ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Recuerdo que en muchas ocasiones, en mi infancia, ayudé a la vieja en algunas tareas de la casa. Durante aquella época, en el batey del central donde crecí, también podía encontrar a varios de mis amigos enfrascados, de vez en cuando, en trabajos hogareños.

Para los chicos de mi generación chapear un patio, buscar «los mandados» o echarle una mano a papá en el arreglo de la bicicleta o el tractor no era cosa rara y, mucho menos, algo por lo cual sentir vergüenza.

Incluso, durante aquellos tiempos, antes de salir para el estadio rumbo a la eterna «guerra» de barrios y béisbol, había que pasar revista casa por casa, y el retrasado en aquellas labores recibía un impulso grupal, solidario. El trabajo, que no era mucho ni tanto, tenía color de juego y resultaba casi anecdótico.

Me preocupa que actualmente no suceda así. He comprobado que a varios chicos de hoy les cuesta «tirar un cabo» puertas adentro. Quizá obnubilados, o presionados, por la enfermiza necesidad de pasar niveles en el Candy Crush, shockeados con la última pirueta futbolera de CR7 o enamorados perdidamente de la última versión del Zapya, olvidan, ellos y sus padres, que el trabajo es formador de valores e ideas.

He visto lacerar crudamente el orgullo de una chica a la que sus amigas sorprendieron limpiando; he escuchado llover burlas sobre un muchacho que dedicó un sábado a ayudar a su papá en una reparación eléctrica; he percibido frases despectivas hacia obreros tan honrosos –y no digo necesarios– como constructores, auxiliares de limpieza, mecánicos o barrenderos.

Pero más allá de esta actitud malsana e infantil, más me inquieta su proyección social. Este grupo idolatra a íconos vacuos y circunstanciales como Bad Bunny o Becky G; los iluminados y atrevidos desfiles de Victoria’s Secret o la colorida ampulosidad de Katy Perry. Son consumidores pasivos del imperialismo cultural que nos venden descaradamente Disney y sus Avengers. No entienden ni les preocupa lo elemental de la política o la ideología, y creen que la Historia es solo un cuento largo, protagonizado por bustos inamovibles y serios.

¿Responsables? En primer lugar, la familia. Creo que los valores más profundos y la formación inicial parten de ese espacio. Si fallan estos engranajes primarios, será casi seguro que los demás no encontrarán acomodo en el transcurso de la vida.

Recuerdo que empecé a apasionarme por los libros, observando a mi padre devorar volúmenes. Gracias a él, conocí desde temprano las aventuras en la selva de Salgari y la ciencia futurista de Verne. Eso dio paso a una creciente necesidad de más lecturas, cada vez más completas e instructivas. La biblioteca se convirtió, entonces, en uno de mis mejores amigos.

De mi madre absorbí responsabilidad y tesón, buenos modales y laboriosidad. Esos momentos en que cargué cubos de agua, recogí mangos y guayabas o toqué la puerta de la vecina en busca de un poco de sal, resultaron breves gotas de enseñanza que, de alguna forma, han contribuido a formarme.

Han sido los padres de esta generación quienes han entronizado el discurso de: «yo no quiero que pase los trabajos que yo pasé», en clara alusión a las carencias materiales que padecimos todos los cubanos durante la etapa más dura del periodo especial. Nunca negaré esa realidad, pero reconozco también que fue un momento de crecimiento, de confirmación, de formación y compromiso.

El trabajo hace al hombre, me enseñaron de pequeño. No hay fruto más hermoso que el que se cultiva con nuestras propias manos. Y esa tarea también les corresponde hacerla entender a la escuela y los medios de comunicación. Las experiencias que sean capaces de aprehender esos muchachos moldearán su futuro. Los errores que cometan formarán sus actitudes y construirán su carácter.

Nuestra juventud está llena de hermosos ejemplos donde florece el conocimiento y la virtud, los buenos valores y la educación.

Fui testigo, hace semanas, de una discusión de alto vuelo sobre la calidad poética de Goytisolo. Comprobé que el Museo Farmacéutico no solo es visitado por turistas y que todavía Serrat puede darse el lujo de adornar los oídos de algunos adolescentes cubanos. Por suerte, los ampliamente descritos no son mayoría.

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olgalidia dijo:

1

21 de febrero de 2018

09:46:19


grabiel estoy muy de acuerdo contigo, por que desde pequeña mi bisabuela me enseño que uno se forja su camino futuro y asi le enseñe a mis hijos y ahora a mis nietos por los cuales le enseño que es muy importante la sociedad en que viven por lo que ellos son parte de ella y deben cooperar con el buen trato, la educacion, la etica, el respeto a los demas aunque sean de su misma edad, si es verda que gracias que no es la mayoria de la juventud, te felicito por tu refleccion gracias

Estela dijo:

2

21 de febrero de 2018

11:51:30


Muy buen artículo. Ciertamente en ese trabajo en el hogar se forman muchos valores en los que nos suceden. Educarlos en esos aspectos de colaborar, participar, contribuir, cumplir deberes, etc. es básico para su desarrollo futuro. Agradezco a mis mayores esa educación que me dieron y lamento que en muchos casos en la actualidad no se siga esta tradición. Es algo a lo que debemos prestarle atención.

Revenge dijo:

3

22 de febrero de 2018

04:43:53


Bueno, yo estoy de acuerdo conque la educacion se ha relajado mucho. En mi infancia-adolescencia (años 70 y 80) buscar el pan y la leche en una casa era responsabilidad de los muchachos; y yo me acuerdo que ibamos en pandilla, dos o tres veces a la semana. Ahora estamos cosechando los resultados de la "nueva educacion": las becas a mansalva y la doble sesion, que garantizaron que el muchacho pasara el menor tiempo posible bajo la influencia de la familia y les creo cero sentido de pertenencia a su hogar; viendo este solo como fuente de satisfaccion de sus necesidades y deseos; sin aportar en correspondencia. No se a lo que usted llama "proyeccion social"; si es al derecho soberano de cada cual de tener gustos y preferencias... Ahi si le digo usted que esta equivocado, y que lo que importa es que el muchacho sea bueno con los demas y para consigo mismo. Y si a eso vamos, prefiero mil veces que mi hija adolescente se me atragante de Katy Perry o que se aburra de armarle desfiles de modas a su Barbie;, a que se me convierta en una consumidora de reguetones o traps de produccion nacional. Siempre que lo haga despues de cumplir con sus obligaciones, como sucede. A excepcion de esta ultima salvedad, concuerdo con usted. Saludos.

soraya dijo:

4

22 de febrero de 2018

06:52:01


Precioso articulo, gracias por contar a travesde usted parte de mi historia, tambien nacida en un central y educada en esos valores.

Agustín dijo:

5

22 de febrero de 2018

12:40:02


Muy cierto, Gabriel. La mayor responsabilidad está en los padres, y esos hijos que no han sido educados adecuadamente, serán incapaces de educar a los suyos. Para muchos de ellos, lo que más vale es perder el tiempo con los celulares o hacer la mayor bulla posible amplificando la música de peor calidad. Pero este tema que tratas, no se ve nunca en la televisión, que también se ha dedicado a darle propaganda a estereotipos marginales.

liodermis osorio hidalgo dijo:

6

22 de febrero de 2018

14:10:50


Buen articulo Gabriel,con lo unico que no concuerdo en con el Titulo,desgraciadamente si son mayoria en nuestro pais.Ya es un hecho raro ir a la biblioteca,leer un buen libro,escuchar la nueva trova o ayudar a los padres en los quehaceres de la casa.Sinceramente es la dura realidad.

carlos dijo:

7

23 de febrero de 2018

09:39:20


Estoy en total acuerdo y por desgracia ese es tambien el hombre nuevo ..el joven superfluo y tonto es parte del dano antropologico que muchos cubanos tienen, es la necesidad, y la miseria de espiritud que han sembrado nuestros dirigentes , que pana por que es generacional , y de una u otra forma todos lo padecemos...

LA CIENFUEGUERA dijo:

8

23 de febrero de 2018

10:36:57


Muy buen articulo llamando a la refleccion gracias que no es la mayoria o mejor dicho la totalidad porque un numero alto es asi de falta de obligaciones en el hogar,y hay mucha sobreproteccion hay madres que no admiten que sus hijos le llame la atencion un profesor me recuerdo mi madre que cuando me dejaba en el aula me decia de esta puerta para adentro ella es tu mama y me portaba super bien porque sabia que no habia arreglo con la vieja y si no cumplia con mis labores no habia salida el sabado ,gracias por la refleccion Gabriel

Jorge Luis Sgambelluri dijo:

9

23 de febrero de 2018

11:48:02


Este articulo es tan objetivo y creible, que merece ser divulgado por todos los medios masivos de difusión, incluso de forma repetida, -en defintiva se repiten otros trabajos con menos trascendencia o temas de escaso impacto nacional-pero además, la UJC, la FEM y la FEU, debieran incorporarlo como material de estudio en sus reuniones con los miembros, pero no para un tratamiento formal, sino para un debate honesto, un análisis profundo-pero concreto- y critico sobre las causas y condiciones que originan y alimentan las conductas que al autor denuncia en este excelente articulo, fruto de lo que él con mucho acierto denomina imperialismo cultural, el que no es casual que haya penetrado en nuestra juventud, y requiere levantar un muro infranqueable para que no siga obteniendo adeptos, pues cada joven que convierte en victima, es un éxito que se le suma y un derrota moral y politica para la sociedad de gente de bien que pretendemos construir. Considero que debiera ser objeto de debate tambien en los nucleos del PCC. Realmente da gusto y esperanza leer este tipo de articulo, por lo que expone y la forma en que lo enfoca. Lo felicito Grabriel, su trabajo refleja su sensibilidad y calidad humana y su compromiso con la Revolución.

Jose mario dijo:

10

23 de febrero de 2018

18:35:14


Buen articulo, solo que demasiado ideologizado. Justo la manera en que los jovenes son un poco ahuyentados. No esta al servicio de ningun imperialismo alguien que disfrute de Disney, como no tiene que ser exactamente un comunista quien guste de Elpidio Valdes.

Miriam Ruiz García dijo:

11

25 de febrero de 2018

09:49:58


Tengo dos hijos que estudiaron becados y ahora son profesionales con los pies bien puestos en la tierra, educados y respetuosos, solidarios y honestos, responsables y trabajadores, lo aprendido en las becas y con la educación de la familia logramos eso, orgullosos estamos del resultado. La doble sesión hasta el 9no grado es un alivio para las madres y padres que trabajan porque saben que sus niños y adolescentes no están en las calles perdiendo el tiempo o haciendo cosas indebidas, aunque vivimos en una sociedad segura siempre hay malos ejemplos, demasiados para mi gusto, por lo que estar ese tiempo en los centros de estudios no justifica que hayan algunos descarriados, porque el tiempo en familia se debe aprovechar aunque por la cotidianidad sea poco. Es una pena que existan familias que el consumismo sea el objetivo de su vidas y no formen valores en sus descendientes, porque como dijo el MAESTRO los que tenemos mucho adentro necesitamos poco afuera por supuesto eso no quita que luchemos por un mundo mejor para nuestros hijos y nietos porque en eso está enfrascada nuestra REVOLUCIÓN.

Annia Batista dijo:

12

25 de febrero de 2018

10:40:04


Soy profesora de secundaria y me enfrento diariamente a estos problemas a los cuales te refieres, es realmente impactante como los padres de hoy que son profesionales y muy estudiados expresen que no pueden controlar a sus hijos y eso sucede por los elementos que explicas anteriormente piensan que se merecen todo y que haciendole llegar las cosas materiales van a ser mejores personas, y se equivocan, la adolescencia es una etapa muy complicada en la vida de todos los seres humanos y es el momento de inculcarle los valores morales y las buenas costumbres que hemos heredado de nuestro Jose Marti, de nuestro comandante y esto comienza en el hogar lo que sean capaces de inculcarle los padres desde la cuna lo trataremos de cambiar o de continuar los maestros en las escuelas, hacemos nuestro mayor esfuerzo diariamente con todas las actividades que realizamos y desde nuestra propia clase, pero....no recuerdo que mi mama me halla dejado en manos de mis maestros para que me inculcaran los valores y las ideas revolucionarias????

Rafael dijo:

13

26 de febrero de 2018

11:22:26


La sociedad de consumo a la que nos dirigimos, conduce necesariamente a esto, a que los jóvenes crean que lo que hace falta es dinero para pagarlo todo y no hacer nada, todo lo que otra persona pueda hacer para mi, hay que transformar la forma en la que se educa a los hijos, somos los padres los responsables de todas las desviaciones que manifiestan nuestros hijos,

Mauricio dijo:

14

27 de febrero de 2018

10:37:20


Excelente artículo. A veces entristece ver tanta banalidad en algunos jóvenes (y otros más no tan jóvenes). Recuerdo cuando decíamos con orgullo y hasta un poco de envidia sana: Fulano, ese es tremendo contructor. O: Compadre, si yo supiera hacer esas cosas que tú haces en la jardinería. Estoy de acuerdo con el papel que debe jugar la familia en la educación de nuestros hijos, para llegar a ser una verdadera sociedad culta. Lamentablemente, muchas veces cuando algún muchacho o muchacha tiene conocimientos, cultura, arte, buen gusto; los demás lo ven como un bicho raro. y es muy lamentable. Hablando de educación: Nos hemos convertido en un país donde las personas han sido instruidas, pero no educadas.

henry dijo:

15

1 de marzo de 2018

11:03:54


Gracias mi amigo por su acertado artículo. Tengo sólo 30 años pero me preocupa el giro que estamos tomando en cuanto la educación de nuestros hijos. Estamos mas preocupados en que tengan dinero que en enseñarlos a trabajar para buscarlo. Siga así, va en buen camino.

Ana luisa González González dijo:

16

6 de marzo de 2018

12:40:19


Muy importante el artículo, la familia es el primer eslabón para la educación en valores de los hijos,ellos son capaces de hacer lo que los padres con su exigencia y ejemplo, les inculcan, pues en los momentos actuales es imprescindible la labor de la familia en todos los aspectos, porque el futuro hay que garantizarlo en la educación de las nuevas generaciones, ya que en sus manos está la continuidad de Nuestra Revolución, y hay que trabajar con ellos desde el trabajo que desplega cada familia en el hogar, con la condición de que el trabajo fortalece y hace grande a los hombres y a la sociedad.

Celsito dijo:

17

4 de junio de 2018

08:03:01


Por desgracia, sí son mayoría. Cuba tiene un gigantesco problema social, y no tiene absolutamente nada que ver con la música de Bruno Mars ni los celulares ni el Candy Crush; y me sorprende que el autor del artículo haga una asociación tan extraña. Este es un problema que ha surgido y se desarrollado desde hace bastante tiempo dentro de la propia sociedad cubana, y me atrevo a decir que hoy en día es menos grave comparado con una década atrás; lo que pasa es que ahora es cuando parece preocuparles a las autoridades. El problema es la falta de valores generalizada, un problema que ha surgido dentro de la sociedad cubana (no fuera), y que se ha acrecentado a través de los años, alimentado por varias causas internas. Una de ellas es la censura: los medios centralizados y acríticos crean gente bruta, gente intelectualmente pobre y poco acostumbrada a razonar, a pensar por sí misma. Ignorante de los problemas reales que le rodean, no entienden el impacto que tienen sus acciones a una escala mayor. Además que la censura le quita la voz a aquellos que critican los problemas (y a menudo ofrecen potenciales soluciones) antes de que estos broten en males generalizados. Otra causa es la miseria: al igual que la censura, la pobreza generalizada en Cuba crea ignorancia y consecuentemente estupidez. Gente que por sus circunstancias absorbe la reacción a lo inmediato antes que el razonamiento a largo plazo, los valores de la supervivencia en el hoy. Contrario a lo que se ha pregonado hasta la nausea dentro de Cuba, la pobreza no tiene nada de digno: saca lo peor del ser humano. Por tanto, si en Cuba se quiere eliminar o al menos aminorar la falta de valores que es habitual hoy, no se va a resolver censurando aún más y quitándole lo poco que llega desde el exterior; porque, además de ser inmoral y antiético impedirle a uno ver y oír lo que desee, eso ya se ha intentado en el pasado y solo ha acrecentado el problema (el reguetón cogió fuerza mientras se censuraba a los Beatles). Que haya más apertura, mucha más; porque la verdad que nadie dice es que muchos jóvenes encuentran en esa música y esas series extranjeras que les encantan valores más elevados y más humanos que los que pueden encontrar en su realidad cotidiana.

J. Fernando Linares dijo:

18

17 de julio de 2018

00:45:07


Jajaja. Hay que tener tremendas ganas de autoengañarse para pensar que no son una mayoría, y encima echarle la culpa al fútbol, al Zapya y no sé qué otro disparate más. Fútbol, Zapya, teléfonos celulares, computadoras, videojuegos, series, Katy Perry, Lady Gaga, Beyoncé, Rihanna, Internet... y muchas pero muchísimas más distracciones existen en todas partes del mundo, amigo mío. Sin embargo, no en todas partes del mundo se ve el infierno de vulgaridad que es la sociedad cubana de hoy. Este es un producto endémico de la Isla, este es el resultado de años y años de ingeniería social marxista que ha afectado a los jóvenes, y en mayor medida incluso, a los no tan jóvenes. Este es el «hombre nuevo» que iba a ser fruto y sostenedor de la Revolución. Y vaya chasco más gigantesco, el «hombre nuevo» resultó en un ser repugnante y sumamente desagradable que habita hoy por lo menos uno en cada barrio de la nación – igual que los CDR. Para que este daño inmenso empiece a enmendarse aunque sea tímidamente, cosa que va a tomar bastante tiempo, se necesitan medidas que sinceramente, no creo que el gobierno actual sea capaz de tomar. Mira que se advirtió que esa caldosa iba a quedar mala, y ahora que quedó mala, a tomársela.