Durante la etapa proselitista de las elecciones generales del 2016 en Estados Unidos, el candidato republicano, en una de sus giras, visitó el estado de Florida, en particular a los emigrados cubanos radicados en el condado Miami-Dade, donde reside la mayoría de los votantes de ese origen, sede de las organizaciones extremistas de origen cubano que por más de medio siglo han invocado la violencia como método para alcanzar sus metas políticas.
Una de ellas es la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, que derivó su nombre de la derrotada Brigada de Asalto 2506 en abril de 1961, cuando unos 1 500 cubanos, seleccionados, adiestrados, armados y dirigidos por la CIA estadounidense para agredir a la patria de origen terminó en un fracaso rotundo con la captura de sus efectivos en poco más de 66 horas. A finales de 1962 regresaron a Estados Unidos con ansias de revancha, aunque ya para esa fecha no eran tan mimados por la administración demócrata en el poder.
Un dilema surgió de nuevo: ¿qué hacer con ellos? se preguntaban los políticos de la época. Algunos escribieron propuestas y las remitieron para su aprobación. El 29 de diciembre de 1962, el Presidente les hizo la «solemne» promesa de devolverles en una Cuba libre, la bandera cubana que la Brigada 2506 supuestamente utilizó durante la invasión de Playa Girón; ambos se engañaron. Esa bandera era falsa, nunca estuvo en la Isla, se confeccionó para la ocasión, tampoco el Presidente cumplió, y su devolución se hizo años después por correo.
Sin embargo, documentos secretos estadounidenses desclasificados durante años, se han encargado de poner cada pieza en su lugar histórico y revelar lo que realmente ocurrió. Esta idea de qué hacer con los regresados fue tomando forma y contenido; ya el 25 de enero en el resumen de la reunión 38 del comité ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad[1], las propuestas y sentimientos hacia la otrora consentida Brigada parecían expresar una realidad no declarada en el discurso de bienvenida. Ya con la presencia del Presidente en la reunión, el Sr. Cottrell Sterling J., coordinador de Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado tomó la palabra y dijo, según el acta del encuentro:
«La recomendación que cubre nuestra política hacia la Brigada cubana... es que nadie favorecía continuar con la Brigada como el núcleo duro y todos defendían un curso medio de acción.
«El general Maxwell Taylor expresó sus reservas acerca de permitir a los miembros de la Brigada, se conviertan elegibles para ser miembros de una unidad de reserva. Estaba preocupado de que esas unidades se volvieran políticas. Mientras el Sr. McGeorge Bundy expresó su opinión de que el curso propuesto de acción sería difícil de vender a los miembros de la Brigada.
«El Fiscal General explicó su opinión en detalles. Otros miembros escogerían pasar el entrenamiento militar, mientras que otros podrían ser útiles colocados en unidades de fuerzas especiales asignadas a países de América Latina.
«El Fiscal General pensaba que los miembros de la Brigada debieran ser tratados como socios iguales… Para poder evitar que se vuelvan hostiles, obtendríamos mucho de ellos si los manejáramos correctamente. Una forma podría ser decirles honestamente que ahora no podemos invadir a Cuba y que ellos pueden… realizar tareas en otros países de América Latina, como miembros de las fuerzas especiales…
«El Fiscal General concluyó diciendo que los miembros de la Brigada deberán participar de alguna forma en la planificación de nuestras acciones de inteligencia. Reconoció que una razón por la que hasta ahora eso no se ha hecho era por la reputación que tenían los cubanos de ser incapaces de guardar un secreto. El Sr. McCone, de la CIA, insistió en utilizarla como un recurso, preferiblemente trabajando con sus miembros individuales».
Este resumen demuestra el sentir de los principales colaboradores del entonces Presidente sobre la Brigada y sus miembros, pero días después, otras opiniones mostraron el parecer generalizado sobre los mercenarios.
El 24 de enero de 1963, se efectuó la reunión del comité ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional para analizar un memorando enviado por el Coordinador de Asuntos Cubanos, con un tema único: La Brigada Cubana.
Se propusieron tres posibles cursos de acción: Primero, inducir a que la Brigada sea desmantelada como unidad militar sin una ayuda especial adicional por parte de Estados Unidos. Esta opción tenía la siguiente valoración: «Este curso de acción constituiría la forma más económica y simple de librarnos del problema».
La segunda consistía en: «Entrenar a la Brigada y a los cubanos como una unidad. Mantenerlos y apoyarlos como un componente de la reserva militar de las fuerzas armadas norteamericanas».
La consideración al respecto señalaba: «Sin embargo, inevitablemente,… la moral, la disciplina y el espíritu serían difíciles de mantenerlos a largo plazo sin el empleo inicial para retomar a Cuba. Esto podría generar una crítica política y militar nacional al incorporar grupos extranjeros organizados en el componente de reserva de las fuerzas armadas estadounidenses. Existe el riesgo de que un acto impulsivo e irracional de los miembros de la Brigada, como miembros de las fuerzas de reservas norteamericanas, pudiera ser la fuente de serias molestias para Estados Unidos».
La tercera y final consistía en: «…un programa militar y civil para los miembros de la Brigada. Alentar a que la Brigada continúe como una unidad fraternal».
De acuerdo con el real propósito de la Administración Kennedy, esta variante permitía: «…dispersar geográficamente a los miembros de la Brigada en diferentes actividades, desmantelando así de manera efectiva la Brigada actual en su totalidad como una unidad». Sobre esta propuesta el Coordinador escribió: «Recomiendo el curso 3, un programa especialmente diseñado para los miembros de la Brigada».
Y añadía: «Recomiendo inducir,... a la Brigada para que acepte esta propuesta,…en caso de que se apruebe este curso de acción. Debido a la falta de una utilización militar inmediata para la Brigada, debemos desmantelar esta como tal».
El colofón de su criterio era: «Debemos ofrecerles cierta ayuda especial, pero no hasta el punto de que se conviertan en una clase privilegiada de forma perpetua dentro de la comunidad». Así quedó diseñado el final de la Brigada 2506, que después derivó en la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos.
Durante el segundo semestre del 2016 los preparativos finales para las elecciones generales en Estados Unidos estaban culminando. Pero antes el domingo 24 de abril, la otrora Brigada 2506 había celebrado sus elecciones bienales para renovar su junta directiva. Se presentaron varias candidaturas y resultó triunfadora la encabezada por Humberto Díaz-Argüelles, como presidente, integrada además, por Aurelio Pérez Lugones, egresado de Fort Benning, y otros mercenarios, asesorados, entre otros, por el torturador de la dictadura de Fulgencio Batista, José Ramón Conte Hernández, alias El Chama.
El martes 25 de octubre de ese año, la Asociación de Veteranos recibió la visita del candidato republicano Donald Trump. Para congratularlo, la directiva, por primera vez en su historia, decidió anunciar públicamente el apoyo a un candidato a la Casa Blanca.
Sobre este encuentro el nuevo presidente de los envejecidos mercenarios dijo: «Nuestra decisión era obvia» y «los valores del señor Trump y su agenda política están mucho más alineados con los nuestros, que la agenda progresista y socialista de Hillary Clinton o los demócratas».
Todos los mercenarios presentes rindieron pleitesía al candidato republicano, quien expresó: «Al pueblo cubano, nosotros sabemos lo que tenemos que hacer y lo vamos hacer, así que no se preocupen por ello».
En ese momento no recordó cuando la Administración Kennedy se enfrentó, en los primeros días de abril de 1961, al conflicto de qué hacer con la Brigada 2506, cuando dijo el Presidente, según registró el contrarrevolucionario Enrique Ros Pérez en su libro Girón. La Verdadera Historia[2]: «Tenemos que salir de estos hombres. Es mucho mejor botarlos en Cuba que en los Estados Unidos. Especialmente si es allá donde ellos quieren ir».
*Investigador del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado
1 Biblioteca Kennedy, Archivos de la Seguridad Nacional, Series de Reuniones y Memorando, Comité Ejecutivo, Reuniones, Vol. IV, 38-42. Muy Secreto; Sensible. Este registro es la Parte I; la Parte II se refiere a la política europea.
2 Véase Enrique Ros Pérez, Girón. La Verdadera Historia, Ediciones Universal, Miami, Florida, 1994 p. 217
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maguero dijo:
1
28 de junio de 2017
11:55:53
victor ramos dijo:
2
28 de junio de 2017
23:05:42
RJ dijo:
3
30 de junio de 2017
15:15:31
Rogelio dijo:
4
3 de julio de 2017
06:10:10
emilio Fernández lobeiras Respondió:
20 de julio de 2017
16:28:18
emilio Fernández lobeiras dijo:
5
20 de julio de 2017
16:44:58
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