En un artículo, hace ya unos cuantos meses, me refería a los NiNi, una terminología para definir a quienes Ni estudian, Ni trabajan y se la pasan merodeando por las esquinas, husmeando a ver qué pillan para su beneficio propio. Hoy voy a tratar acerca de una versión de esas personas, cual si fuera una clonación social.
Ya no se trata de esos chicos que acabaron la enseñanza obligatoria y en lugar de continuar sus estudios, en correspondencia con sus capacidades, se estancaron en sus barrios formando grupos en las aceras, sino de quienes sí se capacitaron pero enfrentan la convivencia con códigos de Ni me importa, Ni eso va conmigo, Ni voy a esforzarme.
Ellos aprovecharon las oportunidades de cursos, ya sea de obreros calificados, de técnicos medios y hasta de enseñanza universitaria que han estado a su alcance, se graduaron y comenzaron a desempeñar un empleo.
No se quedaron en el ostracismo, pero socialmente son individuos que devengan un salario porque asisten a su centro, pero a la hora de involucrarse en compromisos laborales se mantienen pasivos, a veces negándose a afiliarse al sindicato, aunque cuando se presenta una oportunidad como la de tener un carné para un círculo social donde pagarán poco y podrán divertirse, entonces quieren que los apunten.
Muchos de estos NiNi van por la vida solo en función de satisfacer sus aspiraciones de estar a la moda, de ser un as en las nuevas tecnologías, de pasarse el tiempo tecleando en el ordenador o en el móvil, pero no en la búsqueda de conocimientos que lo enriquezcan culturalmente, sino que pierden el tiempo en cuestiones banales.
Si en su centro laboral hacen un llamado al esfuerzo, o simplemente les exigen cumplir lo que les corresponde, se quedan impasibles, ni les importa la productividad, ni hacen caso a lo que su jefe inmediato les diga, aunque aparenten escucharlo.
A veces, si se les precisa a dar una respuesta sobre el por qué de esa desidia simplemente argumentan que Ni tienen motivación, Ni les gusta en lo que trabajan.
Es cierto que la remuneración monetaria a veces no está en correspondencia con lo que ese joven desea recibir y sus expectativas no se cumplen, pero no creo que esa justificación sea válida.
En ocasiones aspiran a más de lo que aportan y no analizan que sin una formación técnica, cultural —o con ella— pero sin una actitud esforzada, no pueden ser trabajadores de los sectores donde hay mayores retribuciones.
Porque no se puede ir por la vida de esa forma apagada, como un ser incoloro en cuanto a su inserción social y laboral. La vida está llena de matices, de retos y quienes se crucen de brazos, cual si fuera una coraza para que Ni les molesten, Ni les compulsen, entonces es como si no se contaran entre los vivos.
Al no ocupar sus mentes en algo socialmente útil, pueden caer en conductas reprobables y correr el riesgo de ir degradándose poco a poco y llegar a ser individuos con una pérdida de valores in crescendo.
Algunos padres se alarman ante esa forma negativa de sus hijos, porque trataron de encaminarlos correctamente, pero algo falló.
Creo que en conjunto, tanto sea en el seno del hogar, en su comunidad, como en el centro laboral debemos persuadir a esos NiNi socialmente clonados, no darles la espalda como algo irrecuperable, sino aspirar a sumarlos, a ganarlos en favor de la sociedad y de ellos mismos. (ACN)
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Joel Ortiz Avilés dijo:
1
11 de noviembre de 2016
07:39:16
JP dijo:
2
11 de noviembre de 2016
08:59:31
Jesús G de la Rosa Delgado dijo:
3
11 de noviembre de 2016
10:50:24
Jose Enrique dijo:
4
11 de noviembre de 2016
15:10:36
Otmara dijo:
5
7 de diciembre de 2016
15:57:36
Manuel Mercado Respondió:
14 de diciembre de 2016
14:45:11
ANGEL dijo:
6
9 de diciembre de 2016
15:21:36
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