Una opinión de Alfredo Despaigne en su perfil de facebook, tras ser tomado de refuerzo por el equipo de Villa Clara para la segunda etapa de la 58 Serie Nacional, destapó un sinfín de criterios.
Sin embargo, como se trata de Cuba, la discrepancia y el debate, consustanciales y parte de un proceso revolucionario como el nuestro, lo han tratado de vestir con otras ropas.
En este país, al que quieren llenar de fábulas, se respeta y se escucha la opinión y si es la suya, la de una gloria deportiva, más todavía.
Es cierto, como él expresa, que someterlos a él y a sus compañeros contratados en Japón por la Federación Cubana, a un segundo estrés competitivo tras más de 140 juegos a un alto nivel como el de la liga nipona, afecta la relación trabajo-descanso y choca con la estrategia, que para el calendario 2019 tiene la exigencia de la clasificación olímpica.
Puede haberse equivocado la Dirección Nacional de Béisbol, aunque le abrigaba, al introducir la posibilidad de su participación en la fase complementaria de la actual temporada, el deseo de un mejor certamen para la afición, por el aporte de calidad que tributarían a la lid. Incluso, en la noche del propio viernes, tras conocer la novedad de una sexta ronda para añadirlos, lo cual llevaría –según el reglamento– a prescindir de uno de los obtenidos en las cinco rondas oficiales, nos quedamos con una duda. Si los cinco refuerzos seleccionados tuvieran un alto rendimiento, ¿los mentores están obligados a deshacerse de uno de ellos por el escogido en la sexta vuelta?
Jesús Barroso, director de la Serie Nacional, le contestó a Granma: «Es una opción del mánager, pero no está obligado a dejar a uno de los cinco».
Dicho así, si los mentores no están obligados a tomarlos, pues tampoco el pelotero se vería precisado. En estas mismas páginas, al abordar el tema de las contrataciones y nuestro certamen élite, habíamos expresado que la decisión de si los que juegan en ligas foráneas participan o no en la porfía casera, ha de tomarse antes del primer lanzamiento de la lid.
Un principio ha regido en nuestra sociedad y el deporte no ha sido la excepción: el hombre, el ser humano, está por encima de cualquier aspiración o un resultado. Si los peloteros que se
desempeñan en Japón presentan algún síntoma de fatiga, si es recomendable que no participen para cuidar su relación trabajo-descanso o para preservar su estabilidad emocional, entiéndase reponerles sus largos periodos de alejamiento de su familia, no tengo la menor duda de que el movimiento deportivo cubano no los expondría al rigor competitivo de nuestro campeonato. Esos valores están recogidos en la Política de remuneración de los deportistas, aprobada por el Gobierno cubano en septiembre del 2013.
La pelota necesita de un mejor final, porque desde ese epílogo inicia su carrera olímpica. No será fácil, sino más difícil que nunca, pero los que saltarán a la grama el próximo día 26 y los que luego se les unirán en el uniforme de las cuatro letras, tendrán a Cuba en sus bates para juntos dar ese jonrón.
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Rendón dijo:
1
22 de octubre de 2018
08:58:32
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