproches. Entonces habló. Hubo silencio. Esta es una historia real, de una mujer real. Su nombre no importa.

Empezó a tener miedo de él. Cada noche llegaba borracho. Venía con ganas, muchas ganas. Y una de esas noches la violó.

Su caso no está ni estará en las estadísticas. Los números no siempre recogen esa violencia que discurre en el silencio y se posa en lo intangible. Ella era su esposa ante la ley. ¿Cómo probar lo que le pasaba en su cuarto cuando se cerraban las puertas?

Si se negaba, salía peor. Por eso lo dejaba. Solo quería que pasara rápido y ponía su mente en otra cosa mientras él la poseía, ebrio, burdo, espeluznante, atroz…

Luego, cuando caía boca abajo en su lado de la cama, corría al baño. Abría la ducha y dejaba que el agua caliente se llevara hasta los recuerdos.

No pensaba que nadie pudiera creerle. Siempre fue una mujer tan independiente y ahora tenía la dignidad rota y un montón de cosas de marca, como la princesa en un castillo a lo Rapunzel.

Le daba pavor que alguien se enterara. Sentía espanto de imaginar su reacción. En una sola persona habitaban dos hombres: un doctor Jekyll y un señor Hyde.

Al trabajo llegaba exhausta. Además, tenía que fingir su vida perfecta. En una ocasión intentó hablar con él, pero le respondió con indiferencia y le aconsejó que dejara de creerse una pieza de porcelana.

Así estuvo por meses. Entonces sintió la falsa alarma de un embarazo que terminó siendo un leve retraso, pero la sacudió. La sacó del letargo. No quería criar así a su hijo. No quería más cuentos de hadas.

No quería que la siguieran manteniendo. No quería que alguien eligiera su ropa. No quería llegar a la casa apurada para no desatar su ira. No quería un hombre que la tuviera cada noche en contra de su voluntad.

Nunca le dijo a nadie hasta ese día. Ella solo era una mujer con un marido maravilloso. Ella solo era una mujer en una casa de muñecas. Una mujer que tuvo el valor de decir no.

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florentino blanco diaz dijo:

1

21 de noviembre de 2018

07:41:34


espantosa, desgarradora y violento; y lo peor es saber que realmente existen, lastima que una pandemia no se apodere de quienes usan la brutalidad como método. como siempre has escrito un artículo maravilloso, eres una profesional muy competente. solo se necesita que todas aquellas que están en situación similar lean, razonen y tomen la última decisión: la mejor decisión de todas, alejarse del MONSTRUO

pili dijo:

2

21 de noviembre de 2018

09:27:56


Te quedó muy bueno el artículo, real o ficticio, los hay reales en grandes cantidades como éste que contaste........

yadira dijo:

3

21 de noviembre de 2018

10:47:07


Menos mal que al final se liberó, hay muchas otras que no tienen ese valor, saludos

m dijo:

4

21 de noviembre de 2018

11:32:21


Muy lindo tu artículo Leslie. Conozco un caso similar y realmente es doloroso cuantas cosas nos pasan a las mujeres y por miedo a...... no hablamos o no actuamos, preferimos mantener silencio hasta que un día explotamos, pero como bien tu dices hay que decir NO. Saludos desde Santa Clara.

Héctor dijo:

5

22 de noviembre de 2018

02:13:05


Querida y hermosa Leslie: Querida y hermosa Leslie: soy un abogado argentino, de 76 años, que siempre te lee con admiración. Lo que has escrito, doy fe, es moneda corriente en mi país, de una persistente cultura patriarcal, hoy exacerbada por el gobierno retrógrado que padecemos. Pero, por suerte, algo está cambiando. El hecho de haber tenido una presidenta mujer (además de gran estadista), dejó plantada una semilla cultural, que hoy se refleja en un gran movimiento de resistencia emancipatoria. hoy, las mujeres de mi país, si bien a muchas todavía les pasa lo de tu relato, han aprendido a defenderse y organizarse de manera colectiva, para liberarse definitivamente. Felicitaciones y un saludo paternal de un viejo a quien le hubiera gustado tener una hija como tú.

guadarramas dijo:

6

22 de noviembre de 2018

07:28:52


Muy buen comentario, que porque no hayas revelado el nombre de esa víctima de la violencia intrafamiliar, deja de ser una historia verdadera. En mi ejercicio como juez he conocido de innumerables casos que luego de producido el hecho contra la integridad de su persona, lesiones u homicidio, ha salido a la luz pública los padecimientos hogareños. En ocasiones ante la presencia de hijos pequeños que quedan marcados para toda la vida. DEbe lucharse por el respeto a la dignidad de la mujer, no solo derechos, educación desde la cuna, es la correlación necesaria.

Lidda dijo:

7

22 de noviembre de 2018

14:52:41


Muchas veces es necesario decir NO. Gracias por el articulo.

Sorjuana dijo:

8

22 de noviembre de 2018

16:57:21


Casos como esta “Nora” de Ibsen los hay...bu !!!! Por montones. Basta con que se llegue a las ESBU y allí hallará niñas con edades que oscilan entre los doce y catorce años las que aun sin finalizar su etapa estudiantil deciden casarse, para luego quedar embarazadas e incluso las ves en ocasiones “golpeadas” sus pupilas detrás de sus cristales de gafas oscuras o calovares, “el último grito de la moda.” Y yo le pregunto a Ud de quien cree que sea “la culpa ?” De la familia ? De ellas mismas ? De la sociedad ? Los medios de difusión tienen una muy buena influencia en las “mentes” de nuestros adolescentes. Es una “paradoja” no le parece ? Tanto esfuerzo por un lado y tanto desastre por otro. Eso es lo que les enseñan en esos “videos clips” en esas telenovelas especialmente importadas, sí !!!!... que triste. Pero es ese el escenario que reina: “Mucha pacotilla y poco cerebro” “Amor mercantilista” ”Sedo-masoquismo bien pagado.” “Certificados de Matrimonio o de compraventa” En fin, no importa si no publica este comentario. Mejor no herir sensibilidades.

Felipe dijo:

9

24 de noviembre de 2018

15:29:19


Excelente relato Leslie. Te felicito. Me gusto muchisimo. Saludos.

Jessica Padrón dijo:

10

25 de noviembre de 2018

10:23:10


Saludos colega!!!! excelente artículo, se me hizo un nudo en la garganta al leer cada línea pensando en cada una de esas mujeres que necesitan decir NO. Gracias por el artículo...ojalá tus palabras las llenen de valor. Un abrazo!!!!

Jessica Padrón dijo:

11

25 de noviembre de 2018

11:02:22


Saludos colega!!! excelente artículo. Se me hizo un nudo en la garganta cuando leí cada línea, gracias por compartirla, ojalá muchas mujeres se llenen de valor para decir NO...un abrazo

N dijo:

12

6 de diciembre de 2018

09:36:57


Hola, Leslie, sin saberlo casi has retratado lo que fue mi vida hace un año y medio más o menos. Sabes cómo me sentía? Pues, como una persona que está encima de un tigre: con miedo de bajarse, porque el tigre se la puede comer, con miedo de quedarse arriba porque se puede morir de hambre. Solo Dios sabía todo el maltrato que viví, psicologico, físico y emocional. Tenía verguenza de hablar con los demás sobre esto, porque yo fui quien lo había elegido. El detonante fue una publicación que vi en la revista "Somos Jóvenes". Se titulaba "¿Sufres violencia?, tenías que marcar en una cruz lo que se adapatara a lo que vivías. Me impactó "descubrir" que padecía todos los tipos de violencia que decribía el articulo. El consejo era: "sal corriendo" o algo así. Y eso fue lo que hice. Sin mirar atrás. Escribo esto hoy, porque si alguna mujer está pasando por lo que yo pasé, que no lo piense y salga corriendo... mientras pueda. Dios bendiga a todas las que sufren en silencio y las ayude a no callar más.

Leslie Díaz Monserrat Respondió:


8 de diciembre de 2018

11:38:25

Un abrazo N y mi admiración por ser una mujer tan valiente, de las que dicen NO. A veces eso es lo que hay que hacer, salir corriendo, sin importar lo que la gente piense o diga. Estoy muy orgullosa de ti y a todas las mujeres le digo que salgan corriendo, porque una vida bajo la violencia no es vida...