De una canción popular se ha hecho común un dicho que cuando es oportuno anuncia que en La Habana hay una pila de locos. La sentencia alude al carácter impetuoso de los lugareños, al andar acelerado de sus pobladores, a las iniciativas permanentes a las que nos reta la vida, alegre pero difícil, y a muchos otros argumentos de los que cada cual puede dar fe propia.
Una botella y se formó la fiesta / Con una lata se formó la orquesta / Sin vanidades ni protocolos / Somos sencillos y un poquito locos. Pero no es de esa «locura» de lo que tratarán estas líneas, sino de la primera de sus acepciones, la que se ajusta a un ser que ha perdido la razón o que desde siempre ha carecido de ella.
Así, sabiendo que nunca recobrará el juicio, hablo hoy de un joven del barrio que habiendo nacido cuerdo un buen día dejó de estarlo. Un ser especial del que vale la pena hablar porque su paso por el mundo es una caricia. Porque tiene un sello que lo distingue. Porque luchando contra molinos cotidianos, es de aquellos «fuegos» de los que habló Galeano, que no se puede mirarlos sin parpadear, y si alguien se les acerca se enciende.
Hablo de un hombre hermoso, de tez cobriza y facciones que «encajan» con la nobleza de su expresión. Su complexión dura y particulares atuendos lo hacen parecer escapado de un libro donde se exhiben imágenes de las culturas precolombinas cuando no de un jugador —o espectador de un partido de fútbol— según se le ocurra acicalarse.
No sé de dónde saca las pinturas con las que se colorea el rostro, pero sus dotes de artista, que no se le fugaron con el juicio, le permiten motearse tan bien que parece que alguien le pintara rayas, dibujos y banderitas en la cara. Para ello se auxilia de los espejos de carros parqueados, o ventanas de cristales que le devuelven su imagen feliz para empezar el día.
Supe que el tronco cortado del que habían «sacado» un rostro humano que embellecía el jardín de una vecina era obra de este hombre que, vestido y sin causar daño a nadie, suele enjabonarse ante un público que pasa y con el que se siente totalmente a salvo.
Conversa consigo mismo. O con las voces que con certeza lo abordan, porque con solo verlo se sabe que en su cabeza ocurren sucesos que él encara. A media mañana se le ve deshaciendo entuertos. Bien tapando un hueco con una tabla para que algún entretenido no se caiga, bien echando a un lado con el pie las cáscaras o desperdicios que el indolente arrojó en el medio de la acera. Lo suyo es hacer lo útil.
Otro de sus lugares favoritos es la esquina donde están los tanques de basura, pero no para registrar ni sacar sobras de comida, como hacen algunos inescrupulosos «luchadores» que buscan así alimentar animales, sino para recoger las bolsas que los apurados lanzaron alrededor de los contenedores, y echarlas dentro.
Se le ha visto recogiendo pomos vacíos que trae de donde los encuentre para colocarlos ordenados en el portal de la bodega donde venden vino seco y vinagre a granel. O sacando cartones y tarecos inservibles que la desidia de gente echa en las alcantarillas.
Todo el mundo sabe que este Quijote de barrio tiene familia. Una familia que se ocupa de él, que lo alimenta, que mantiene limpia su ropa, que sabe que las chifladuras de su hijo tienen lugar en un área donde nadie podría perjudicarlo. Lo que tal vez no sepan es de qué modo sus instintos apuntan al bien, siempre a lo noble, desde una perturbada lucidez que da lecciones de urbanidad y civismo a los equilibrados.
No he visto nunca a nadie molestando al Pintado, ni siendo objeto de burlas como pasa alguna vez con estos personajes que integran la multitud comunitaria. Y eso me da buena espina y me enorgullece. Eso se llama indulgencia, respeto, cultura, aunque al pasar y ver las cosas que hace en su dinámico universo no dejemos de preguntarnos si la generosidad de su alma es genética o fue sembrada en el corto tiempo que duró su sensatez. O también quién se llevó su cordura, para dejarnos una locura tan cuerda y ejemplarizante.


 
                    
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francisco dijo:
1
11 de noviembre de 2016
07:30:14
Erlln José dijo:
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11 de noviembre de 2016
08:29:00
María Elena Castañeda Rojas dijo:
3
11 de noviembre de 2016
09:48:16
jesus dijo:
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11 de noviembre de 2016
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marlen dijo:
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11 de noviembre de 2016
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OrlandoB dijo:
6
11 de noviembre de 2016
13:47:11
Isidro dijo:
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11 de noviembre de 2016
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sergio dijo:
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11 de noviembre de 2016
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ELP Respondió:
14 de noviembre de 2016
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Madeleine Sautié Respondió:
24 de noviembre de 2016
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RAULITO dijo:
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12 de noviembre de 2016
10:01:45
ELP dijo:
10
14 de noviembre de 2016
09:14:45
Luis dijo:
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14 de noviembre de 2016
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Yohandy dijo:
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14 de noviembre de 2016
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RUBEN dijo:
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WPC dijo:
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eduardo reyes dijo:
15
16 de noviembre de 2016
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Rosa Laffita dijo:
16
24 de noviembre de 2016
13:37:51
Máximo dijo:
17
30 de noviembre de 2016
08:55:20
Diusbel Rodr'iguez dijo:
18
4 de diciembre de 2016
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Madeleine Sautié Respondió:
6 de diciembre de 2016
15:03:09
Rigoberto Taboada dijo:
19
8 de diciembre de 2016
17:01:49
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