ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Muy contento marchó Manuel Herrera hacia el mercado El Pilongo, de Santa Clara, a fin de cumplir la encomienda de su esposa Ana, de tratar de adquirir unas libras de carne de cerdo, para cuyo propósito debieron ahorrar bastante durante algún tiempo porque ambos son jubilados.

Como persona correcta y de bien que es, el veterano hizo su cola desde bien temprano, y a la hora prevista se acercó a la tarima del puesto No 15, donde solicitó el pedido: «Por favor, búsqueme unas costillitas que no tengan mucha grasa. Es que son para mi mujer que está de cumpleaños», dijo con humildad, a lo cual el empleado respondió solícito: «como no mi viejo, aquí estamos para complacerle».

De esa manera, con la agilidad de un lince, el expendedor cortó el pedazo de carne requerida, la pesó en la balanza y sin dar tiempo a cuestionamiento alguno,se la entregó; tras cuya acción le espetó: «son 240 cañitas mi abuelo», es decir el supuesto importe de la compra.

Mientras caminaba hacia la puerta de salida del mercado, Manuel se detuvo por un instante al notar que el peso de la jaba no se correspondía con las libras que había dicho el vendedor y el importe pagado por lo adquirido, ante cuya duda recordó que en el lugar existen varias balanzas para la comprobación del peso de las mercancías, por lo cual decidió marchar hacia allí, donde pudo conocer que había sido timado.

«Abuelito, le han robado más de tres libras de carne», dijo con indignación la inspectora situada en el sitio, quien le solicitó ir hacia el quiosco de marras para demostrar al comerciante la maldad cometida.

Ante la evidencia, no hubo la menor disculpa ni asomo de vergüenza por parte del timador; ni tampoco del jefe del punto de venta, a las claras su compinche en el trapicheo; quienes en el acto fueron sacados del local y multados por las autoridades encargadas de velar por el orden allí, mientras era retribuido el faltante a Manuel.

Como medida ejemplarizante, y en correspondencia con lo establecido en la nueva norma de protección al consumidor, ambos cuatreros fueron separados de manera definitiva del sistema de la agricultura,  entidad a la que pertenecen, acción que sucedió con prontitud y delante de las personas que allí se encontraban.

Lo narrado hasta aquí no es obra de la ficción, ni de la imaginación de nadie. Lo pude comprobar con mis propios ojos el pasado domingo en la llamada feria dominical de Buen Viaje, a la que acude el pueblo santaclareño cada fin de semana a fin de adquirir parte de lo que necesita.

Alegra saber que aún existen muchas personas capaces de defender a la población de timadores y expoliadores, de esos que tanto abundan por todas partes, un mal que debe ser extirpado de raíz de nuestra sociedad, porque en ello va la credibilidad y confianza en la sociedad que nos empeñamos en construir.

Con personas como las que intentaron robar a un anciano de casi 80 años sin el menor recato, y otras que proliferan por ahí como la mala yerba y tratan de enriquecerse a costa del pueblo, no debe tenerse la menor compasión, porque ellos representan la antítesis de los valores que durante años se ha tratado de fomentar aquí.

Resulta evidente, que la batalla por la calidad en los servicios y el respeto al consumidor será larga y compleja, porque no todos los funcionarios encargados de imponer el orden y las personas que resultan timadas actúan como ellos, sin embargo, confiamos en que algún día, más temprano que tarde,  ejemplos como ese sean la regla y no la excepción.

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Ernesto dijo:

1

6 de julio de 2018

05:25:31


Ojalá!!!!!!

José Mastrapa dijo:

2

6 de julio de 2018

09:22:13


Lo narrado por usted puede muy bien ser una obra de ficción en correspondencia con el lugar. Allí es realidad, pero eso mismo no se aplica en el Mercado de Tulipán en Plaza, te "roban", reclamas y te devuelven con sonrisa incluida y fin de la cita...cuanta complicidad en la que se incluye al que según la ley está para proteger al consumidor, otro ladrón más de la cadena.

Rendon dijo:

3

6 de julio de 2018

10:20:47


Freddy: buena denuncia, pero me hubiera gustado que pusieras los nombres de esos que robaron al anciano. Deben haber robado a cientos, y siguen en el anonimato. Por qué los protegemos en vez de quitarles la careta?

Teresa dijo:

4

6 de julio de 2018

10:28:55


Cuando leo cosas como éstas me río y doy una palmada de alegría, ya es hora que se acabe el robo, el pobre señor al que dedicó toda su vida al trabajo y los años que tiene, para que un ladrón le robe lo que es suyo, que con tanto esfuerzo compra sus libritas de carne con esas medidas llegaremos muy lejos, gracias por este comentario, ahora falta La Habana a todos los carretilleros, vendedores ambulantes, los de los puestecitos particulares y estatal, yo me tuve que comprar una pesa de mano, me robaban 3 y 4 libras de arroz, 2 ó 3 de azúcar blanca 1 de prieta, ya, ni en el pollo, voy con mi pesa, ante todos los meses me faltaba y tenía que tener dos palabras con los bodegueros, aunque me sobre, se lo regalo a la persona que le haga falta que tenga bajo ingreso monetario; pero a ellos no, porque es mío, el estado me lo da, ellos no me están regalando nada, aunque no lo consuma todo, se los digo, lo regalo al necesitado; repito; pero no se lo dejo a ellos. Mi hijo va a buscar los mandados y al otro día que estoy de descanso laboral, reviso las jabas y veo que no están los paquetes de café, reviso la libreta y veo que no están anotados, llamo a mi hijo y me dice que no se los dio, voy para el mirimax y cuando le digo que no me había dado el café, me dice que sí, pues no, quería ver en el torpedo y le dije que no lo cogí y no estaba anotado en la libreta, este mes a finales voy con mi hijo a sacar los mandados y cuando veo ahí mismo falta el café, le digo, mire, me falta el café, me dice, es que se equivocaron y te lo anotaron el día 24 en los fósforos, le dije, pues puede creer que no, porque mi cuñada me cogió ese día la sal y los fósforos; pero no el café, yo todos los meses lo saco con los mandados a no ser un mes, si acaso, extraño y si era el bodeguero anterior, era el aceite, café, azúcar, en fin dos productos siempre se quedaban para el próximo mes, porque no tenía. Eso es en el mercado del Centro Comercial en la bodega 2, Rpto Camilo Cienfuegos, La Habana del Este.

Lucifer dijo:

5

6 de julio de 2018

10:33:35


Angel, muy bueno tu artículo, se actuó con prontitud y rigor, ojalá que esto se haga así en todo el país, en Holguín, en las ferias agropecuarias del domingo (hablo la del reparto Pedro Díaz Coello) es una desverguenza lo que pasa, por la derecha tienen un precio (en la carne de cerdo en especial) y por la izquierda otro, aparte de lo que roban en la pesa, ocurre algo parecido en las carpas y cuidado con protestar, pero ya la gente se está quitando el miedo, yo al menos no permito que me estafen.

Julio dijo:

6

6 de julio de 2018

11:19:55


Palafraseando a Villena... "hacen faltan miles de cargas como esta para matar bribones, para limpiar la costra tenaz de tanto bandido como estos que se narran en este artículo y que tristemente PULULAN!!!!!

René dijo:

7

6 de julio de 2018

11:22:54


No hay mucho que decir, desde hace mucho tiempo se debía haber actuado así con esos elementos. Que sientan como dice Ud. que la impunidad tiene límites.

AAP dijo:

8

6 de julio de 2018

15:29:34


Un poco mas de los mismo que sucede todos los días, en todas partes de nuestra Cuba, esos ladrones de mercado, tiendas en divisas y todo lo demás son personas despreciables, le roban al Maestro, al médico, al profesional a cualquiera que se les ponga en frente y aún cuando se toman medidas ejemplarizantes no son suficientes, si quiere comprobar compre en cualquier establecimiento estatal en ciudad de la habana carne o pollo y verá como te roban y no siempre con la pesa la mejor especialidad es usando la calculadora si hay que convertir de kg a lib, es una pena que las personas que aportan a la sociedad con su trabajo y dedicación seamos maltratadas por una especie de cubanos, como dijera mi abuelo No existen comerciantes honrados.

Mariela dijo:

9

9 de julio de 2018

00:03:02


Apoyo al autor por tocar un tema que de una vez y por todas tiene solucionarse aplicando las medidas pertinentes con el rigor y todo el peso de la ley, debería existir tolerancia cero ante este tipo de conductas que a diario nos dañan como sociedad. El ejemplo que se expone pone el dedo en la llaga de millones de casos y que de variopintas maneras ocurren a diario en nuestro país, dónde la impunidad de ciertos ciudadanos de manera individual o agrupados campea por sus anchas sin que encuentre la pared de la justicia, estas conductas florecen por una sencilla y minúscula razón, la inacción de las instituciones y órganos que deben controlarlas, no solo el pueblo como denunciante de las mismas sino con la acción afectiva de los órganos competentes. Me tomare la libertad de poner un ejemplo que ilustra la impunidad en su más alto grado de expresión de la que fui testigo presencial con una amiga hace pocos días. Yo resido en el municipio playa, y a pesar de no afectarme directamente la situación me vi involucrada en un hecho que llamaría de abominable y que para mis escasos conocimientos de leyes es constitutivo de delito. En ese momento iba cruzando la calle y quedamos estupefactas ,paralizadas casi por lo abrumadora de la situación, unos vecinos del callejón contiguo de 7ma A y 60 playa, que en diferentes ocasiones han sido requeridos por varios vecinos por tener la música alta entre otras cosas ,ese día, parece que alguien en todo su derecho y razón llamo a la Policía Nacional Revolucionaria, la cual se persono en el lugar, inmediatamente que los agentes del orden se retiraron pasándome estos por delante ,el ciudadano en cuestión y su mama salieron a la calle y de la manera más incivil y vulgar vociferaron palabras obscenas, improperios y amenazas para todo el barrio, no me atrevo a poner siquiera ejemplos de las palabras por lo degradantes e indecentes que son , todo esto ante la vista de los vecinos que quedaron atónitos ante tal acto de irrespeto y burla hacia los agentes del orden y hacia todos los presentes allí. Entonces cabe preguntarse la impunidad existe y prolifera porque no existe un accionar contundente, pero la cosa no queda ahí al otro día en la tarde cuando llegaba del trabajo me percate que tenían puesta la música. gracias

argelionomas dijo:

10

10 de julio de 2018

13:13:41


!muy bien! pero Freddy hace falta que de vez en cuando visiten las demás placitas de Santa Clara para que vean como gozan allí sus empleados, que den una vuelta por esas placitas de los barrios que están escondidas y donde la gente ya no protestan por no tener apoyo. Ahí en los Pilongos no se acaba el descaro y hay mucha gente tapiñada que ni pagan nada al fisco y salen cada domingo con los bolsillos repletos de pesos.

raulito dijo:

11

11 de julio de 2018

07:31:28


Buen comentario periodista; a mi me pasaba lo mismo iba a la bodega a buscar el ¨POLLO¨ y la carnicera muy amable te sacaba conversacion ,te decia precioso, mi principe y todo,hasta un buen dia que pese y le reclame el 1/4 que me faltaba del pollo,hasta ahi llegaron las alabanzas conmigo,pero tambien ahi quedo el robo a mi mercancia,al menos en la bodega.

UnKnown dijo:

12

11 de julio de 2018

08:07:40


Buenos días a todos. La segunda parte de esto, es que resulta probable que esas personas pasen a administrar otra actividad en otro lugar y penosamente, se vuelva a repetir la historia en otra entidad y con otra víctima. Casos como este se reportan a diario y por doquier.

Las Tunas dijo:

13

11 de julio de 2018

09:51:22


Lástima que los equipos de inspección no sean sistemáticos en bodegas y carnicerías. Cuando compras un producto hay que llamarles la atención, pues lo tiran sobre la pesa y luego "rectifican" a su favor.